Música clásica desde 1929

 

Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / Concentus König interpreta a Schütz y Bach - por Simón Andueza

Aranjuez - 14/11/2024

La XXXI edición del Festival de Música Antigua de Aranjuez dedicó el concierto a las figuras de Heinrich Schütz (1585-1672) y Johann Sebastian Bach (1685-1750). Para sorpresa de todos los asistentes estuvo interpretado por uno de los grupos españoles dedicados a la interpretación históricamente informada con más determinación del momento, Concentus König, que dirige Jorge Suárez, musicólogo madrileño, tan entusiasta como convencido de la música que maneja.

Algunos de los profesionales más solventes de nuestro país conformaron Concentus König en esta ocasión, tanto en el apartado vocal como en el instrumental. El orgánico del conjunto vocal lo conformaron dos cantantes por parte, apoyados en el férreo bajo continuo compuesto por un órgano positivo y un violone.

Como pieza introductoria, el hondo y espiritual Selig Sind die Toten de Heinrich Schütz, texto con el que la mayoría de los melómanos relacionan con Johannes Brahms, al tratarse de uno de los movimientos más fascinantes de su Ein Deutches Requiem. La composición de Schütz es el mejor ejemplo para comprender que la tradición germánica de este texto forma parte de sus más intrínsecas celebraciones.

Pudimos escuchar también música de un miembro de la numerosa familia de músicos que conformaron el clan de los Bach durante los siglos XVII y XVIII, Johann Christoph Bach (1642-1703), tío segundo de Johann Sebastian. Fueron dos preciosos motetes funerarios de poético texto en lengua germánica, Herr, nun lässest du deinen Diener y Mit Weinen hebt sich’s an. Este último, composición estrófica de versos hexasílabos, resultó, curiosamente, un momento cautivador de la matinée, puesto que en la tercera repetición del texto, aquella que trata sobre la vejez y sus tristes años, al querer Jorge Suárez conferirle ese carácter íntimo que posee su texto, prescindió del bajo continuo, dejando al conjunto vocal interpretarlo a capela, algo que la difícil acústica de la capilla permitió regalarnos como mágico momento, lleno de hondura y belleza, dada la transparencia alcanzada en su sonoridad.

La escucha de unos de los motetes más queridos de Johann Sebastian Bach, Jesu, meine freude, fue toda una alegría, si bien la ya mencionada acústica del recinto impidió que los tempi veloces de la vitalista visión de Jorge Suárez sobre su poesía en ciertos momentos dramáticos llegaran a la audiencia con la claridad que un grupo de dimensiones reducidas se presuponía a priori. Mucho más felices, bellas y reconfortantes fueron sus partes más calmadas, homofónicas y delicadas, como el siempre extraordinario Gute Nacht, o Wesen, en donde los deliciosos timbres agudos de las sopranos y altos nos conmovieron.

La pieza más especial del programa ofrecido fue, con toda seguridad, Musikalishe Exequien, de Heinrich Schütz. Estas exequias musicales, literalmente “música fúnebre”, se interpretaron por primera vez en el funeral del aristócrata Enrique II, conde de Reuss-Gera, en Gera (Sajonia) en 1636, habiendo sido algunos de sus textos elegidos de antemano por el propio conde. La parte I es descrita por el compositor como un 'himno en forma de Misa de Réquiem alemana'. Las dos secciones, cada una introducida por una entonación de canto llano de un texto bíblico, representan el Kyrie y el Gloria de la Misa latina. La obra está estructurada como una alternancia de citas bíblicas y versos de himnos luteranos, muchos de los cuales respiran el hastío de una tierra desgarrada por la guerra. Algunos de estos textos habían sido grabados con antelación en el ataúd de Enrique II. La parte III se cantó en el acto de su entierro. Mientras el grupo principal de cantantes interpreta el 'Nunc dimittis' (Herr, nun lässest du deinen Diener in Frieden fahren), uno o más tríos que representan ángeles (2 sopranos) y el alma del difunto (barítono) simbolizan el ascenso al cielo, cantando las palabras ‘Selig sind die Toten, die in dem Herren sterben’ (Bienaventurados los muertos que mueren en el Señor), en una escalofriante mezcla de textos.

Estas y otras explicaciones que pueden parecer demasiado elevadas para ser explicadas en un concierto, creo que debieran explicarse de algún modo, puesto que el público, despojado de textos traducidos y sin aclaraciones de ningún tipo, se mostró claramente perdido en el significado tan profundo que esta música posee. Tal vez este sea uno de los motivos por los que esta música tan bella no sea interpretada más a menudo por nuestros músicos, y siga alejada de la sensibilidad ibérica.

Sea como fuere, Concentus König logró momentos de bellísima sonoridad grupal, en los que brillaron especialmente las voces femeninas individuales de algunas de sus miembros, como las de las sopranos Margarita Rodríguez, Manon Chauvin y Lore Agustí, o de la alto Beatriz Oleaga, quienes participaron de los numerosos pequeños grupos de dos o tres cantantes solistas de gran complejidad contrapuntística en una pieza que es fundamentalmente de carácter grupal.

Los instrumentistas que formaron parte del bajo continuo obligado, Daniel Oyarzabal en el órgano positivo e Ismael Campanero en el violone, demostraron una labor intachable y confirieron al conjunto una seguridad máxima en términos de afinación y de música de conjunto, demostrando, una vez más, el porqué de su labrada fama entre los especialistas más reputados de la actualidad.

Jorge Suárez confirió de un modo especial a la obra central del programa, Musikalishe Exequien de Heinrich Schütz, el carácter marcadamente profundo y religioso que esta posee gracias a un profuso trabajo sobre el significado de su texto, aunque la mera belleza formal que esta posee, gracias a la mente creadora del genio de Turingia, es incontestable. La apasionada implicación de Suárez con esta música y con todos y cada uno de los músicos que conformaron Concentus König fue en todo momento excelente.

El público que llenaba la iglesia brindó una calurosa ovación puesto en pie a todos los intérpretes, quienes lo agradecieron interpretando fuera de programa el sencillo y siempre hermosísimo villancico de Navidad Es ist ein Ros entsprungen (una rosa ha brotado), adelantándose en unas semanas al Adviento.

Simón Andueza

 

Margarita Rodríguez, Manon Chauvin, Lore Agustí y Belén Vaquero, sopranos, Beatriz Oleaga y Sonia Gancedo, altos, Diego Blázquez y Fran Braojos, tenores, Joseba Carril y Manuel Quintana, bajos.

Concentus König, Jorge Suárez, director.

Capilla del Palacio Real de Aranjuez. Festival de Música Antigua de Aranjuez, 10 de noviembre de 2024, 13:00 h.

 

Foto © Chele Ortiz

108
Anterior Crítica / Excelente inicio de temporada de Ibercàmera - por Juan Carlos Moreno
Siguiente Crítica / Aproximaciones a Carmen - por Jorge Binaghi