Música clásica desde 1929

 

Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica - Con los pies en el suelo

Vitoria-Gasteiz - 03/02/2020

La Sinfónica de Euskadi tiene como director musical un mahleriano de pro, por lo que no es de extrañar que las obras de este compositor aparezcan con relativa frecuencia en los programas. He hecho, la confianza en el director ha permitido que la gerencia haya apostado por este mismo concierto para la presentación del grupo en París, en el prestigioso Teatro de los Campos Elíseos apenas días antes del concierto que nos ocupa.

Das Lied von der Erde es más que un ciclo de canciones y más que una obra de planteamiento sinfónico. Esta obra es, quizás, la recapitulación que merece el trabajo de un compositor clave en la transición entre los siglo XIX y XX. De despliegue orquestal importante, sin embargo Mahler busca más el espíritu camerístico, la intimidad, casi el silencio; y nadie discutirá que el último movimiento, que ocupa casi tanto como la suma de los cinco anteriores, puede considerarse el testamento artístico del compositor.

La exigencia vocal al tenor no es baladí y la voz de Corby Welch no tenía el brillo suficiente para responder a ella, aunque tras un primer movimiento algo timorato se mostró más adecuado en tercero y quinto. Jennifer Johnston sacó más provecho a sus intervenciones, especialmente a Der Abschied, el largo adiós de Mahler hacia la eternidad. Una pena que algunos espectadores entendieran que la eternidad del texto, disponible en traducción simultánea, hacía referencia a la duración de sus toses.

Robert Treviño volvió a demostrar que los aficionados vascos somos afortunados de tenerlo entre nosotros: lectura diáfana, huyendo de efectismo gratuito, con una graduación de planos adecuada para el lucimiento de cada solista, de cada familia orquestal. Una interpretación notable.

La primera parte del concierto, breve, se dedicó al Ravel más impresionista, con una interpretación sosegada de Une barque sur l’océan y La valse. La primera, de enorme dificultad técnica y casi coetánea a la obra principal del programa, fluía con naturalidad en su línea casi “monetiana”; la segunda, especie de deconstrucción del vals, tan popular en la Europa de la época, se interpretó lleno de pasión.

Un concierto muy bien planteado que nos ha retratado dos estéticas contemporáneas de la Europa previa y sufriente de las grandes guerras y que algunos espectadores boicotearon sin piedad alguna.

Enrique Bert

Teatro Principal, de Vitoria-Gasteiz. Orquesta Sinfónica de Euskadi, Jennifer Johnston (mezzosoprano) y Corby Welch (tenor).
Obras de M. Ravel y G. Mahler.
Dirección musical: Robert Treviño

561
Anterior Crítica - Entre danzas húngaras y eslavas
Siguiente Crítica – Populares clásicos (Ciclo Fronteras. CNDM)