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Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / ¡Veinticinco aniversario! - por Juan de Vandelvira

Úbeda / Baeza - 10/12/2021

¡Veinticinco Aniversario! Y tras un periodo de consolidación en los últimos años del Festival de Música Antigua Úbeda y Baeza (FeMAUB), ha llegado el momento de saborear esa madurez adquirida. Estos son los números: 48 conciertos, con 26 en el Festival Vandelvira, que celebra su 17ª edición– conciertos en distintos municipios de la provincia de Jaén excluidos Úbeda y Baeza, con especial énfasis en poblaciones de menos de 5000 habitantes-, y 22 en el Festival propiamente dicho.

A esto se añaden 4 actividades académicas, una de ellas el X Congreso de la Sociedad Española de Musicología que ha contado con más de 250 ponencias bajo el lema “Musicología en transición” en la Universidad Internacional de Baeza. Y para festejar esta cifra redonda se ha editado un triple CD recogiendo momentos estelares de las pasadas ediciones, y está en prensa un libro homenaje con la recogida de diversos testimonios, críticas de prensa y anécdotas que aparecerá en breve. Para que se hagan idea de la potencia organizativa y programadora del FeMAUB, sirva la indicación de que el Festival Vandelvira ha estrenado en tiempos modernos dos obras de consideración como son la Misa nº2 de Manuel García por el Numen Ensemble bajo la dirección de Jerónimo Marín, y el Te Deum de Ramón Garay por músicos locales, lo que significa la ampliación de ‘música antigua’ hasta el propio s.XIX.

Así pues, asistir al Festival de Música Antigua de Úbeda y Baeza es un festín de música de gran calidad y uno va anticipando el deseo según va leyendo los programas y los grupos participantes.

Cuatro días intensos han sido el epicentro del festival este año, del 4 al 7 de diciembre, en el que ha habido al menos dos conciertos diarios.

El día 4 en la Sala Pintor Elbo del Hospital de Santiago ofreció Boscareccia un inolvidable recital de Quintetos y Sextetos de Boccherini y Brunetti, toda una revelación musical en tanto que aun en esos años no estaban fijadas esas formaciones con una platilla estable y, así, en Brunetti su Sexteto Op.1 nº4 era para tres violines, viola y violoncello, mientras que el Op.23 nº2 G 457 de Boccherini era para dos violines, dos violas y dos violoncellos, y el Quinteto de Brunetti Op.10 nº5 es para dos violines, dos violas y un violoncello, respondiendo Boccherini  en su Op.45 nº1 G 355 con su plantilla más habitual para quinteto: dos violines, viola y dos violoncellos.

En cualquier caso, este repertorio merece ser más transitado por la belleza de su factura, en la que ambos autores, con una música densa y variada en sus texturas, ofrecen una variedad tímbrica exuberante, que fue muy bien mostrada por los miembros de Boscareccia, empezando por la energía y excelente fraseo de Andoni Mercero, su director y violín primero. Detalles de escritura como en algún momento reducir Brunetti la textura a trío donde la viola toca la parte más grave y los dos violoncellos la sobrevuelan cantando son de un gran atrevimiento y conocimiento de las posibilidades de estos instrumentos.

Se cerró el primer día con la Accademia del Piacere y Nuria Rial en el Hospital de Santiago con un concierto que, bajo el título Muera Cupido: la tradición teatral en España en torno a 1700, ofreció una selección de músicas del barroco español. Sin lugar a dudas destacó Nuria Rial, esplendorosa en su musicalidad y expresividad en sus arias de Sebastián Durón y José de Nebra; menos interesantes, por abusivas en cuanto a su continuo uso de la técnica del basso ostinato, el resto de piezas.

Es más, el propio Fahmi Alqhai aparece como autor de dos piezas en el programa, Xácaras & Folías, improvisación, y Marionas, lo cual es una contradicción, porque, en primer lugar, no se puede considerar a nadie autor de estas danzas, todo lo más el arreglista; y en segundo lugar, porque si se trata de una improvisación como denota el título, la autoría es de todo el conjunto, y no debería haber partitura con las variaciones escritas, como parecía que la hubiera. No obstante, el público se divirtió con el programa y fue generosísimo en sus aplausos.

El día 5 de diciembre se abrió con un concierto de Miguel Bonal, jovencísimo ganador del Primer Premio de la II Edición del Concurso de Música Antigua de Juventudes Musicales y Premio Especial FeMAUB, que a solas con su viola da gamba en el íntimo Paraninfo de la Antigua Universidad de Baeza nos descubrió varias de las Fantasías para viola da gamba descubiertas hace cinco años de Telemann, perfectamente equiparables a las conocidas suites de Bach, de la que, por cierto, interpretó con sumo gusto la Segunda.

Dotado de una técnica prodigiosa, es más importante aún su gusto por el fraseo cantábile de la música. Debería ser a partir de este momento un nombre habitual en grabaciones y festivales, y si se encuentra en su camino, no lo piense ni un momento, entre a escucharlo.

Y el segundo concierto del día, en el Auditorio de las Ruinas de San Francisco, también en Baeza, La Galanía, con un programa elaborado por las peticiones de sus seguidores para festejar su X Aniversario que lleva por título De locuras y tormentos, recorrieron quince piezas, todas muy conocidas excepto las tres que han tenido una reconstrucción melódica reciente por parte del musicólogo Álvaro Torrente.

La sensación del concierto es la de la complacencia: se han instalado en una manera de ofrecer el repertorio que apuesta por el éxito asegurado. Ni hay riesgo en el programa ni hay riesgo en la interpretación. Son músicos excelentes y no se exigen salir de la poltrona. Para un neófito serán una revelación, porque el programa es bello, pero no logran salvar una segunda escucha.

