En una temporada musical en Madrid donde tenemos una saturación de, por ejemplo, sinfonías de Schumann, percibe uno la llegada del Focus Festival (organizado por la Orquesta y Coro Nacionales de España junto con la Fundación Juan March) con una mezcla de alivio, sorpresa, agradecimiento y una sensación parecida a que nos habían escatimado una parte muy importante de nuestra cultura musical del siglo XX hasta la llegada de este festival.
Han sido cinco conciertos con un importante esfuerzo por la coherencia en la programación, con unas líneas muy claras y delimitadas, una propuesta valiente en los tres conciertos de Cámara celebrados en la fundación Juan March y dos conciertos sinfónicos en el Auditorio Nacional durante este mes de mayo, comisariados por la profesora titular del departamento de musicología de la Universidad Complutense de Madrid Elena Torres Clemente.
El libro editado no tiene desperdicio alguno y debería ser de obligada consulta permanente para todos aquellos que quieran saber qué ocurrió en España en el periodo de entreguerras. Y en el caso de los dos conciertos sinfónicos, la introducción hablada resulta necesaria para contextualizar las obras escuchadas.
El concierto celebrado el pasado 27 de mayo contó, además, con la alocución de la propia comisaria Elena Torres, que, en un discurso muy bien trenzado, consiguió poner en valor las obras de Julián Bautista y Robert Gerhard que íbamos a escuchar: dos autores coetáneos con estéticas totalmente contrarias, el primero instalado en el caso concreto de La fantasía española para clarinete y orquesta Opus 17 en un neopopularismo que, sin lugar a dudas, tiene a Falla como maestro; el segundo, con su ya conocida adscripción al serialismo aprendido con el propio Schönberg, en una cantata para narrador, coro y orquesta de la que existe una grabación discográfica, pero que pudiera ser la segunda vez que se hace un directo, La peste, una obra cumbre de la música española del siglo XX donde Gerhard presenta un estilo de madurez, muy expresivo aunque poco complaciente con el escuchante, y que exige una gran orquesta,-precisa de seis percusionistas-, y un coro donde, a la habitual forma de canto, debe añadir el susurro, el grito, y otras técnicas contemporáneas.
La versión de Jordi Francés dirigiendo a la Orquesta y Coro Nacionales de España (OCNE) fue espléndida, con un fraseo impecable por parte del excepcional Enrique Pérez Piquer, clarinete solista en la obra de Julián Bautista, que venció las tremendas dificultades virtuosísticas demandadas por la obra con una naturalidad envidiable, en todo momento muy bien acompañado por sus compañeros de la orquesta.
La peste de Gerard es una obra muy difícil de dirigir con mil detalles que poner en relevancia en la orquesta, con una participación coral muy complicada también, en la que se añade un narrador, Alfonso Delgado, al que también hay que encajar en este puzzle. La sensación final es que habíamos asistido a una obra de belleza terrible y desasosegante, que al mismo tiempo había permanecido fiel al espíritu de la obra de Camus en la que se basa. El coro nacional realizó una muy buena prestación con un gran compromiso ante el reto.
Jerónimo Marín
Orquesta y Coro Nacionales de España
Enrique Pérez Piquer, clarinete.
Alfonso Delgado, narrador.
Jordi Francés, director.
Obras: Fantasía española para Clarinete y Orquesta, op. 17 de Julián Bautista. La peste, de Roberto Gerhard
Auditorio Nacional, Madrid. 27-05-22