Beethoven y Napoleón. Shostakovich y Stalin. ¿Quién dijo que el arte y la política no van de la mano? Al genio alemán le quedaba poco más de un año para que el ídolo, autoproclamándose emperador, se le cayese del pedestal. “Entonces, ¿no es más que un ser humano vulgar? Ahora también él pisoteará los derechos del hombre y se limitará a satisfacer su ambición. ¡Se elevará por encima del resto, se convertirá en tirano!”. Su Concierto para piano n. 3 se moldea de forma excelsa, enérgica, magnánima, como la de los grandes hombres a los que Beethoven admiraba, llámense Napoleón, Mozart o Luis Fernando de Prusia, a quien dedica la obra. Mucho romanticismo ha habido siempre en la idealización del hombre… y no siempre nuestros ídolos parecen poder soportar los ideales que los levantaron.
Del mismo modo le pasó a Shostakovich. Su Séptima Sinfonía, la colosal partitura que completa este magno programa de la Orquesta Nacional de España, con dos titanes en la dirección y el piano: David Afkham y Arcadi Volodos, fue vista por Stalin como la muestra de valores patrióticos que bien le valió la reintegración en el partido, siendo al mismo tiempo una verdadera oda funeraria, un réquiem por los caídos y por lo perdido. ¿Cabe en una misma música la exaltación de unos valores que producen sufrimiento y, a la vez, un homenaje a las víctimas de estos? En ello consiste la Séptima.
Orquesta Nacional de España / David Afkham
Arcadi Volodos (piano)
Obras de Beethoven y Shostakovich
Auditorio Nacional de Música (Sala Sinfónica)
10-12 de mayo
http://ocne.mcu.es/
Foto: Arcadi Volodos mantendrá su diálogo con el piano de Beethoven.
Crédito: © Marco Borggreve