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Crítica / ¡Sonad timbales! ¡Resonad trompetas! - por Luis Mazorra Incera

Madrid - 15/04/2022

Nada menos que con Bach y ésta su Cantata profana que hace el número 214 de su extenso catálogo entramos de lleno en el meollo del concierto de los Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid dirigidos por Marzena Diakun.

Una cantata donde resuenan, aparte de los timbales y trompetas del título, otros coros y arias bien conocidos, aún con otras letras "a lo divino".

Un programa de concierto que se abría, así, con un Bach rutilante y, ciertamente, bien resuelto, pero que discurriría pronto por los transitados derroteros del repertorio romántico, primero del concierto con solista, o más bien, con solistas en este caso, y, tras preceptivo descanso, del sinfónico.

Eficaz conducción, con la puesta a punto del coro por Krastin Nastev, en una corpulenta obra inicial, aquella Cantata bachiano, que no elude complejidades ni pompa y boato, además de la presencia de un resuelto trío de solistas formado por la soprano Mercedes Lario, el bajo Pedro Adarraga al frente de una de las arias más conocidas de este repertorio (como dije, con otra función y letra, eso sí) pero, especialmente, por la contralto Ekaterina Antípova que hizo gala de notables, notabilísimas cualidades en la cincelada y brillante realización esta tarde de su, por otro lado, difícil aria.

El Doble concierto para violín y violonchelo de Brahms tuvo como solistas a Javier Comesaña e Istvan Vardai. Un tándem que se articuló ajustado como tal conjunto, desde un virtual arranque con estimable concertación y preciso ánimo, hasta el último suspiro de su movimiento final (Vivace non troppo).

Una obra donde la severidad del material temático, sus intríngulis formales y aparente singularidad, se imponen a otras beldades propias de este género, habitualmente de lucimiento individual, y que, por ende, resultó ser un corolario introspectivo, una especie de "reverberación romántica", de la anterior propuesta barroca y extrovertida. Una sencilla pincelada de Sibelius del dúo de solistas, sirvió como breve propina.

La recurrente, aunque esto también vaya por modas y temporadas, Quinta sinfonía de Tchaikovsky ofreció como remate, tras el descanso y ya sin reparos, aquel boato instrumental a la romántica con el que la obra que le precedía parecía especular.

Luis Mazorra Incera

 

Mercedes Lario, soprano; Ekaterina Antípova, contralto; Pedro Adarraga, bajo; Javier Comesaña, violín; Istvan Vardai, violonchelo; y Krastin Nastev, maestro de coro.

Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid / Marzena Diakun.

Obras de Bach, Brahms, Sibelius y Tchaikovsky.

ORCAM. Auditorio Nacional de Música. Madrid.

Foto: Cartel del concierto.

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