Al músico polaco Piotr Anderszewski podrías cruzártelo en el rellano de la escalera y saludarlo como a un vecino más. No hay nada en su aspecto que lo haga parecer uno de los más grandes pianistas del momento, o al menos eso parece cuando accede al escenario para tocar, lo que nada indica que modificara su aspecto fuera de este lugar. Andar tranquilo, calzado sport, ropa oscura con un toque moderno y cómodo; en definitiva, un pianista poco convencional para un programa (Ciclo Círculo de Cámara en el Círculo de Bellas Artes) igualmente inusual, una selección de los Preludios y Fugas del segundo libro del Clave bien temperado de Bach, el nuevo testamento, si entendemos que el primer libro es el viejo testamento; ambos son como la Biblia para cualquier pianista.
El polaco tiene una relación con Bach que le lleva a interpretarlo con asiduidad (por muy grande que sea esta música, muchos pianistas la rehúyen en directo) y a grabarlo siempre que puede. Su último disco para Warner Classics (ver crítica del que firma en el número de marzo de RITMO y en este link) está dedicado al mismo programa que ofreció en Madrid, en esta segunda edición de un ciclo de música que combina la integral de los Cuartetos de Shostakovich con recitales pianísticos, entre otros estilos, todos sabiamente vertebrados por la experiencia de su director artístico, Antonio Moral.
El Bach de Anderszewski radica en que entre cada Preludio y Fuga imprime un carácter distinto, no otorga la continuidad habitual que ofrece la fuga tras el preludio que la precede 24 veces en cada libro. Estas fugas estás tocadas con tal belleza expresiva, que las voces y su “dichosa” claridad pasan a un segundo plano: Anderszewski nos descubre, con su elegante y profunda articulación y fraseo, nuevos conceptos melódicos y suntuosos estados sonoros, independizadas de su preludio y muy alejadas del Barroco, sin que sus interpretaciones sean llamadas románticas (la fuga en si bemol menor, por ejemplo). Cada fuga cuenta su propia historia, sin que el Preludio sea parte de ella, por decirlo con otras palabras. Y eso que cada Preludio fue, por sí mismo, de una emoción ya difícilmente superable. Otra cuestión es si estilísticamente todos están de acuerdo…
Sentada cerca de mí, entre el público, se encontraba la gran Elisabeth Leonskaja, que ya tocó en este ciclo del Círculo y que aplaudió al final del recital como uno más de los tantos entusiasmados que comenzábamos a volver al mundo real, lo que produce una extraña sensación de estar emparedado entre maestros de verdad del piano, de esos que no necesitan la imagen ni nada artificioso para llenar un auditorio (llenar en tiempos de pandemia, claro, con aforo más reducido). Son pianistas que con un “simple” programa Bach te dejan con la sensación de estar ante la mismísima palabra de Dios.
Gonzalo Pérez Chamorro
Piotr Anderszewski, piano
Círculo de Cámara, Círculo de Bellas Artes (Madrid)
Obras de Bach
Foto: Piotr Anderszewski en Círculo de Cámara del Círculo de Bellas Artes / © Valerio Rocco Lozano Twitter: @RoccoLozano