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Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / Coletazos románticos y siglo XX con la OSCyL - por José M. Morate Moyano

Valladolid - 08/11/2024

El tercer Programa de abono de la Temporada de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León en su sede vallisoletana, trajo por primera vez a la misma al trompetista Häkan Hardenberger (Malmö, 1968) dedicatario del Concierto para trompeta y orquesta "Aerial" (1998-99) del vienés HK Gruber (Viena,1943), y al Director invitado Fabien Gabel (París, 1975), Director Musical de la Sinfónica de Quebec de 2012 a 2021, de la Orquesta Francesa de Jóvenes de 2017 a 2021 y de la Tonküstler en 2025-26. La línea argumental del repertorio podría estar en la influencia de la Literatura romántica en los compositores. Hubo minuto de silencio para las víctimas de Valencia.

Gabriel Fauré, a quien se recordó en el Centenario de su muerte, fue el primero en transcribir en música la melancolía  de Maeterlinck en su drama Pelléas et Mélisande, su Op. 80, concebido como música incidental para él en 1898; en 1900 revisó la orquestación para un orgánico mayor, estableciendo una Suite en 5 movimientos, de los que el III “Canción de Melisenda” se descartó, manteniendo los cuatro que escuchamos. Fabien Gabel y su excelente formación musical francesa, hicieron muy cómoda su lectura, haciendo muy legato el quasi adagio del Preludio, anuncio pausado de la tragedia que rodeará al triángulo amoroso Mélisande-Gaulod (cuya aparición se cita con un solo de trompa muy cuidado)-Pelléas; la protagonista en la rueca con los tresillos de violines y el oboe bello sobre ellos; la siciliana (añadida después), poco menos allegretto que el anterior, con la pérdida de la alianza en la fuente, con preciosa intervención de flauta y arpa y finos pizzicati de cuerdas; y esa suave marcha fúnebre en la muerte de la protagonista, molto adagio, compensando tragedia y emoción. Gabel, a la mano, sirvió con gusto y criterio la obra, con amplitud de gesto creador de bonito sonido orquestal, al que sólo cabría pedir, en momentos, un menor volumen que dejase oir mejor la orfebrería orquestal que Fauré propone. En todo caso, buena versión calurosamente acogida.

Häkan Hardenberger, Medalla de Artes y Letras de Suecia, Profesor del Prince Consort en el Royal College of Music of London y en la Universidad de Lund sueca, mostró total dominio de la trompeta en todas sus variantes y posibilidades técnicas, expuestas en Aerial (1998-99), Concierto escrito para él por HK Gruber, en dos movimientos. El primero, sobre las “Noches turbulentas” de E. Dickinson, presenta la duda entre la brújula o el mapa (en música, entre el pulso propio o la partitura) en 8 breves secciones unidas, comenzado con armónicos y canto a la vez en la trompeta, con y sin sordina, tres ligados diferentes y un solo con cuerno de vaca sorprendente por la afinación conseguida, para entrar el piccolo y la trompeta en Do como cierre. El segundo invita a bailar con polirritmos (que evocan al Bernstein del “Baile en el gimnasio” puntualmente), y otras cinco secciones con nuevas opciones técnicas en la trompeta, posibles gracias al labio y diafragma “de acero” que distinguen a Hardenberger, que cierra el concierto con un enorme tenido en el piccolo caminando hacia el piano y acabar ambos en pianísimo. Increíble actuación del solista y magnífica prestación de la OSCyL, en un acompañamiento difícil y exigente en concentración, que Fabel condujo hábilmente para lograr una excelente conjunción de tiempos y familias subdivididas, más cuanto que fue una primicia para élla. Ni qué decir tiene, que la respuesta de la Sala, de nuevo al completo, fue extraordinaria, multiplicándose saludos y salidas entre ovaciones para todos.

La segunda parte tuvo a la figura de Salomé como protagonista. Primicia también la Danza de los siete velos de R. Strauss, tomada de su Salomé, op. 54 (1905), basada en el drama homónimo de Óscar Wilde. En un ambiente exótico en el que colabora la escala húngara que utiliza aquí el autor, la flauta (magnífica) traza el baile de Salomé para Herodes, destacando la percusión y el oboe con sus arabescos y, a modo Wagner, los breves motivos turco, de la Princesa, del Bautista, el beso, el deseo. Ya con batuta, Fabien Gabel logró sensualidad y riqueza tímbrica en lectura satisfactoria bien recibida.

En ambiente propicio, sonó La Tragédie de Salomé, op. 50 (1910, para gran orquesta) de Florent Schmitt (francés,1870-1958), alumno de Dubois y Fauré, amigo de Ravel y miembro del Grupo “Los Apalaches”. Dedicada a Stravinski, aporta imágenes de la Naturaleza al transcurrir, según el poema de R. d’Humières, en el Palacio de Herodes con vistas al Mar Muerto, donde El Bautista es decapitado y su cabeza arrojada al mar, de donde resurge entre rayos, tempestades y horrores, que castigan a Salomé con un infernal éxtasis. Solo de trompeta en triste Preludio, con lucidos flautas y clarinetes; bien fagotes y arpas en la viva Danza de las perlas; la voz que sale del abismo bien jugada por el oboe y los hechizos en el mar por metales bien conjuntados; la Danza de los relámpagos con maderas, metales, arpas y unas cuerdas animadas (excelente la labor del concertino invitado P. Pavaci, atento a todo) muy acertados; el final con la Danza del terror donde viento, tormenta de arena, árboles caídos, la montaña de Moab escupiendo fuego y cuantos efectos románticos acaban también con Salomé, estuvieron bien traducidos por Gabel y la OSCyL, en un remate casi trepidante que culminó el éxito del Programa, salvado algún puntual exceso de decibelios ya aludido. Gabel gustó.

José M. Morate Moyano

 

Häkan Hardenberger, trompeta

Orquesta Sinfónica de Castilla y León / Fabien Gabel

Obras de G. Fauré, HK Gruber, R. Strauss y F. Schmitt

Sala sinfónica J. López Cobos en el CCMD de Valladolid

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