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Crítica / Brahms & Schmidt… y viceversa - por Luis Mazorra Incera

Madrid - 15/11/2023

La Orquesta Nacional de España dirigida por David Afkham arrancó un (tildado de) "sinfónico" Primer concierto para piano y orquesta de Johannes Brahms con declarado carácter. Un carácter que parecía destacar, ya desde su intensa introducción orquestal (Maestoso), sesgos, en cierta manera, expresionistas.

Un carácter que, de manera más ajustada, retomara Javier Perianes, tratando de conjugar aquella densa arquitectura acórdica del de Hamburgo y esta tensión armónica de (relativa) abrupta articulación y raíz beethoveniana, con la base poética que le sustenta y con la que abiertamente alterna.

Una poética que remite de inmediato a Robert Schumann, y que, como en un guiño final del intérprete, quedaría luego plasmada en la breve propina: Habla el poeta, última y, frágil donde las haya, pieza de las Escenas de niños del de Zwickau con que el citado solista correspondió al aplauso del público.

Una versión noble y complementada entre ambos protagonistas de este Concierto que se pliega con facilidad ante la conformidad interpretativa. Una versión que apuró con intencionada claridad formal, los momentos líricos, desarrollados hoy en un especialmente compacto segundo movimiento (Adagio).

Impetuosa entrada del piano en el tercero (Rondó, Allegro non troppo) tratando de romper aquel clima, pero que, como compulsivamente, enseguida se somete, igualmemte, a esta imagen general concertante, cohesiva y severamente lírica.

La Cuarta sinfonía de Franz Schmidt se siguió tras el descanso. Una obra que ya habíamos escuchado este mismo año la temporada pasada, por protagonistas comunes (el mismo podio pero con la Orquesta Sinfónica de Madrid). En aquella ocasión, buscando cierta, levísima, provocación, había titulado: Strauss y "un tal" Schmidt…

Aquí podría haber hecho lo mismo, además, por razones estéticas más declaradas (y no tanto por las sociales o políticas contemporáneas de aquel otro… más manidas): Brahms y "un tal" Schmidt… pero ya no viene al caso.

Tampoco da para invertirlo: Schmidt y "un tal" Brahms… aunque no saldría mal título, pues apuntaría a la notoria celebridad de Schmidt en su tiempo.

Este "Réquiem para mi hija", como el compositor llamaba a su obra trazada en un solo movimiento, tuvo esta tarde una traducción destacada. Una versión donde convergieron, su absoluta pretensión sinfónica con la referencia poématica propia de este final de período romántico.

Sus tersas líneas fueron desgranándose en un sólido continuo, sin excentricidades, desde el sucinto planteamiento inicial de la trompeta a la recapitulación de ésta. Una lograda fluidez de trabado contrapunto, con ligeros detalles más de textura que tímbricos, citas más o menos presentes y aprovechamiento de la tradición heredada, con ese socorrido carácter dramático de fatal consuelo.

Una interpretación memorable que, para el que suscribe estas líneas, superó su presentación en la temporada pasada.

La respuesta del público también fue mucho más entusiasta que cuando aquello y obligó a Afkham a ir presentando, uno a uno, los atriles con mayor responsabilidad en el resultado, empezando y acabando, lógicamente, con… el primer trompeta… Una feliz situación más propia de otras obras más populares o virtuosas del repertorio.

Luis Mazorra Incera

 

Javier Perianes, piano.

Orquesta Nacional de España / David Afkham.

Obras de Brahms, Schmidt y Schumann.

OCNE. Auditorio Nacional de Música. Madrid.

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