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Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / Barroco, perla imperfecta - por Genma Sánchez Mugarra

Bilbao - 20/05/2024

La Orquesta Sinfónica de Bilbao nos sumergió, en esta ocasión, en una época musical no muy frecuente, el Barroco, bajo la dirección del violinista Pedro Gandía Martín, especialista en este periodo, no en vano ha sido, durante veinte años, director artístico de la Orquesta Barroca de Sevilla. Concertino, fue el conductor de un conjunto de una treintena de músicos, principalmente de cuerda, con una excelente ejecución.

La primera obra fue del compositor, violinista, coreógrafo y bailarín francés, Jean Marie Leclair: Suite de la tragedia Scylla et Glaucus, poema dramático para ponerlo en música. Magnífico solo de Gandía Martín, con gran virtuosismo y acompañado por la viola y el chelo en Concerto Grosso “La Follia” de Francesco Geminiani, compositor, violinista y pedagogo musical italiano emigrado a Reino Unido. De Vivaldi, compositor y violinista italiano, creador de las bases del concierto, L’Olimpiade, drama  a través de la música y de Luigi Boccherini, compositor y violonchelista italiano, de la época llamada “música galante”, propia ya de los salones burgueses y contraria a la teatralidad y complejidad de la música anterior y precursor del quinteto de cuerda con dos violonchelos, La Casa del Diavolo.

Todos pensábamos que esta pieza sería la última de la noche pero, para nuestro regocijo, no fue así.

En el barroco no solo hubo música instrumental sino una espléndida y abundante música vocal, se creó la ópera como género y se desarrolló ampliamente el oratorio. Y aquí aparece nuestro segundo protagonista: el contratenor Tim Mead. Cantante inglés especialista en ambos registros con una hermosa y cálida voz, interpretó obras de Handel, músico alemán que conquistó Inglaterra con su estilo italiano unido a la sobriedad inglesa: dos escenas de Julio César en Egipto  (con un precioso dúo entre la voz y la trompa), otra de Orlando y otra de Rodelinda. De Vivaldi una escena de Il Giustino y  otra de L’Olimpiade.

Su interpretación de gran maestría, arte y dominio no gozó, con todo, de gran potencia por lo que la orquesta fue, en algunos momentos, aplacada, acertadamente, por el director.  No todas las perlas son perfectas. Sin embargo, al final de la velada, nos ofreció el aria de Rinaldo de Handel, Lascia chi’io pianga:

Deja que llore

Mi cruel suerte”

Y el Palacio Euskalduna estalló.

Genma Sánchez Mugarra

 

Palacio Euskalduna de Bilbao

Orquesta Sinfónica de Bilbao

Música de Leclair, Handel, Vivaldi, Geminiani, y Boccherini

Tim Mead, contratenor

Pedro Gandía Martín, violín y director

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