Dos obras del Carlos López García-Picos por la Real Filharmonía de Galicia, tras comenzar con Le boeuf sur le toit (El buey sobre el tejado), de Darius Milhaud. Del homenajeado, el Concierto para piano, fagot, cuerdas y percusión A. 106, una obra con recursos atonales que se repiten en los tres movimientos, pero en diferentes inversiones, pretendiendo lograr un colorido diferente y brillante, y que se dio a conocer en Betanzos en 2001, y que para esta ocasión, se presentaba como estreno. Tres movimientos: Allegro Jocoso, Lento cantábile y Allegro jocoso-así de claro-, y hasta con detalles que podremos hallar en Les Six, quizás por la relación que el autor llegó a tener con Milhaud.
Obra en los dominios de ambos solistas Javier Ares Espiño y Álex Salgueiro, por la íntima relación que con él tuvieron. El pianista por su tesis dedicada al compositor y el fagotista, por el trabajo realizado con el grupo Zoar, sobre sus quintetos de viento.
Obras suyas fueron dedicadas a intelectuales gallegos y artistas, entre los que se inscriben L.Seoane, E.Blanco Amor, Castelao, Laxeiro o Díaz Pardo. Personalidades que tuvo la ocasión de conocer en Buenos Aires y a las que se añaden Xosé Manuel Beiras y Xesús Alonso Montero, a quien precisamente dedicó esta obra y que nos honró con su presencia en la sala.
Javier Ares Espiño siguió las docencias de Mariana Gurkova, Josep Colom, Guillermo González, Domenico Codispoti, Luca Chiantore, ampliando en música de cámara con Luis Rego, y en el espacio de la docencia en la Escuela Katarina Gurska, añadiendo asesoramientos de piano con Alexander Kandelaki y Nino Kereslidze.
Compañero para esta sesión, el fagotista Alex Salgueiro, miembro Zoar, fue protagonistas en los actos dedicados a Florencio Delgado Gurriarán, con motivo de la publicación del Cancioneiro de loita galega, con un concierto seguido en O Barco de Valdeorras, con obras de Bal y Gay, F.Mompou,A.Salazar, R.Halffter y el encargo de Carme Rodríguez, con Diásporas.
Maximino Zumalave, también tuvo una relación de proximidad con el compositor en su centenario. Sindy A. 31, tuvo como dedicatario al maestro Mario Benzecry y es obra de 1976 (Buenos Aires), con estreno en el Teatro Colón y la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, dirigida por Benzcry. El Palacio de la Ópera de A Coruña, la ofreció a comienzos de 1998, con la OSG, dirigida por Gloria Isabel Ramos y nuestro Auditorio de Galicia, en enero de 2010, con la RFG y Maximino Zumalave.
Sindy, composición que puede acercarse a la Segunda Escuela Vienesa, se abre con instrumentos de percusión y una entrada de cuerdas, en un matiz pianissimo, preparando el paso a la trompeta. Se suceden breves diseños de viento y la participación de cuerdas en divisi, destacando el chelo y completando con el timbal, seguidos por un tutti de cuerdas con diseños sincopados, destacando sucesivamente las intervenciones de instrumentos de viento, en clara textura contrapuntística. Un solo de clarinete, sobre un glisando ascendente, concluye con un cromatismo descendente, que nos lleva a un tutti orquestal de un pasaje aleatorio en fortissimo, con una brusca aparición del timbal. La flauta, manifiesta una explosión sonora confiada al criterio del director. La abundancia de contrastes, con ataques breves de viento y pizzicatti, en las cuerdas, dejaba espacio a entradas de viento sobre trémolos de cuerdas, con una perceptible influencia de Messiaen, en su Canto de pájaros, preparando el final con matices en fortissimo.
Darius Milhaud, alma y esencia del Grupo de los Seis, aunque guardase ciertas distancias, fue prolífico por excelencia y entre sus rasgos, el cuidado sentido del tratamiento armónico, que le facilitará el acceso a una práctica intuitiva politonal-Saudades do Brasil- o estas aventuras a las puertas del jazz, en Le boeuf sur le toit, en colaboración con J. Cocteau, para encumbrarse con La création du monde, no lejana a Stravinski.
Le boeuf sur le toit respira aromas tropicales brasileños, divagando entre estilos autóctonos, el tango y pinceladas jazzísticas. Una acción para un ballet, ubicado en los años de la Prohibición, con carga burlesca y surrealista, entre detalles de travestimientos jocosos, destinado al Theatre des Champs Elisées parisino, con decorados de Raoul Dufy. Todo un divertimento ligeramente descarado, cuya música parece no tomarse completamente en serio, por su actitud de pantomima. Un estilo de Rondó, alternado por aires de danza y el tema fundamental de Le boeuf sur le toit, a modo de estribillo, acentuando los contrastes, para lo que resulta una escritura de connotaciones politonales, que se sobrepone a esa imaginable superficialidad, que permanece un segundo plano. La amalgama de temas aportados, otorgan a la obra su gracia y ligereza, como pudimos comprobar.
Carlos López García-Picos, en el año 1957, se hizo notar por sus implicaciones en las actividades culturales de la Galicia de Buenos Aires, que le facilitará el contacto con señeras autoridades, constatables por ejemplo en la figura de Luís Seoane, en un artículo que le dedicará en la revista Galicia emigrante, o por la colecta de Eduardo Blanco Amor, realizará para ayudarle a sufragar los gastos necesarios para realizar su viaje a París, ciudad a la que llegará el 29 de agosto, donde recibirá clases de Tony Aubin y Darius Milhaud, en el Conservatorio Nacional y simultáneamente, los estudios de orquestación con Pierre Wismmer, que se ratificarán en dirección orquestal con Leon Barzín, en la Schola Cantorum, participando al mismo tiempo en L´Atelier de Composition, del centro, en el que eran también compositores de primer rango Olivier Messiaen, Henry Dutilleux, Florent Schmitt o André Jolivet.
Ramón García Balado
Xornadas de Música Contemporánea
Javier Ares Espiño, Álex Salgueiro.
Real Filharmonía de Galicia / Maximino Zumalave
Obra de Carlos López García-Picos y Darius Milhaud
Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela