Desde hace nueve años el Auditorio de la Diputación de Alicante (ADDA) dedica una jornada de su programación de otoño a la guitarra en colaboración con el Máster en Interpretación de Guitarra Clásica de la Universidad de Alicante que, como absoluto referente internacional, se viene impartiendo desde el año 2013. Para esta ocasión se ha programado el estreno absoluto del Concierto Allegro para guitarra y orquesta del compositor, crítico y tratadista turinés Nicola Campogrande, contándose con la participación de ADDA·Simfònica y su titular al frente, el maestro Josep Vicent y la guitarrista tarraconense Anabel Montesinos, una de nuestras intérpretes más valoradas en el panorama internacional.
Su particular modo de afrontar la presentación de una obra denota seguridad técnica y artística en tal empeño, capacidad de descubrimiento y sentido de compromiso, tres cualidades que pudieron apreciarse desde su primer tañido jocoso y sincopado del Andante que abre la obra. Su diálogo con la madera dejaba un alambicado sentido camerístico propiciado, dinámicamente, con una muy acertada amplificación electrónica del instrumento solista, que siempre se percibía en perfecto equilibrio con la masa orquestal, favoreciéndose en todo momento la calidad bien-sonante de esta obra en la que el maestro Campogrande ha sabido plasmar la frescura y vitalidad que tiene esta creación musical en la que el ritmo tiene también un protagonismo destacado, como se pudo apreciar en el sentido de diálogo compartido por la solista y el director. Josep Vicent captó la personalidad de Anabel Montesinos, propiciando en todo momento la fluidez del discurso, que atrapaba la atención del público, haciendo que éste se fuera implicando progresivamente en una complaciente escucha.
El tiempo lento central, Larghetto, situado así según los cánones clásicos de la tripartita forma concertante, se desarrolló con una exquisita sensibilidad por los instrumentos de madera, entre los que inicialmente el clarinete mantuvo una cierta preponderancia para, más adelante, surgir de manera curiosa la sonoridad del xilófono, que se manifestaba en una alternancia con la guitarra con mágico efecto, convirtiéndose este pasaje en un ejemplo muy distintivo de la fantasía e ingenio de los que hace gala el compositor piamontés, en el que la vanguardia no se desvincula totalmente de la tradición.
Por último, apareció con su especial carácter el sonido del metal de esta orquesta en el Andante gioioso final en el que destacaron el protagonismo del oboe en el segundo bloque temático, el ritmo en contratiempo de su desarrollo y la hermosa cadencia de la guitarra antes de enfilar la conclusión de esta obra, que está llamada a tener un muy positivo recorrido, dada su afinidad natural a la sensibilidad del gran público. El auditorio reaccionó con gran satisfacción, expresada con un cerrado aplauso para los protagonistas (compositor, solista, director y orquesta), lo que llevó a Anabel Montesinos a ofrecer una apasionada versión de Asturias de Isaac Albéniz, en la que se pudo disfrutar de la versatilidad del sonido de la guitarra, construida en el taller que tiene en la pequeña localidad estadounidense de Cataumet (Massachusetts) el imaginativo lutier Stephan Connor, sin duda, uno de los constructores de instrumentos de cuerda actualmente más interesantes y revolucionarios.
La velada tuvo sus momentos más espectaculares con dos obras emblemáticas del repertorio orquestal romántico ruso; la Sinfonía ‘Patética’ de Piotr Ilyich Tchaikovsky y Una noche en el monte pelado de Modest Moussorgsky, de la que se sirvió Josep Vicent para demostrar la vibrante conjunción de sus secciones instrumentales y su luminoso sonido, sorprendente en los metales, que determinan siempre una destacada referencia en la sonoridad de esta formación. En los dos episodios centrales, antes de la re-exposición, se pudo disfrutar de todas las curiosas armonizaciones que no suelen escucharse habitualmente, significando una muy gratificante y novedosa experiencia para quien suscribe. El amanecer final fue un delicado alarde de evocación plástica a cargo de la sección instrumental de viento-madera, en su misión de convertirse en un halo de color sonante sobre la cuerda, lográndose así una fascinante versión.
El programa terminó con la rica musicalidad que aporta la más representativa obra orquestal de Tchaikovsky en la que Josep Vicente y ADDASimfònica se superaban a sí mismos sobre su presentación del pasado 29 de septiembre, cuyo comentario crítico, firmado también por quien aquí escribe, fue publicado días después en esta misma web, y a la que me remito en sus detalladas valoraciones, confirmándose la exploración de nuevos horizontes en la recreación del director, que llega manejar su orquesta con tal grado de sentimiento que por sentido, técnica y sonoridad volvía a sorprender a un teórico experimentado oyente bien informado sobre esta sinfonía. Un público muy espontáneo no dejaba de aplaudir en cada movimiento como reacción ante las emociones que producía tan sensitiva y brillante interpretación.
José Antonio Cantón
ADDA·Simfònica
Solista: Anabel Montesinos (guitarra)
Director: Josep Vicent
Obras de Nicola Campogrande, Modest Moussorgsky y Piotr Ilyich Tchaikovsky
Sala Sinfónica del Auditorio de la Diputación de Alicante (ADDA) / 11-XI-2023