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Crítica / Bajo la égida de Mahler - por Juan Francisco Román Rodríguez

Las Palmas de Gran Canaria - 05/11/2024

El quinto programa de abono de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria presentó el debut en España del prestigioso director griego Constantinos Carydis junto al reconocido cellista ruso Alexey Stadler en un programa inteligentemente confeccionado que, bajo la sombra de Mahler, incluyó a Shostakovich y Dimitri Mitropoulos. 

Blumine de Mahler se interpretó por primera vez por la Filarmónica de Gran Canaria. Movimiento sinfónico procedente la Primera sinfonía, desechado por su autor con posterioridad, en mi opinión con acierto pues tiene poco que ver con el resto de la sinfonía, que Carydis afrontó con delicado lirismo, obteniendo hermosos sonidos legato de la sección de cuerdas, junto a las importantes intervenciones de las maderas solistas y del primer trompeta de la orquesta, David Lacruz, en un momento especialmente dulce de su amplia carrera con la orquesta.

El Primer Concierto para cello de Shostakovich fue afrontado por Alexey Stadler exhibiendo un sonido homogéneo y bien timbrado, sin desequilibrios entre los distintos registros. Fue una lectura doliente e interiorizada, sin los arrebatos y la rebeldía que otros solistas imprimen a la pieza, que Stadler inició algo cohibido para ir entrando en la materia a medida que avanzaba el primer movimiento, obsequiándonos con una cadenza excelente. Carydis adoptó la visión del solista, obteniendo del conjunto grancanario un sonido nítido y expresivo que otorgó amplio margen al desempeño solista sin interferir en su proyección sonora.

Burial, entierro en español, es una pieza sinfónica en torno a los 12 minutos, que el gran director griego Dimitri Mitropoulos compuso a los 19 años. Concluida en 1915, refleja las impresiones que en su autor dejaron las desgracias de la Primera Guerra Mundial, todavía en sus inicios cuando se estrenó la obra. Adopta la forma de una marcha fúnebre, en forma fugada, estructurada en un gran arco sonoro, iniciado por los contrabajos en pianísimo, a los que se van añadiendo progresivamente el resto de secciones de la orquesta hasta culminar en un gran climax, volviendo progresivamente al pianísimo inicial. Carydis la dirigió con innegable convicción y dinámica excelentemente graduada, obteniendo una lectura impactante y compacta, muy cuidada en el equilibrio entre secciones.

La velada concluyó con la Sinfonía nº 9 de Shostakovich, Es curiosa la trayectoria de esta pieza. De ser considerada durante años una obra menor e incluso fallida, escasamente interpretada y grabada, ha pasado en los últimos tiempos a frecuentar los escenarios y las salas de grabación con mayor asiduidad y su estimación general ha subido al considerarla un admirable ejemplo del Shostakovich más antiretórico y sarcástico, que huye con pavor de la grandilocuencia, haciendo un corte de mangas a lo que la oficialidad soviética de la época esperaba de una Novena sinfonía de su compositor más reputado. Para ello recurre al clasicismo a la manera de Haydn, de intachable factura: el primer movimiento es un perfecto ejemplo de forma sonata clásica, pero con la sonoridad personalísima y el humor del gran autor ruso, tal vez menos ácido que en otras ocasiones, sin renunciar a la oscuridad e incluso la tragedia, reflejada en los dos movimientos lentos.

Carydis nos dejó una interpretación refulgente, de fraseo punzante, clarísima de texturas y muy rica en el color, que plasmó con mano maestra la amplísima paleta de caracteres, desde las notas humorísticas del primer movimiento, al inquietante moderato, pasando por la terrorífica irrupción de trombones y tuba en el coral del Largo -espléndidos los cuatro metales-, hasta llevar al allegreto final ¿alegre?

La Filarmónica de Gran Canaria atendió sin vacilar a los requerimientos de la batuta, dejándonos uno sus de los mejores Shostakovich, siendo de justicia destacar la impecable labor del fagot solista Miguel Angel Mesa en el Largo.

Juan Francisco Román Rodríguez

 

Alexey Stadler, cello.

Orquesta Filarmónica de Gran Canaria / Constantinos Carydis.

Obras de Mahler, Shostakovich y Mitropoulos. 

Auditorio Alfredo Kraus. Las Palmas de Gran Canaria.

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