La compositora cubano-americana Tania León (1943, La Habana, Cuba) gana el XIX Premio SGAE de la Música Iberoamericana Tomás Luis de Victoria, que convoca de forma bienal la Fundación SGAE. La prolífica creadora, que ha recibido numerosos reconocimientos internacionales como el Premio Pullitzer de Música 2021 o el Premio Kennedy Center Honors 2022, se convierte en la primera mujer en obtener este premio, dotado con 20.000 euros y considerado el reconocimiento público más alto a un compositor o compositora viva de la comunidad iberoamericana, por haber contribuido sustancialmente al enriquecimiento del patrimonio musical de los pueblos iberoamericanos a través de su obra creativa.
“Estoy muy agradecida y emocionada. Recibir este tipo de premios siempre es una sorpresa. Al descolgar el teléfono me quedé boquiabierta”, declara León. “En lo profesional me gustaría destacar la variedad de géneros que se reconocen en esta convocatoria y en lo personal recordar siempre a mi abuela, mis inicios y a todos mis familiares que se sumaron a una idea y hoy no están aquí. Ellos siguen vivos en mí”.
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Las Musas - ‘Tania León: 75 años de poliédrica sonoridad’ - por Carmen Cecilia Piñero Gil
El jurado de esta edición, reunido telemáticamente el 20 de noviembre de 2023, ha decidido otorgar este premio a la compositora cubana en “atención a su experiencia artística que se proyecta como paradigma de comprensión y diálogo intercultural, junto a los exilios externo e interno que, como cubana en los Estados Unidos, han marcado su producción compositiva de alto reconocimiento internacional, así como a su posición como ser humano ante las coordenadas vitales por las que ha discurrido su trayectoria”.
La diáspora caribeña conquista Nueva York
Óperas, ballets, música original para teatro musical y bandas sonoras, composiciones para piano solo y más de 40 obras de cámara, orquestales y vocales componen su repertorio. Su música se caracteriza por un estilo moderno de carácter cosmopolita, a la vez complejo y sumamente expresivo, basado en la incorporación de prácticas rítmicas derivadas de la diáspora latinoamericana, fusionadas con técnicas europeas en el Caribe. Un auténtico viaje que “han elevado la música latina en Nueva York”, reconoce tímidamente.
“Europa es la semilla de la composición y en Estados Unidos se conocía muy poco la carrera de composición latinoamericana. Es cierto que esa virtud se me reconoce en los premios, me adelanté a ello, probablemente, y todavía sigo. Debemos apoyarnos entre los creadores del mundo. La sinceridad con la que uno crea, su aporte, siempre será la vanguardia”, continúa la fundadora de Composers Now, proyecto que favorece e impulsa la carrera de creadores vivos.
Emigró de Cuba con 24 años, pero a la edad de 4 comenzó a estudiar musica inspirada por su abuela y su abuelo adquirió un piano de segunda mano para que pudiera practicar: “¿Quién hacía eso en Cuba? ¡Estaba loco!”, recuerda. Ilustrada en el método francés su obsesión era continuar sus estudios en París. Estados Unidos le serviría de enlace: “Yo era una muchacha con sueños, ya había ganado varios concursos en Cuba y me fui con una gran ilusión, pero me encontré con una realidad que desconocía. Mi abuela me había pedido que no viajara, pero ella me había ayudado a tener alas. Siempre le dije: ‘tranquila abuela, si no me sale bien regresaré’, pero salió bien y me convertí en una persona clave de la danza teatro de Harlem. Mi abuela falleció a los 4 años de estar en Nueva York, su ausencia me motivó para construir mi carrera”.
Serendipia y movimiento
Afincada en Nueva York desde 1967, León nunca pretendió dedicarse a la composición. “Nunca pensé que fuera a tener una carrera profesional como compositora. Me formé como pianista y mi sueño era ser concertista, aunque también sabía improvisar”, declara.
Todo cambió cuando se cruzó en la gran manzana con el coreógrafo Arthur Mitchell: “Sustituí, por suerte, como pianista a una compañera de la Universidad que tocaba en una escuela de ballet. El destino me puso allí. Él me escuchó tocar y al instante me propuso ser pianista en sus clases y acompañarle en un nuevo proyecto que iba a iniciar: el Dance Theater of Harlem”. Era 1968 y despegó, sin pretenderlo, una de las carreras más brillantes y prolíficas de la composición en Latinoamérica. Más de una década trabajó como directora musical del ballet, pero ha estado vinculada al proyecto toda su vida de forma intermitente, convirtiéndose así en un gran referente del género en toda Iberoamérica: "El Dance Theater de Harlem me inició en la dirección orquestal", recuerda.
Compromiso político y defensa del ser humano
Empapada de los movimientos críticos y sociales de Estados Unidos en la década de los 70, su obra ha estado marcada por un gran compromiso político. Se refleja en su catálogo operístico y en la combinación de géneros, ritmos y voces de diversas culturas. “Siempre he sido fiel a mi filosofía. Me crie en una familia que tenían orígenes muy diferentes, crecí en una especie de pequeñita Naciones Unidas (mi abuelo era chinocubano)”, bromea, “y me desarrollé leal a esa idea. Tengo esa semilla mental debería ser igual para todos y no enfatizar tanto en las diferencias”.
Con la misma actitud se enfrentó al rechazo, a los cuestionamientos y a la crudeza de un estatus que no deja de recordarnos que es creadora, pero también mujer: “Cuando conocí a grandes maestros los manejé con esta filosofía. Siempre he sido de perseguir mis propuestas y cuando me decían que no, no me dejaba amedrentar: Les daba la espalda y continuaba mi camino”.
Iniciada en la interpretación de piano con el primer galardonado del Tomás Luis de Victoria, Harold Gramatges, reconoce en el largo palmarés del premio a nombres conocidos, “que admiro” y “queridos amigos, como Roberto Sierra o Leó Brouwer”.
El jurado de esta edición está compuesto por: el compositor y premio SGAE Tomás Luis de Victoria (XV Premio 2016) Tomás Marco, así como por los musicólogos, especializados en la música española e iberoamericana y pertenecientes a diferentes comunidades académicas, científicas y divulgativas, Luis Gago, Isabelle Hernández, Carmen Cecilia Piñero Gil y Álvaro Torrente, como presidente.
Foto © Gail Hadani / Efe