Celebrando el 250 aniversario del nacimiento de Beethoven ha comenzado este ciclo elaborado por el CBA en coproducción con el CNDM. Serán nueve conciertos a lo largo de este curso en los que podremos escuchar las 32 sonatas de Beethoven, los 18 estudios de Ligeti y 9 obras recientes de compositores españoles. Idea original e inteligente de Antonio Moral.
Este primer concierto estuvo a cargo de Daniel del Pino, prolífico pianista de actividad imparable que eligió cinco sonatas tempranas de Beethoven, escritas para clave o pianoforte y compuestas entre los 23 y 28 años cuando ya se había instalado en Viena.
Comienza el concierto con la Sonata nº7. El pianista nos ofrece una versión muy elaborada de una obra de carácter improvisatorio donde se suceden los arrebatos beethovenianos sin perder la compostura.
Escuchamos dinámicas y contrastes tímbricos que difícilmente podrían conseguirse en los pianofortes de la época y que en los actuales y en manos de un pianista con recursos como Daniel del Pino podemos entender mejor hasta donde ha podido llegar el lenguaje beethoveniano, permanentemente actual, por lo que no parece nada descabellado intercalar entre las sonatas los estudios de Ligeti, compuestos 200 años después.
Antes de interpretar su Estudio nº1, “Désordre” Libro I, compuesto en 1985, nos explica el pianista su experiencia con esta obra que eligió hace años pensando que era fácil al ver en la partitura una escritura transparente y se encontró con un insólito problema de coordinación de las manos en el teclado que le hacía sentir como si con una pierna pedaleara en bicicleta y a la vez con la otra diera saltos sobre las piedras de un arroyo. En ningún momento percibimos esa dificultad, solo oímos música.
A continuación, interpretó las dos sonatas op. 49 nº1 y nº2 de Beethoven, editadas en su momento sin permiso del compositor años después de ser escritas.
Son piezas fáciles para principiantes interpretadas por Daniel del Pino con una sencillez casi infantil, quizá como recuerdo de sus comienzos al piano, actitud absolutamente apropiada.
Entre ambas sonatas intercala “Etude d’Oiseaux” de Francisco Lara, compuesta en 2016 y estrenada por Daniel ese año, dedicada a él. Nos recuerda el lenguaje de Messiaen con acentos de Ligeti.
En la segunda parte del concierto escuchamos la Sonata nº6, op. 10, nº2 de Beethoven. Es una obra comedida, elegante y alegre, con un final feliz, fugado y muy rápido que exige destreza al ejecutante. Después de esta sonata irrumpe otro estudio de Ligeti “L’escalier du diable”, el nº13 del segundo libro compuesto entre 1988/94. Es una pieza frenética que obliga al pianista a desplazarse por el teclado, incluso por la banqueta como una huida en círculo que termina con una larga resonancia de la cordera, armónicos disipándose lentamente como cayendo por un abismo y que mantiene al público en tensión y a la expectativa.
Los aplausos relajan el ambiente y dan paso al final del concierto con la Sonata nº1, op.2, nº1 compuesta por Beethoven a los 23 años. Apasionada y rica en matices. La belleza melódica del Adagio parece un poema, ya oímos aquí la lógica retórica del discurso musical beethoveniano. Belleza intemporal que agradecemos como broche final a este magnífico concierto. El teatro lleno, el público aplaudiendo largamente. Como propina interpreta el Estudio nº4 de Chopin con el que Daniel del Pino deja claro de nuevo su dominio del piano y su conocimiento de los estilos musicales en el difícil ejercicio de conciliar obras actuales con otras históricas. Reto conseguido. Un gran concierto en el centro de Madrid.
Sol Bordas
Beethoven Actual
Daniel del Pino, piano.
Círculo de Bellas Artes, Teatro Fernando de Rojas, Madrid.
21 de octubre de 2019