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Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / Clausura con la Orchestre National du Capitole de Toulouse - por Gonzalo Roldán Herencia

Granada - 16/07/2024

El Festival Internacional de Música y Danza de Granada concluye su programación de este año con un concierto de la Orchestre National du Capitole de Toulouse bajo la dirección de su titular Tarmo Peltokoski. En el escenario pudimos ver y escuchar, además, la hermosa y potente voz de la soprano Elsa Dreisig. Fue un buen broche de oro para una extenuante y prolongada edición, en la que se despidió a Antonio del Moral, hasta ahora su director y el responsable de cuatro temporadas cargadas de grandes artistas y los mejores conjuntos del panorama internacional.

El concierto se abrió con la obertura de la ópera Los maestros cantores de Nüremberg WWV 96 de Richard Wagner, que sirvió a Tarmo Peltokoski para templar el instrumento que desde hace poco más de un año dirige con grandes cotas de éxito. Pese a su juventud, el director finlandés acometió con destreza la puesta en atriles de la obra, extrayendo a su orquesta la poderosa solemnidad de sus armonías y lo grandioso de su discurso melódico. Estas cualidades, unidos a un timbre homogéneo y al cuidado de las dinámicas, constituyeron un preludio de excepción para la velada en la que se cerraba una de las ediciones del Festival de Granada más brillantes y espléndidas de su historia.

La segunda obra del programa fueron los Cuatro últimos lieder op. 150 de Richard Strauss, para cuya interpretación se contó con la bella y poderosa voz de la soprano franco-danesa Elsa Dreisig. La cantante realizó una interpretación de esta hermosa página con sutiles matices y un control perfecto de la técnica y el fiato, un preciosista cuidado de la interpretación de los textos y e inflexiones expresivas de enorme sutileza, sublimando su contenido semántico en una de las versiones más maravillosas que el Festival de Granada haya escuchado en su historia. Tarmo Peltokoski dirigió con enorme habilidad y carácter a la orquesta del Capitole de Toulouse y ofreció el marco oportuno a la solista, si bien adoleció de control sonoro en algunos momentos, en los que un exceso de sonoridad impidió disfrutar al máximo de la bella voz de la cantante.

El programa concluyó con la postrera Sinfonía núm. 9 en re menor op. 109 de Anton Bruckner. La presencia en el concierto de clausura del Festival de esta partitura resultó muy oportuna, en una edición en la que se conmemoraba el 200 aniversario del nacimiento de Bruckner, pues se trata de un testamento musical que resume magistralmente la concepción formal y el trabajo motívico que caracterizan el estilo bruckneriano. El director, uno de los directores más jóvenes del siglo XXI y claro exponente de la enorme capacidad que tiene su generación, acometió la dirección de su Novena de Bruckner con un control de la calidad sonora impresionante, repleta de matices y una gran profundidad emocional.

Desde los primeros compases del Feierlich inicial, el público fue transportado a un universo sonoro donde la solemnidad y la mística se entrelazaban. La batuta de Peltokoski condujo a la orquesta con una claridad y una convicción que lograron capturar la esencia profunda del lenguaje del autor. Los temas se desarrollaron con una naturalidad casi orgánica, si bien adoleció de claridad en alguna entrada, aunque trabajó hábilmente la complejidad armónica y rítmica características de esta obra.

El segundo movimiento, Scherzo: Bewegt, lebhaft – Trio, Schnell, fue ejecutado con una energía electrizante. Aquí, la Orchestre National du Capitole de Toulouse demostró una cohesión y una precisión envidiables. Las transiciones entre el Scherzo y el Trio se realizaron con una fluidez que mantuvo la tensión y el interés del público en todo momento. Las cuerdas, poderosas y empastadas, y los vientos, siempre presentes y de gran belleza y rotundidad, brillaron particularmente, mostrando una interacción dinámica y un balance perfecto.

El Adagio: Langsam, feierlich, el movimiento final que Bruckner no logró completar, fue interpretado con una emotividad y un lirismo desgarradores. La orquesta supo extraer todo el pathos contenido en las notas, creando una atmósfera de introspección y sublime melancolía. El manejo de las dinámicas y el fraseo por parte de Peltokoski fue impecable, logrando que cada frase resonara con una claridad y una profundidad conmovedoras.

La interpretación fue acogida con enorme agrado por el público, que en una fresca madrugada hizo retumbar el Palacio de Carlos V con la misma fuerza con la que un par de horas antes lo hizo ante la victoria de la selección española en la final de la Eurocopa. Fue un recorrido emocional y espiritual a través del alma de Bruckner, llevado a cabo con un respeto y una pasión que honraron la monumentalidad de la obra. Asistimos, en definitiva, a una noche de triunfos que perdurará por mucho tiempo en la memoria de todos los presentes, y en la que Tarmo Peltokoski, un director del que se pueda augurar un meteórico futuro artístico, hizo su debut en el Festival de Granada.  

Gonzalo Roldán Herencia

 

73 FESTIVAL DE GRANADA

Programa: Richard Wagner, Obertura de Los maestros cantores de Nüremberg WWV 96; Richard Strauss,  Cuatro últimos lieder op. 150/TrV 296; Anton Bruckner, Sinfonía núm. 9 en re menor op. 109 “Romántica”.

Orchestre National du Capitole de Toulouse

Solista: Elsa Dreisig (soprano)

Director: Tarmo Peltokoski

Lugar y fecha: Palacio de Carlos V, 14 de julio de 2024

 

Foto © Fermín Rodríguez | Festival de Granada 2024

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