Música clásica desde 1929

 

Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / Compositora, directora y violinista: femenino plural - por Genma Sánchez Mugarra

Bilbao - 11/02/2025

En esta ocasión la Orquesta Sinfónica de Bilbao nos ofreció la oportunidad de acercarnos a una obra de la compositora letona Elis Hallik (1986), Aegis, a través de las manos de su compatriota Kristiina Poska (1978) que, al finalizar exhibió, con orgullo, la partitura de la misma. El nombre nos remite al escudo de Zeus del que la música describe sus cualidades: vigor, protección y, también, fragilidad. A pesar de que la autora utilice en algunos momentos diversas disonancias, la composición envuelve las partes que podrían resultar más duras.

La segunda pieza fue el Concierto para violín y orquesta en Re Mayor de Erich Korngold (1897-1957), judío que tuvo que emigrar a los Estados Unidos, concretamente a Hollywood, donde elevó el prestigio de las bandas sonoras gracias a su formación vienesa clásica, empeño que enriqueció, a su vez, su composición sinfónica. Un ejemplo de ello fue el concierto que escuchamos que nos trasladó a un ambiente cinematográfico sugiriéndonos un sinfín de imágenes con un primer movimiento apasionado con el violín solista en la zona aguda, un segundo más melódico para terminar con mucha fuerza. Genial cometido de la directora al determinar que la orquesta no estuviera en un primer plano con una interpretación de gran riqueza por parte de los intérpretes incorporando instrumentos, no muy habituales, como el arpa y la celesta, y el xilófono que añadieron al conjunto un refuerzo fantástico.

La solista al violín fue la surcoreana Kim Bomsori (1989) que ejecutó la pieza con gran pasión y fuerza, gran virtuosismo y mejor técnica, necesarios para la enorme cascada de notas que la obra incluía, y muy del agrado del público, pero que, a pesar de la gran empatía expresada por la directora, no consiguió arrancar emociones con las que pudiéramos contactar.

La última obra que culminó la actuación correspondió a la 3ª Sinfonía de J. Brahms (1833-1897), mezcla de continua lucha, equilibrio y consistencia. Con gran predominio de los vientos interpretados con brío en el primer movimiento, especialmente el clarinete, con una música más serena en el segundo y una melodía fácilmente reconocible todo el tercero con mayor protagonismo de las cuerdas y un final que huye de lo apoteósico, que no es lo habitual y que diferencia al compositor, como si éste hubiera encontrado, por fin, la paz.

La conjunción entre la Orquesta Sinfónica de Bilbao y la expresiva directora K.Poska fue total. Directora que opina que las diferencias entre hombres y mujeres en la dirección provienen más de la personalidad y sensibilidad que del género. Poska , que este verano se convertirá en la titular de la Orquesta Joven de Francia, piensa que la música necesita tanto de las cualidades masculinas y femeninas que todo director/a debe tener.

Genma Sánchez Mugarra

 

Orquesta Sinfónica de Bilbao

Palacio Euskalduna de Bilbao

Música de E.Mallik, E. Korngold y J.Brahms

Kim Bomsori, violín

Kristiina Poka, directora

 

Foto © Miguel San Cristóbal

191
Anterior Crítica / Rachmaninov con Campanella - por Luis Mazorra Incera
Siguiente Crítica / La sombra de Chopin es alargada - por Luis Suárez