Tras bastantes temporadas ausente de la programación, Carmen ha regresado al Teatro Estatal Gärtnerplatz en una nueva puesta en escena de Herbert Föttinger. Se trata de una producción en la que la vertiente musical alcanza un nivel mucho más que satisfactorio. En primer lugar debe señalarse la muy acertada dirección musical de Michael Brandstätter, quien realiza una versión de rico colorido orquestal y en la que el conjunto sinfónico ofrece un sonido francés absolutamente convincente, algo que a las orquestas alemanas suele costarles bastante. Quizás en algunos pasajes sería deseable algo menos de contundencia y un mayor lirismo.
En todo caso, se trata de una versión brillante y que no cae en tópicos ni en la trampa de los falsos folklorismos. Anna Katharina Tonauer posee una voz cálida, redonda y muy diáfana con la que construye una Carmen vocalmente refinada, en la que sin embargo sería deseable algo más de volumen. Con medios puramente musicales consigue configurar una personalidad seductora, mórbida y sensualmente erótica.
El don José de Lucian Krasznec es en todo sentido ortodoxo. Tanto la línea de canto como la articulación de las frases son excelentes. La proyección vocal sufre en determinados pasajes debido a las exigencias de la puesta en escena. En todo momento Krasznec sabe dotar al personaje de un noble y muy expresivo dramatismo musical. Mária Celeng presenta una Micaela atípica, pero muy interesante, de hecho una lírica spinto, con gran volumen e intensa carga dramática. En algunos momentos se diría incluso que el papel le queda algo pequeño. Como Escamillo, Daniel Gutmann ofrece una vigorosa interpretación que no deja nada que desear. El resto del reparto cumple muy dignamente con su cometido. El coro, en especial la sección femenina, da pruebas de gran potencia y de un altísimo dominio del lenguaje musical de Bizet.
Por lo que respecta a la parte escénica, los resultados son decepcionantes. En Carmen es fácil caer en los lugares comunes y precisamente a eso Herbert Föttinger se lanza de cabeza. La acción es situada en los primeros años de un franquismo del que, evidentemente, Föttinger cree saber algo o mucho, pero que en realidad conoce muy poco y muy mal.
Los tres primeros actos se desarrollan en un interior de aspecto vagamente industrial, lo que no sólo resulta incongruente, sino también mortalmente aburrido. El cuarto acto transcurre en un espacio que más parece un templo egipcio en La flauta mágica o en Aida que el exterior de una plaza de toros. La psicología de los personajes, si de tal puede hablarse, es configurada de modo elemental, primitivo. Zúñiga es violento y barriobajero, Don José un pobre diablo, los soldados una manada de acosadores sexuales y Escamillo un chulo de género chico. A estos machotes, que derraman testosterona por cada poro, se contraponen las cigarreras acaudilladas por una Carmen que hasta se quita las bragas para que no nos queden dudas acerca de sus intenciones... Sólo se salva Micaela, pero mucho más por las grandes dotes de cantante y actriz de Maria Celeng que por la dirección escénica.
Si al menos la narración fuera coherente, se podría pasar el rato, pero tampoco eso: la historia es contada de modo torpe, a trompicones, sobreactuada, entre violencias y crispaciones innecesarias, sin una línea narrativa coherente y creíble, todo saturado de lugares comunes y de malentendidos. En resumen, lo mejor sería cerrar los ojos y disfrutar de la música. No es la primera vez y, por desgracia, seguramente no será la última...
J. G. Messerschmidt
Múnich, Teatro Estatal Gärtnerplatz. 17 de noviembre de 2024.
Carmen, opera con música de Georges Bizet y libreto de Henri Meilhac y Ludovic Halévy según la novela homónima de Prosper Merimée, con nuevos diálogos de Herbert Föttinger y Susanne F. Wolf.
Dirección escénica: Herbert Föttinger. Escenografía: Walter Vogelweider. Vestuario: Alfred Mayerhofer. Iluminación: Michael Heidinger.
Reparto: Anna-Katharina Tonauer (Carmen), Lucian Krasznek (Don José), Mária Celeng (Micaela), Daniel Gutmann (Escamillo), Holger Ohlmann (Zúñiga), Jeremy Boulton (Morales y Dancairo), Jacob Romero Kressin (Remendado), Mina Yu (Frasquita), Anna Tetruashvili (Mercedes), Frank Berg (Casares), David Špaňhel (Lillas Pastia).
Coro y Orquesta del Teatro Gärtnerplatz.
Dirección coral: Pietro Numico.
Dirección musical: Michael Brandstätter.
Foto © Markus Tordik