Además, al igual que Accademia del Piacere, abusan de las piezas con bajo ostinato, en este caso incluso en las piezas vocales, de manera que la sensación es que han dado el concierto todo con tres-cuatro acordes. Eso explica la sensación refrescante cuando se escucha Si dolce è’l tormento de Monteverdi.

Como punto final, y muy delicado, Raquel Andueza ha perdido, confiemos en que sea puntualmente, la proyección de la voz; su voz no corre, se escucha en la lejanía y tiene problemas de color en la igualación de registros. Sigue siendo una gran artista, y su manera de decir los textos está llena de intención, pero no es suficiente esto para mantener un concierto de más de una hora de duración.

De los tres conciertos programados para el día 6 de diciembre, al primero no pudimos asistir. Regresamos a Úbeda, al Hospital de Santiago, para escuchar al Ensemble Andalusí del Mediterráneo bajo la dirección del tetuaní Aziz Samsaoui un conjunto de moaxajas, zéjeles y romances con textos de poetas andalusíes de la península ibérica de los siglos XII al XIV, repertorio mantenido vivo desde entonces entre los marroquíes de generación en generación, oralmente y cuidando especialmente su autenticidad.

Terminó el concierto con una interpretación como propina de La Tarara, cantada también por el público, entremezclada con su versión andalusí. Como anécdota, el laudista del grupo Mostafa Bakkali participó el 5 de diciembre de 1997 en el primer concierto que se dio en la primera Edición de este Festival.

Y se cerró la jornada con el Officium Ensemble, conjunto portugués que dirige Pedro Texeira, quien fuera hasta 2017 director del Coro de la Comunidad de Madrid, concierto celebrado en la bellísima Sacra Capilla de El Salvador, de sonoridad idónea para estas músicas donde el espacio juega un importante papel.

En programa fundamentalmente música de Sebastián de Vivanco (c.1551-1622) de quien el próximo año se celebrará el cuarto centenario de su muerte, y, en concreto, su Missa Assumpsit est Iessus a 5 voces basado en el motete homónimo de su autoría, a la que se añadió motetes de Lopes Morago, Magalhaes, Manuel Cardoso y O Sacro Convivium a 6vv de Tomás Luis de Victoria como cierre colosal. Frescura en las voces, empaste y afinación excelentes, compromiso individual con la sonoridad conjunta, y dirección atenta a ayudar a los cantantes: éxito grande, y uno de los momentos culminantes del Festival.

Por último, el cuarto día consecutivo de Festival, el 7 de diciembre, de nuevo con tres conciertos, Forma Antiqva demostró cuán importante es la innovación en los programas, la búsqueda de repertorio olvidado que merece la pena ser puesto en los atriles, y la exigencia al público en disfrutar y aprender de este meticuloso trabajo musicológico previo.

Con un programa dividido en Obertura, Tres jornadas, y Fin, dieron a conocer obras de José de Nebra, José Castel, y Vicente Basset, estos dos últimos autores recién llegados con su producción sinfónica, entreverados con italianos que trabajaron en España en la primera mitad del s.XVIII como son Corselli, Nicola Conforto y Giovanni Battista Mele donde a las claras escuchamos como en la península había una tradición propia de creación musical donde, aunque por supuesto había elementos italianos, estaban mezclados con rasgos autóctonos nuestros. Todo un ejercicio de energía y delicadeza comandados desde el clave por su director Aarón Zapico.

Antes, el grupo local Syntagma Musicum, con Francisco Javier Gordillo al frente y en la percusión, ofreció un pasacalles con paradas en cuatro palacios renacentistas ubetenses donde, tras una introducción histórica al monumento, interpretaban pavanas, bransles, tourdiones y otras danzas de la época, ataviados con los trajes adecuados, y con tres parejas bailando. Ejemplo sobresaliente de cómo diversificar la oferta cultural del festival con conciertos ‘en movimiento’ (el público tras los cortesanos como el flautista de Hamelín llevaba a los niños).

Y el cierre de este maratón, pero no del Festival, porque aún quedan tres conciertos el fin de semana del 10 al 12 de diciembre para dar por finalizada esta edición, corrió a cargo de La Grande Chapelle con una propuesta sumamente interesante: canciones y madrigales de Francisco Guerrero, con seis recuperaciones históricas de versiones profanas en tiempos modernos.

Con un plantel de entre 3 a 5 voces, y la delicadeza en el acompañamiento de Manuel Minguillón en la vihuela, este repertorio, aunque aun necesita ajustes mínimos y más rodaje, pues su puesta de largo fue en esta tarde, está llamado a ocupar una posición central en el repertorio de nuestro Renacimiento. No tenemos ninguna duda de que está por descubrir la grandeza de Guerrero en el ámbito profano, pues, aunque en todos los manuales se loa su producción no religiosa, lo cierto es que no es conocido suficientemente si exceptuamos un par de canciones.

¡Enhorabuena a Recasens, al FeMAUB y al Centro Nacional de Difusión Musical por apostar por este proyecto!

No queremos cerrar esta crónica sin recordar a los lectores que bien merece la pena programar una visita en años venideros al FeMAUB, y, en cualquier caso, siempre tienen a mano los conciertos retransmitidos en streaming, novedad de la pasada edición, que promueve el mayor alcance de los conciertos y el acceso permanente a ellos. Eso sí, no olviden comprarse unos mitones y llevar ropa de abrigo, que la proximidad del valle del Guadalquivir congela los pies y manos en estos diciembres engalanados con la recogida de la aceituna.

Juan de Vandelvira

 

XXV Festival de Música Antigua Úbeda y Baeza.

Diversos escenarios, Úbeda y Baeza.

Foto © Jesús Delgado / FeMAUB

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