Concierto coral para cerrar la temporada de la Franz Schubert Filharmonia, rememorando asimismo el aniversario de la fundación de la Coral Càrmina, creada en 1972 por Jordi Casas y Bayer, con obras de dos siglos de diferencia.
La primera, “Veni Creator Spiritus - Cántico de los tres jóvenes”, del barcelonés Bernat Vivancos (Barcelona, 1973), el cual fue director de Escolanía de Montserrat, entre los años 2007 y 2014, y combina el vínculo con la tradición con la búsqueda de la espiritualidad que encontramos en su obra compuesta para la ocasión. Con lo cual, en la primera parte del concierto, asistimos al estreno absoluto de la última obra del compositor, reconocido como uno de los autores con más dominio de la música vocal y con un lenguaje propio que ha sabido conectar con el público contemporáneo, combinando cántico sacro medieval con las tendencias del Siglo XXI, disonancias efectistas y efectos especiales.
La segunda parte la coronó la “Sinfonía n°2 de Félix Mendelssohn, op. 52 ("Lobgesang", o Himno de alabanza), aparecida en 1840 y que fue en realidad la última de sus cinco sinfonías. La ocasión de su composición, curiosamente, fue el 400 aniversario de la invención de la imprenta, pero los textos utilizados en sus secciones corales están extraídos en su mayoría del Libro de los Salmos.
Sus tres movimientos instrumentales, el final coral de varias secciones con fuga y numerosos detalles menores atestiguan el hecho de que Mendelssohn, gran director de la histórica orquesta de la Gewandhaus Leipzig, estaba lidiando con el ejemplo de la “Sinfonía nº9 en re menor” de Beethoven, op. 125, que casi nadie más estaba haciendo en 1840. La obra es sui generis dentro de la obra de Mendelssohn, y ha sufrido históricamente tanto porque no es uno de sus éxitos infalibles como por ser una obra religiosa en una época secular. Sin embargo, parece estar regresando, quizás porque es un trabajo desconcertante y algo deforme que les da a los directores algo en lo que profundizar.
Esta versión, bajo la dirección de Daniel Mestre, ejecutó la interpretación de manera consistente y mantuvo un buen control sobre un trío de solistas vocales que podrían haber interrumpido el flujo si se hubieran soltado; el coro final, que puede ser realmente conmovedor bajo el ataque coordinado de un gran coro, aquí tiene el sabor de los ejercicios más académicos de Mendelssohn.
La hora de ejecución que marca su duración aproximada ha servido para tener una idea de la ligereza que Mestre aporta a toda la obra. En la gran cantata que concluye la pieza, la calidez de la Coral Càrmina también da vida a la obra, y los solistas, el tenor Roger Padullés; Ulrike Haller y Mar Jordana (esta última miembro de la Coral), sopranos son de primera categoría.
Luis Suárez
Ulrike Haller, soprano. Mar Jordana, soprano. Roger Padullés, tenor.
Coral Càrmina.
Franz Schubert Filharmonia - Daniel Mestre, director
Félix Mendelssohn: Sinfonía n.° 2, op. 52 ("Lobgesang") / Bernat Vivancos: Cántico de los tres jóvenes.
20 y 21/05/2023 – Auditori Josep Carreras (Vila-Seca, Tarragona) / Palau de la Música, Barcelona.