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Crítica / Cecilia Bartoli reina con Tito en Salzburgo - por Juan Antonio Llorente

Salzburgo - 06/08/2024

Sesto, personaje encargado de ordenar argumentalmente la obra de Metastasio La Clemenza di Tito, a la que recurrieron más de cuarenta compositores para sus óperas, siempre le ha atraído a Cecilia Bartoli, que en sus comienzos, incluía sendas arias del personaje concebido por Gluck y por Mozart.

En torno a este último, la mezzo italiana diseñó un programa monográfico para el pasado mes de mayo, conformando el Festival de Pentecostés, que dirige desde 2012 en Salzburgo, ciudad natal del compositor, al frente del cual permanecerá hasta 2026. Bartoli no quería irse sin rendir un homenaje a su músico preferido. Pero “cuando las cosas se hacen, se hacen bien”, ha dicho.

Como gran atractivo, su primera presencia escénica en la producción de La Clemenza, la ópera seria que el compositor acometió en 1791, en sus últimos meses de vida, al tiempo que La Flauta Mágica y el Requiem, y ahora se recupera en la cita veraniega del considerado Festival de Festivales. Gran expectación, por tanto, para el estreno en cuyo arranque se detectaban misteriosamente huecos en el patio de butacas. Razón: el temporal desatado una hora antes sobre la región, que impidió llegar a tiempo a algunos espectadores deseosos de lucir sus mejores galas. El problema se subsanó en el segundo acto, aunque los ausentes no pudieron formar parte de la audiencia que aclamó a Bartoli tras su familiar aria “parto, ma tu ben mio…”.

No fue la única ovación ni ella la sola ovacionada. De hecho, todos los protagonistas conocieron su momento de notoriedad, justo reconocimiento a sus prestaciones. Era de esperar en un cartel tan bien armado, con la firma de Gianluca Capuano en la dirección musical y de Robert Carsen en la escénica. Cada cual, aportando sus ideas personales. En el caso de Capuano, recurriendo como homenaje al Mozart prerromántico, que al final de su vida experimenta con las formas, a la interpretación con instrumentos de época de Les Musiciens du Prinnce-Monaco. Adaptando a mezzo la tesitura de castrato para la que Sesto se concibió y recuperando alguno de los recitativos habitualmente orillados, como el parlamento que abre el segundo acto.

Más polémico, el traslado de la acción por parte de Carsen a la Italia actual y, de paso, por poner en práctica la idea que quizá el “fuego en el Capitolio” que marca el libreto le sugirió, de proyectar imágenes del asalto a dicha institución en Washington promovida por Trump contra el advenimiento de Biden, que conmocionó al mundo. O porque en “su” Clemenza, que concluye con un final inesperado, el eje argumental lo mueve en torno a las maquinaciones de la intrigante Vitellia para no perder su poder. Lo cierto es que las únicas discrepancias del respetable fueron por el trabajo del director canadiense.

Por lo demás, aunque el último en saludar fuese, como es de rigor, Tito, titular de la ópera, la mayor gloria se centralizó en la presencia de Bartoli, segura en su instrumento: afianzada en el centro y las notas bajas, con esa inteligencia que sigue ordenando su carrera. Vitellia, la soprano lírica francesa, valiente en los agudos y rica en agilidades se ganó al público desde el terceto Vengo…aspettate, junto a Annio y Publio, hasta su aria conclusiva del segundo acto. Sorprendentes las prestaciones como Annio de la mezzosoprano israelita Anna Tetruashvili, gloriosa en las dos arias Torna di Tito al lato y Tu fosti tradito.

Muy aplaudidos el tenor Daniel Behle y el bajo Ildebrando d’Arcangelo (Tito y Publio, respectivamente). Encomiable la labor coral de Il canto di Orfeo y la prestación desde el foso de la orquesta monegasca con quien acostumbra a medir Bartoli su momento.

Juan Antonio Llorente

 

Cecilia Bartoli, Mélissa Petit, Anna Tetruashvili, Daniel Behle, Alexandra Marcellier, Ildebrando d’Arcangelo.

Les Musiciens du Prince-Monaco / Il Canto di Orfeo.

Gianluca Capuano, director.

Dir. Escena: Robert Carsen.

La Clemenza di Tito. Mozart.

Haus of Mozart. Salzburgo. 1 agosto 2024

 

Foto © Marco Borrelli

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