'Orpheus' de Telemann se podrá escuchar por primera vez en el Gran Teatre del Liceu con una versión concierto dirigida por el maestro René Jacobs el próximo 30 de octubre.
Con el estreno de esta obra se inicia un proyecto de tres años del Teatre con el director René Jacobs alrededor del mito de Orfeo. De este modo, la temporada 22/23 el Liceu acogerá la ópera Orfeo ed Euridice de Ch. W. Gluck y la temporada 23/24 será el turno de Orfeo, del compositor C. Monteverdi.
Estrenada en Hamburgo en 1726 y perdida durante siglos -la partitura se localizó el 1978-, Orpheus es una de las primeras obras significativas de la ópera alemana, una joya barroca que nos descubre un Telemann poco conocido pero apasionante.
El maestro belga conducirá en esta ocasión la formación de música barroca B'Rock Orchestra -fundada en Gante en 2005- y un elenco de voces jóvenes elegidas especialmente para expresar la plasticidad de las piezas de Telemann que exigen la técnica acrobática habitual del aria da capo barroca.
El papel de Orasia lo cantará la ucraniana Kateryna Kasper, una joven especialista en papeles oscuros del Barroco y en música vocal contemporánea, mientras que el de Orpheus recaerá en el tenor croata Kresimir Strazanac. La soprano alemana Mirella Hagen cantará el rol de Eurydice, y el cuarto papel principal de la obra, Eurimedes -el mejor amigo de Orpheus-, lo defenderá el tenor David Fisher.
Completan el reparto la soprano Salomé Haller que se encargará del papel de Ismene, el barítono alemán Christian Immler interpretando el dios del infierno, Pluto, mientras que los roles cómicos de Ascalax –sirviente de Pluto- y Cephisa -una ninfa - recaerán en el contratenor Benno Schachtner y la soprano Gunta Smirnova.
Mito y ópera son dos términos que han bebido recíprocamente el uno del otro como fuente de inspiración de temáticas y personajes. Aunque la ópera ha empleado, a lo largo de la historia, los mitos para reflexionar sobre diversos aspectos de la existencia humana, el mismo género también ha sido turbina de nuevas leyendas. La programación de óperas en versión concierto de esta temporada viaja al paraíso mitológico, donde destaca la llegada el próximo 30 de octubre del director de orquesta René Jacobs, que debutará en el Liceu con Orpheus (vc) de Telemann, obra que se podrá escuchar por primera vez en el Teatre y con la que se inicia un proyecto de tres años con el director en torno al mito de Orfeo. De este modo, viajaremos durante tres temporadas por este mito en la música de Telemann, Gluck y Monteverdi.
El mito de Orfeo es central en la historia de la ópera y, ante todo, es fundamental para comprender sus orígenes en Italia en el siglo XVII: tanto L’Euridice (1600) de Jacopo Peri como L’Orfeo (1607) de Claudio Monteverdi, dos de los primeros melodramas conservados, acudían al héroe griego no solo por la fuerza dramática de su historia, sino porque si algo lo distingue de Aquiles o Teseo es su condición de padre de la música. El argumento básico del mito es ampliamente conocido: Eurídice, la amada de Orfeo, muere súbitamente tras el mordisco de una serpiente; Orfeo, roto de dolor, decide descender al inframundo para recuperarla y, usando sus artes musicales, consigue rescatarla de manos del dios Hades, con la condición de que, en el viaje de regreso a la superficie, nunca mire hacia atrás; Orfeo incumple su promesa, Eurídice desaparece para siempre y Orfeo se queda solo.
A principios del siglo XVIII, George Philipp Telemann volvió a recurrir a la historia de Orfeo para una ópera que se estrenó en Hamburgo y que formaba parte de un continuo inagotable de títulos, tanto en Italia, Alemania o Francia, alrededor del mismo mito. De hecho, este Orpheus (1726) se alimenta de textos originales en alemán y fragmentos tomados de libretos de piezas órficas anteriores, como el Orphée (1690) de Louis Lully, lo que para Telemann implicaba buscar una síntesis de estilo musical y literario de las jóvenes tradiciones operísticas que se habían ido desarrollando en Europa, de modo que tiene, simultáneamente, elementos de tragedia lírica francesa, ópera seria italiana, singspiel y, por momentos, una solemne intensidad religiosa.
