La visita anual del director honorario de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, Günther Herbig ha estado centrada en los últimos años en la figura de Antón Bruckner. La celebración este año del 200 aniversario del nacimiento del compositor austriaco ha ratificado esta opción, programando su Séptima Sinfonía, una de las más celebradas e interpretadas de su autor.
El entendimiento por parte de Günther Hergib del peculiar estilo bruckneriano se ha visto confirmado una vez mas con una lectura excelente, de las mejores que Herbig nos ha dejado en su ya amplia colaboración con el conjunto grancanario. Los tempi elegidos en esta ocasión fueron lo suficientemente amplios para permitir el natural despliegue de los hermosos temas brucknerianos sin agobios, manteniendo la tensión interna, lo que impidió que sufriera el delicado equilibrio global de la obra.
El primer movimiento destacó por la nobleza con que fueron expuestas las sucesivas apariciones del tema principal, con unas cuerdas graves: violas, cellos y contrabajos, de hermosísimo sonido exquisitamente empastadas, a la que respondían violines y maderas con similar carácter, mientras la sección de metales se encargaba de coronar las grandes descargas de tensión, aunque no siempre con la suficiente contención para permitir la escucha nítida del resto del entramado contrapuntístico ni con la redondez y homogeneidad deseables.
El segundo movimiento adagio, verdadera alma de la pieza, fue plasmado con arrobo por la batuta, empleando un acertado rubato, que permitió erigir con ductilidad los dilatados crescendos que culminaban en monumentales climax coronados por los metales, aquí ya mejor conjuntados, y timbales en fortísimo. La crucial intervención en este movimiento del cuarteto de tubas wagnerianas no siempre estuvo a la altura, con apreciables problemas de afinación y empaste.
El scherzo aporto el necesario contraste por su carácter dinámico y rítmica muy marcada, al que el poético trio añadió un momento de relajación, certeramente recogido por Herbig.
El finale, cierre y recopilación de lo anterior, con sus dos temas básicos derivados de los temas principales de los movimientos iniciales, fueron diestramente plasmados por el director alemán, especialmente las sutiles y complejas transiciones entre ellos, junto a la Filarmónica de Gran Canaria que mantiene una singular sintonía con su director honorario.
Juan Francisco Román Rodríguez
Orquesta Filarmónica de Gran Canaria / Günther Herbig.
Sinfonía n. 7 de Bruckner.
Auditorio Alfredo Kraus, Las Palmas de Gran Canaria.