Música clásica desde 1929

 

Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / Como un reloj - por Luis Mazorra Incera

Madrid - 25/03/2022

Se hace la oscuridad en la sala de cámara del Auditorio Nacional de Música, unos aplausos tenues nos avisan de la salida del oboísta Robert Silla en el altillo del órgano. Enciende la luz de su atril y... la música de Ramón Barce fue, así, la primera propuesta recóndita y discursiva a solo, con diversos modos de ataque y tímbrica: Serie oboística 1.

Pero el protagonista del programa del "Il Maniatico Ensemble", en estos Satélites de la OCNE un tanto reducidos de público, era otro: Cayetano Brunetti.

El Quinto sexteto en do mayor para oboe y cuerda de Brunetti, mostró, ya con todos sobre el escenario, una cara pizpireta y resuelta. Una cara donde el lucimiento individual de cada atril quedaba patente con virtuosa concertación.

Una vivaz concertación que me recordó de inmediato las aficiones de Carlos IV, un tanto desdeñoso con la gobernación, como es bien sabido y retratado por Goya, y, sin embargo, entusiasta o, al menos, aficionado al complejo engranaje de los relojes... de los modernos relojes... de su tiempo. Y la música de Brunetti era para él, por lo que se ve, o, más bien, por lo que se oye..., uno de ellos.

Momentos sorprendentes con picados perfectamente ensamblados y vertiginosos, inquietos grupos de notas que, en su conjunto, rivalizaron hoy felizmente, con modelos estéticos mucho más recientes y transgresores que les custodiaban en programa. Movimientos inspirados aún en la suite pese a su obvia estética clásica, pero con relativo "horror vacui" barroco, que se rubricaron con fino remate suspendido.

Frammenti Quattro A (Al filo del silenzio) para corno inglés y trío de cuerda de Emilio Calandín, se desarrolló con amplias secciones dialogadas sobre pedales o en silencio, haciendo hincapié en acusadas diferenciaciones agógicas: pulso e impulso.

Un final convincente remató una partitura ambiciosa ofrecida en riguroso estreno absoluto, con el autor en platea, que salió al escenario a felicitar al cuarteto y recibir los aplausos.

Con una factura más clásica y menos sorprendente que el primero de los escuchados hoy, el Tercer sexteto en mi bemol mayor de Brunetti, también para oboe y cuerda, mostró mayor solidez formal, en modos, eso sí, más tradicionales, con, eso también, velocidades de vértigo y tesituras, idéntico espíritu dinámico y ágil, y, sobre todo, una precisa concertación a tempi exigentes.

Arrestos de energía con los que se arrancaron motivos y bloques formales con crescendi que recordaron las brillantes recetas de la escuela de Mannheim, aquí llevadas a la música de cámara.

Y no olvidemos, at last but not least…, cierto sano sentido del humor haydniano en recurrentes diálogos instrumentales, ajustados todos... como un reloj.

Luis Mazorra Incera

 

Il Maniatico Ensemble: Robert Silla, oboe y corno inglés; Luis María Suárez y Ane Matxain, violines; Alicia Salas y Martí Varela, violas; y Carla Sanfélix, violonchelo.

Obras de Barce, Brunetti y Calandín.

OCNE-SATÉLITES. Auditorio Nacional de Música. Madrid.

719
Anterior Crítica / Apuntando maneras - por Francisco Villalba
Siguiente Crítica / Paisajes sonoros - por José Antonio Cantón