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Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / Ariodante: Sa trionfar ognor… - por Ramón García Balado

A Coruña - 20/11/2022

Il Pomo d´Oro, formación especializada en trabajos historicistas y en especial en el autor que nos afecta,  que en sus orígenes nos traslada al año 2012, por iniciativa de Giulio D´ Alessio y Gesine Lübben, contando con una amplia serie de registro que se acercan a los cuarenta, colaborando con primeras figuras como Joyce D´Donato, Hanns Hallenberg o Franco Fagioli y directores habituales en sus producciones como  Maxim Emelyanychev y Francesco Corti.

El nombre del grupo, nos lleva a Antonio Cesti (1623/69), por la ópera espectacular del mismo título, en los años gloriosos de su carrera, un compromiso adquirido en 1666, con motivo de los actos de gran fasto, con motivo del enlace de Leopoldo I y Margarita Teresa, de España, aunque habría de esperar dos años para su estreno, conmemorando el 17 cumpleaños de la Emperatriz. En resumen, un gran aparato escénico en una ópera extensa, con 24 escenas, un ballet ecuestre, fuegos de artificio y otros despliegues.

Estábamos ante  Ariodante de G.F.Händel, en esta producción dirigida por George Petrou, en plenas garantías de solvencia desde la impetuosa obertura y el arropamiento a los solistas en los pasajes de portentosa intensidad.  Para esos roles principales repartidos para mayor empaque de señorío, se repartieron  entre la soprano Melissa Petit- Ginebra, Princesa de Escocia-, spinto-coloratura de timbre penetrante, y que magnetizó en arias como Il mio crudel martoro o la incandescente Si, morró; ma l´onor mio; el contratenor Franco Fagioli, primus inter pares,  para el rol de Ariodante, hermano de Locarnio, presto a imponer las exigencias que su papel demandaba, fue la clave del espectáculo lirico, desde el aria eje Scherza infida in grembo al drudo, con el público rendido para remarcarse en la nobleza del canto con Dopo notte, atra e funesta…   

El bajo Alex Rosen, como El Rey de Escocia, de fraseo ligado y extensión sin fisuras, respondió a las demandas de su personaje, en su aria Voli có la sua tromba… de desafiante planteamiento que ratificaría en Al sen ti stringo e parto… El tenor Nicholas Phan, como Lucarno, reseñable por la cualidad de sus agilidades y una dotada brillantez de las sfumature, dotó de sensaciones a flor de piel con Tu vivi, e punito y a la cruda Il tuo sangue, ed il tuo zelo...  

La mezzo Luciana Manzini para Polinesso, duque de Albany, en ese rol posiblemente equívoco, propia para sus recursos de dramática de agilidad, alcanzó, como era de esperar, el estado de gracia en Dove, giustiza, amor…   completando  la soprano Sarah Gildforf,  en el papel de  Dalinda, dotada de una densidad ostensible y un contenido vibrato, fue la voz precisa para Il primo ardor…y para Se tanto piace al cor…

Una Ariodante HWV 33, que a lo largo de los años, recibió las necesarias revisiones, en este complejo imbroglio,  partiendo de un libreto amparado en el anonimato y tratado por Antonio Salvi, anunciado como  Ginevra Principessa di Scozia y una vaga inspiración en Orlando Furioso de L. Ariosto, destinado al Teatro del Covent Garden a comienzos de  1735, primera destinada a ese coliseo, un duro enfrentamiento con sus rivales de la Ópera de la Nobleza, que recibía el apoyo del Príncipe de Gales. Un trabajo que se ofreció en once representaciones, añadiendo ballets de Marie  Sallé, quien también había colaborado en Alcina. No soportará el peso del olvido hasta que la Hallische Händel-Augabe, publique una edición en los años sesenta del pasado siglo, reponiéndose con regular frecuencia. En la primavera de 1971, la New York Society, realizó una versión de concierto, destacando la mezzo Sophia Steffan-Ariodante-y la soprano Judith Raskin- Ginevra-, y actualmente tienta las apetencias de las grandes mezzosoprano.  Ariodante, tuvo para su estreno al castrato Giovanni Carestin, a las sopranos Anna Mª Strada  del Pò y Cecilia Young, a la contralto Maria Caterina Negri, al tenor John Beard y al  bajo Gustavus Waltz.

Händel en sus fastos ingleses confirmados con el montaje de Rinaldo, que le convirtió en el vate definitivo de la ópera italiana, mientras se asistía al saqueo de la misma por incompetentes como Clayton (Arsinoë), quien había provocado un auténtico desguace, con traducciones al inglés, sobre un libreto de Motteux, manejando arias de Scarlatti y G.Battista Bononcin.

La  fundación de la Royal Accademy of Music, había traído bajo la tutela del astuto Heidegger, el comienzo de una nueva etapa, a la que se enfrentó Händel, a  consecuencia de las continuas trifulcas de las Prime donne Faustina y Cuzzoni, excelente caldo de cultivo para hurgar sin denuedo. No faltará el enfrentamiento con la Opera of Nobility, que se jactaba de tener en nómina a los grandes talentos del momento, castrati como Senesino o Farinelli, al tiempo que Händel se las verá con Porpora, otro de los grandes talentos en el espacio de la creación.

Seguimos pues la garantía de su poderío en esta confirmación de la ópera en italiano, de la que fue propulsor especial, con Poro y Ezio (libreto de Metastasio), en la insalvable pugna con Opera of Nobility, duplicando fastos de gran despliegue, en el manejo de la ópera-ballet, de influencia francesa, con esta Ariodante y con Alcina. El uso de los modelos franceses, se aceptaba en Londres con motivo de la presencia de una compañía de bailarines- Marie Sallé, entre ellos-, y que se comprenderá por el éxito conseguido por la ópera de Rameau, Hyppolithe , aunque las sospechas de deudas contraídas, no pasa de una mera especulación.

Ramón García Balado

 

Amigos de la Ópera de A Coruña

Franco Fagioli, Mélissa Petit, Sarah Gilford, Luciana Mancini, Nicholas Phan, Alex Rosen. Il Pomo d´Oro/ George Petrou.

Ariodante / G.F. Händel (Versión de concierto)

Teatro Colón, A Coruña       

 

Foto © Alfonso Rego   

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