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Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / Alexandra Diarescu: la poética de Grieg - por Ramón García Balado

Santiago de Compostela / Ferrol - 20/03/2023

Jaume Santoja es director de la O.S. di Milano y ejerció como invitado en la Euzkadiko Orkestra, dejando impronta profesional en formaciones como la ONE con su coro; la Royal Northern Sinfonía; la Antwerp Symphony O. o la City of Birmingham  Symphony Orchestra, con la que estuvo entre las temporadas  2018/20. En programa, detalles escogidos de Con brío, de Jorg Widmann, el Concierto para piano en La m. Op. 16, de Edward Grieg y la Sinfonía nº 5, en Si b M. de J.Sibelius.   

La pianista rumana Alexandra Dariescu, había recibido la beca Constantin Slvestri en su país, antes de trasladarse al Reino Unido,  y probando la docencia en la Pocklinnton School tras haber realizado un postgrado en el Royal Northern College of Music, en donde tuvo como maestros a Mark Roy, Nelson Goërne, A. Melkikov y Dina Parakhina. Siguió en la Guilhall School of Music and Drama, estudiando con Ronan O´Hora y asistir a la Verbier Fest. Accademie, ampliando considerablemente sus conocimientos gracias a las asistencias a cursos con los maestros Dmtri Bashkirov, Menahem Pressler, o Gábor Tákás-Nagy. En la Acc. Villecroze, continuó con Dominique Marlet y Philippe Casard, que le facilitará las asistencias a la Acc. Sion, con Tibor Varga y en Gstadt con el maestro Boris Berman en la Holland Music Session. 

Jorg Widmann- Con brío-, una humorada beethoveniana condensada a partir de tratamientos libérrimos de algunas sinfonías sobre un lenguaje ciertamente ingenioso al servicio de la imaginación del oyente curioso y receptivo. Un  compositor y clarinetista con estudios en la Hochschule für Musik Freiburg, y con sólidos fundamentos en la modélica Barenboim-Said Akademie. Tuvo como importantes maestros a Hans Werner Henze, Wilfred Hillier, Heiner Goebels, Helmuth Lachenmann o Wolfgang Rihm, con los que realizó cursos de especialización en músicas contemporáneas. Amplió en la Hochschule für Musik und Theater München, con Gerd Starke, en la Hochschule für Musik Karlsruhe y en la Juilliard School neoyorquina con Charles Neidich.

En Freiburg, había sido fundamental su etapa de ampliación con Matthias Spechlinger y entre 2011/7, ejerció como invitado de la Irish National Chamber Orchestra. En el espacio de la docencia y como aspecto a tener en cuenta, destaca la importante labor que vino desarrollando en la Cátedra de Ampliación en la citada Barenboim-Said Akademie berlinesa. Autor de la ópera Babylon, disfrutó de su estreno en la Ópera Nacional de Baviera (Munich), conun montaje de La Fura dels Baus, de Carlus Padrissa, trabajo escénico que se añade a otros de relumbrón como Das Gesicht im Spiegel (el rostro en el espejo),para el mismo coliseo. Destacan sus cuartetos y una de las constantes es la integración de elementos radicalmente disimiles, muchos procedentes de obras del pasado, como muestra en la emblemática Fieberfantasie, para piano, cuarteto de cuerda y clarinete, instrumento del que es reconocido virtuoso.

Edward Grieg con el Concierto para piano, en La M. Op. 16, composición que recibirá el beneplácito del Ferenz Liszt y cuya tonalidad, más de un especialista encontrará afinidades con el de Schumann. Un estilo de concierto para dejar a Alexandra Diarescu desplegarse en su actitud gracias a una obra que se avenía a sus preferencias estilísticas.  El Allegro molto moderato, se manifestaba a partir de un redoble de timbales para ceder al piano una avalancha de notas que confirmó un primer tema, tras un pasaje de flautas, fagot y oboe. Siempre se impuso un sentido elegíaco y lirico que redundaba en un canto del teclado en su mayor poderío expresivo. También las trompetas añadían  un colorido expresivo, entre ecos de flauta y fagot, realzando la línea melódica  hasta un crescendo que algo muestra de débito con Liszt- al menos es la impresión que deja-, en anuncio del Poco più allegro.

El Adagio observó sinuosas curvas solapadas por las cuerdas en sordina, con respuesta de trompas y fagotes, para mayor redundancia en lo que se parece a un nocturno poético, tan preciso en su romanticismo, dejando al piano la prevalencia de su dominio en el desarrollo del tiempo, en diálogo enriquecedor y abierto con la trompa antes de desvanecerse en un pianissimo, puerta de entrada al Allegro moderato e marcato, en el que no dejaron de proponer detalles el clarinete y el fagot y que como concesión para la solista nos encontramos con la forma tradicional del halling, sobre sonoridades de quintas vacías y sus disonancias, evocación deseada del violín Hardanger. Un lirismo cantábile se confesaba  a través de distintos instrumentos, que prepara una atractiva reexposición en forma de danza, con alternancia de piano- tutti, antes de abocarse a una cadencia que recuperó el tema subyugante del halling. Un diálogo entre solista y orquesta, ofreció al Grieg en plenitud y en su mayor naturalidad.

Jan Sibelius y la Sinfonía nº 5, en Si b M. Op. 82, obra que sufrió algunas revisiones, estrenando la primera el 8 de diciembre de 1915, en Helsinki, fecha de su cincuentenario, esperando a la edición revisada del año siguiente, entre perceptibles dudas del autor y que habrá de esperarse a la tercera de 1919, de la que resultarán tres movimientos.

Jaume Santoja supo ofrecernos un seguimiento de la obra respetuoso con el concepto que del compositor tendrán los conocedores de la sinfonía, desde  el Tempo molto moderato, resultando especialmente apreciado por su originalidad marcada por una doble exposición de argumentos temáticos: uno largo en forma de obertura con protagonismo de trompas y un segundo, surgido  del mismo, pero confiado a las maderas sobre figuras de terceras, antes de que una nueva idea animada por las cuerdas, para permitir entrada de nuevo a las maderas. Un cuarto motivo animado, dejaba lugar a un dramatismo contrastante y acentuado,  desarrollo de continuos cambios de tiempo, tanto dinámicos como rítmicos, para relumbrón de la coda de conclusión. El Andante mosso, quassi allegretto, se apreció por su sencillez, muy en su estilo, tomando con precisión una idea  ejecutada por pizzicato de cuerdas, en beneficio de una serie de variaciones que ayudaron a recrear el ambiente buscado, en anuncio del Allegro molto final, una explosión sonora en forma clásica de sonata, manifestada por los dos temas principales, claramente contrastados en continua superposición, desde lo rítmico a lo solemne, basculando entre sutiles variaciones tonales. Poderosos acordes finales, se resolvían en un tutti  que afirmaba la tonalidad de la obra.     

Ramón García Balado 

 

Alexandra Diarescu.

Real Filharmonía de Galicia / Jaume Santoja.

Obras de Jorg Widmann, E.Grieg y J.Sibelius

Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela

Auditorio de Ferrol

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