En programa la Sinfonía W. 182/3, en Do M., de Carl Philipp Emmanuel Bach y la Sinfonía nº 2, en Re M. Op. 73, de Johannes Brahms, para unas sesiones en las que Paul Daniel, con la Real Filharmonía de Galicia, parecía reverdecer antiguas emociones y vivencias y así pudimos confirmarlo en este reparto de obras.
El Bach de Hamburgo que pretendería alejarse de cargantes sentimentalismo ya en plena asunción de las exigencias palpables del Sturm und Drang, en esa búsqueda de una alternativa inevitable. Un paseo por el Hamburgo de innegociables claudicaciones. La mayor parte de las audacias, se manifiestan en el orden tonal, comenzando en el primer tiempo de esta Sinfonía en Do M. W. 182/3, idea de los temas de todos los movimientos en el conjunto de las sinfonías y en especial en los primeros movimientos, resultan de gran amplitud y sonoridad, derivando cada tema del precedente en una clara modificación de ciertas estéticas barrocas todavía en uso generalizado. Rara vez se llega con todo a producir una verdadera impresión de genuino contraste temático, siendo la textura homofónica, salvo en ciertos aspectos en el conjunto de sus devaneos.
El manejo de los instrumentos orquestales en este compositor, resulta con criterio y rigor, singular y sensible, y en especial en los movimientos lentos, en los que destaca un sentido acendrado de lo poético como seña de identidad. La madera resulta tratada con manifiesta maestría y en los pasajes a solo, aparecen reflejos de una grata sofisticación, que no superarán otros creadores de su generación. Ideas formales y expresivas, dejarán huella a modo de firma personal: súbitas interrupciones de movimiento progresivo y regresivo, cambios de tempo o dinámicas; el enlace sin pausa entre los tiempos, a menudo mediante una transición cuya intención modulatoria resulta obvia. Entre los refuerzos, la clavecinista Marta López.
Un Brahms en su dimensión más proteica a lo largo de los cuatro movimientos, con refuerzo en metales y con un Paul Daniel cargado de razones.
La Sinfonía nº 2, en Re M. Op. 73, resultaba para K.Geiringer un contraste similar al que observamos en Beethoven con respecto a la quinta y la sexta, quien tras haber trabajado sobre la Sinfonía en Do m. sintió el deseo de hacerlo sobre algo más ligero, despreocupado, aunque de la misma categoría y así, en el plazo de pocos meses, dio vida a la Pastoral. En Brahms, esta sinfonía, se inspira en el mismo sentimiento de la naturaleza y resuelta con mayor rapidez que la anterior. Todo el espíritu se refleja en su instrumentación, más delicada y transparente, desde las bucólicas flautas a los pastorales oboes, clarinetes, con un especial protagonismo. No obstante no renunció a la artillería pesada de los trombones y tubas que proporcionan a los movimientos extremos efectos opacos y espectrales, ya desde el Allegro non troppo inicial. Muy en su punto el refuerzo requerido en la sección de metales, con un director convencido de la respuesta colectiva.
El Adagio non troppo, grave y equilibrado, sirvió como elemento de demora, antes de llegar al Allegretto grazioso, quasi andantino, uno de los movimientos más asequibles y fáciles de todas las sinfonías, revistiendo forma de rondó, en tres ritornelli y dos episodios, el primero una variación de un ritornello, mientras que el segundo, ofrece reminiscencias de una canción popular húngara.
El Allegro con spirito, con una confiada felicidad, vendría a evita cualquier contraste violento, en el que la breve sección central, carecía casi de verdadero desarrollo, consistiendo en un verdadero episodio lírico. La breve recapitulación hacia la poderosa coda sellaría una exultante explosión dionisíaca. Una sinfonía que retocará en Lichtental, en el otoño de 1877, en el suburbio de Baden-Baden, lugar que frecuentaba aunque solo fuese para encontrarse con los Schumann y en especial con Clara, amiga y consejera. Unas palabras del violinista Grigori Nedobora, sirvieron de confraternización con el pueblo de Ucrania, antes de la interpretación de su himno con el público en pie por sugerencia de Paul Daniel.
Ramón García Balado
Real Filharmonía de Galicia / Paul Daniel.
Obras de Carl P. E. Bach y Johannes Brahms
Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela
Auditorio de Ferrol