La voz profunda, con variados matices y poderosos registros medios y agudos, sin perder la poderosa cualidad de contralto, hacen de Gerhild Romberger una excelente solista de concierto. En particular el ciclo Las noches de verano de Héctor Berlioz, con esa extraña musicalidad de que hace gala el galo, fueron excelente muestra de ello en el Teatro monumental madrileño.
Una extraña expresividad romántica, a menudo desnuda y a contracorriente, maldita en cierto modo, que, al margen de la crítica fácil, tiene poco punto de comparación en el romanticismo mismo. Y menos a esas alturas de la película. La compraría, por decir algo, con el ultimísimo y encriptado Liszt o, si me apuran, con algún Mussorgsky... también malditos... (!?)
Un contexto poético intenso donde la línea vocal queda, a menudo como dije, desnuda y desolada. Una franca delicia de inicio, de inicio de concierto y de temporada, la de la Orquesta Sinfónica de Radio Televisión Española dirigida por Pablo González.
De seguido, aunque ya con su descanso preceptivo, una Sinfonía pastoral, de un Beethoven hoy en asertivo punto de extroversión y cierta tendencia a la lógica formal y limpia articulación previsible. Bueno, miento, algún detalle imprevisible de la dinámica de los primeros violines del segundo movimiento (“Escena junto al arroyo”), sí que sorprendió, aunque no se entendiera del todo en aquel momento.
Por cierto, tanto en esta pieza (10 y 10), como en la anterior con menor elenco (8 y 8), los primeros y segundos violines estuvieron enfrentados a ambos lados del podio en proscenio, y, lo que es más, perfectamente equilibrados numéricamente. Todo un trabajo de transparencia en el que alguna sección del viento, en segundo plano armónico y rítmico, no se encontraba especialmente cómoda. Pero esto es parte del peligro que puede, y quizás deba, asumirse.
El tercero, arrancó scherzante con brillantez a costa de remarcar un perfil más folclórico (“Animada reunión de campesinos”) perdiendo algo el equilibrio acústico con los incisos escritos en el viento madera, velados. Cambios de tempo oportunos dentro del conjunto que estaba tomando ya esta versión.
Los “relámpagos y tormenta” nos devolvieron a... Berlioz. No tanto a sus certeras visiones de esta y otras sinfonías de Beethoven, escritas en múltiples ocasiones por el francés, sino a su propia música. Eso sí, no a la escuchada hoy previamente, sino a otras partituras más aparatosas y trilladas en su repertorio.
Había versión desde el podio. Una versión con la que se puede estar o no de acuerdo en algunos detalles. Pero, indudablemente, no se escuchó, por enésima vez... la misma Pastoral.
El movimiento final, de alguna manera, se presentó más ecléctico y contemporizador, más envolvente, sin entrar en demasiadas ínfulas o experimentos: un clima general de relativa majestuosidad.
Luis Mazorra Incera
Gerhild Romberger.
Orquesta Sinfónica de Radio Televisión Española / Pablo González.
Obras de Beethoven y Berlioz.
Teatro Monumental. Madrid.