La zarzuela está más viva que nunca y las nuevas generaciones la viven con la misma intensidad que las antiguas. Así se comprueba con la nueva producción del Teatro de la Zarzuela de Madrid que se dispone a reeditar “Agua, azucarillos y aguardiente” del 2 al 7 de marzo y ya no quedan entradas.
Se trata de la cuarta representación del Proyecto Zarza –las anteriores fueron La Revoltosa, El dúo de la Africana y La verbena de la Paloma– que nació hace ahora cuatro temporadas con una clara y necesaria intención: popularizar en el siglo XXI el género que le da nombre. Dentro de este firme objetivo, el público joven tiene una relevancia decisiva. Conseguir que éste se aproxime sin miedo y exento de prejuicios a la zarzuela, dando así continuidad al género y afianzando su futuro, es el afanoso y feliz propósito de la iniciativa.
El título escogido en esta cuarta edición es ‘Agua, azucarillos y aguardiente’ de Federico Chueca que fue estrenada el 27 de junio de 1.897, y estará interpretada por jóvenes cantantes de entre 18 y 30 años elegidos a través de un riguroso proceso de audiciones en las que participaron más de 300 chicos y chicas y que llevan cinco semanas ensayando.
Puede decirse que estos cantantes y actores forman hoy por hoy la joven compañía del Proyecto Zarza.
Y este innovador proyecto apuesta claramente por los más jóvenes, no solo en el escenario, también en el patio de butacas. De las 11 representaciones que se van a realizar, nada menos que 9 están dirigidas a escolares (para alumnos de ESO y Bachillerato).
Del 2 al 5 de marzo habrá dos funciones cada día, a las 10 y las 12:30; el viernes 6 de marzo aún habrá otra función a las 11:00, que será emitida en directo a través de Facebook, YouTube y la página web del teatro. Sólo el viernes 6 y el sábado 7 de marzo habrá funciones abiertas al público a las 19:00 horas. Pero ya no hay entradas.
Una versión puesta al día
‘Agua, azucarillos y aguardiente’ es una de las obras emblemáticas del sainete lírico madrileño de finales del siglo XIX, ya que concentra algunos de sus elementos característicos: la levedad del argumento, la utilización de lo pintoresco local como principal atractivo y cierto carácter humorístico.
La zarzuela refleja el ambiente de la clase media madrileña empobrecida y en contacto con la clase popular y, para hacerlo, presenta, literaria y musicalmente, una acción con alusiones constantes a noticias del día, a tipos –niñeras, barquilleros, aguadoras, etc.– y situaciones reales de penurias económicas y localizaciones concretas de la ciudad de Madrid.
La obra, en esta nueva producción del Teatro de la Zarzuela, es una versión libre de la obra de Chueca firmada por el dramaturgo y novelista Nando López a partir del libreto que Miguel Ramos Carrión escribiera a finales del XIX.
La dirección musical y la escénica correrán a cargo, respectivamente, de Óliver Díaz (desde el piano) y de Amelia Ochandiano, y los diecisiete actores-cantantes estarán acompañados por una orquesta de cámara integrada por ocho jóvenes músicos.
Esta nueva versión mantiene todos los números musicales, pero cambia los textos no cantados, adaptando los personajes originales al siglo XXI y haciendo que Federico Chueca sea un personaje más. La propuesta escénica convierte la obra en un viaje poético a través del tiempo, donde presente y pasado se mezclan en el relato de una noche mágica en un Madrid que, como apunta Nando López, «se vuelve pasillo».
Un homenaje a Madrid, que como definió uno de los jóvenes intérpretes es “cosmopueblita”, como referencia de lugar de encuentro, de cruce de caminos y destinos, de espacio de búsqueda y depósito de esperanzas, “un lugar para soñar”, como señala la propia directora de escena, que nos acerca a una obra clave de nuestra lírica a través de esta sugestiva, dinámica y fresca apuesta que una vez más celebra el compromiso del Teatro con los jóvenes artistas y los jóvenes espectadores.
http://teatrodelazarzuela.mcu.es
Foto © Javier del Real