Dentro de la XXIV Temporada de Grandes Conciertos de Otoño y en su pequeña gira española, hizo escala en Zaragoza la Orquesta Filarmónica de Oslo que dirigida por el ruso Vasily Petrenko venía con el pianista de Macedonia Simon Trpceski quien interpretó el segundo concierto opus 83 para piano de Johannes Brahms. La obra es una composición de estructura novedosa respecto a la convención del momento de dicha forma musical, que tuvo una larga gestación de tres años. La orquesta tiene entidad propia y un protagonismo tal que va más allá del simple acompañamiento al solista.
Su complejidad técnica supone un auténtico reto para el intérprete, que debe sobrepasar generosamente esas dificultades para poder volcarse en los valores musicales. No parece que llegásemos a ese punto en esta ocasión. En el primer movimiento Trpceski no se impuso en sonido a la orquesta que pudo con él por momentos. Mejoró el volumen en el segundo tiempo donde el solista se mostró efusivamente extrovertido.
En el Andante es justo reconocer el gran solo de la violonchelista, especialmente inspirado. El pianista acompañó muy discretamente en estos solos. En la reaparición del tema en el violonchelo no escuchamos el teclado de puro pianissimo que tocaba Trpceski. En el cuarto tiempo la orquesta se comía a veces al solista. Este tiene una manera de tocar muy desenvuelta y relajada pero nos dejó el regusto de haber más gesto que plasmación en resultados. Junto a algún desajuste del piano respecto a la orquesta, pues había ocasiones en que parecía adelantarse a ella, la sensación fue de haber asistido a una interpretación bien resuelta pero en nada especial ni destacable.
Por el contrario los noruegos propusieron una no por ubicua subestimable Scheherezade que desgranaron con un resultado excelente. La lectura de Petrenko se caracterizó por transcurrir ligera, con unos tiempos buenos, enérgica pero no escandalosa, desprovista de afectación, con instantes sensuales mas no sensibleros y con un final explosivo pero con una orquesta bien sujeta por las riendas. La orquesta hizo un alarde de sus magníficos solistas, en especial la concertino y el primer fagotista en “La historia del príncipe Kalender” además de la primera trompa, el clarinete y el flautista (el español Francisco López, músico de brillante carrera). La sección de maderas brilló sobremanera en cuanto a su compenetración y al timbre conseguido.
Víctor Rebullida
Simon Trpceski, piano. Filarmónica de Oslo / Vasily Petrenko.
Concierto para piano nº 2 de Brahms y Scheherezade de Rimski-Korsakov.
Ibermúsica. Auditorio de Música de Zaragoza (1 de febrero de 2019).
Foto: Simon Trpceski, piano (Simon Fowler / EMI Classics)