La gran novedad del Orpheus de Telemann es la introducción de un personaje ajeno al mito, que en gran medida es la verdadera protagonista de la ópera. Se trata de la reina Orasia de Tracia, que está secretamente enamorada de Orpheus y siente celos de Eurydice; tanto es así que decide trazar un plan para matarla. De este modo, la picadura de la serpiente no es un accidente, sino un asesinato premeditado del que Orpheus no tiene conocimiento. Tras regresar del inframundo sin su amada, este se reúne con Orasia y ella le declara su amor, pero tras rechazarlo, la reina decide convocar al dios Baco para que mate a Orpheus. Así lo hace, y rápidamente se arrepiente de su acción: Orasia se suicida.
El giro argumental fue lo suficientemente novedoso como para ubicar este Orpheus de Telemann más allá de la tradición del siglo XVII –siempre fiel al pie de la letra del mito griego–, pero apenas ha dejado huella en la ópera posterior, que volvió a Orfeo a través de Ch. W. Gluck y su Orfeo ed Euridice (1762), porque la partitura se perdió y no fue redescubierta hasta 1978. Se trata de una pieza claramente barroca, que resultará familiar a quien haya profundizado en la obra de G. F. Händel y seguramente merecería un revival más continuado en los teatros. Desde la recuperación de la ópera, se ha grabado dos veces en disco y se ha representado en varios teatros de primera fila –Nueva York, Bruselas–, pero sigue siendo una obra todavía poco conocida, pese a la equilibrada elegancia de su instrumentación y la belleza de varias de sus arias. Tenemos ahora, por tanto, una oportunidad para profundizar en nuestra exploración de esta joya rara y valiosa.
Fue René Jacobs quien dirigió la primera grabación íntegra de Orpheus tras el descubrimiento de la partitura. Lo hizo para el sello Harmonia Mundi en 1998, al frente de la Akademie für Alte Musik de Berlín y con la colaboración de un joven y eficiente grupo de voces solistas, y esa misma filosofía interpretativa –fiel en la medida de lo posible a la intención original del compositor y a las convenciones de principios del siglo XVIII en Hamburgo– es la que trae ahora al Liceu, erigido como máxima autoridad mundial en esta ópera, que no ha dejado de estudiar y dirigir en los últimos treinta años y como primera parte de una trilogía de representaciones alrededor del mito de Orfeo que ha planteado para el Teatre hasta la temporada 2023/24.
El maestro belga conducirá en esta ocasión a la formación de música barroca B’Rock Orchestra –fundada en Gante en 2005, sin director fijo– y a un elenco de voces jóvenes especialmente elegidas para expresar la plasticidad, la agilidad y el candor de las piezas de Telemann, que exigen la habitual técnica acrobática del aria da capo barroca y el salto entre lenguas, ya que, aunque el grueso del libreto esté en alemán, hay partes cantadas en italiano y francés. El papel de Orasia, escrito para soprano ligera, lo cantará la ucraniana Kateryna Kasper, una joven especialista en papeles oscuros del Barroco y en música vocal contemporánea, mientras que el de Orpheus recaerá en el tenor croata Kresimir Strazanac. La soprano alemana Mirella Hagen cantará el rol de Eurydice, y el cuarto papel principal de la obra, Eurimedes –el mejor amigo de Orpheus–, lo defenderá el tenor David Fisher.
El Orpheus de Telemann cuenta con otros cuatro papeles, todos ellos menores pero significativos, pues añaden una mayor dimensión argumental a la obra y también algunos elementos bufos. La soprano francesa Salomé Haller se encargará del papel de Ismene, el barítono alemán Christian Immler interpretará al dios del infierno, Pluto, mientras que los roles cómicos de Ascalax –siervo de Pluto– y Cephisa –una ninfa– recaerán en el contratenor Benno Schachtner y la soprano Gunta Smirnova. Voces jóvenes, especializadas, todas bajo la batuta del mejor director posible para esta ocasión.
Conferencia
En el marco del Liceu de las Artes, el Teatre invita a lo largo de la temporada en diferentes voces para compartir sus conocimientos con nuestro público, y ampliar diversos aspectos de la realidad de la programación artística. El próximo 28 de octubre a las 19h en la sala Foyer del Teatre tendrá lugar una conferencia sobre el mito de Orfeo a cargo de Ramón Andrés, que complementa la obra que se representará el 30 de octubre en el escenario del Gran Teatre.
Ramon Andrés, que acaba de recibir el Premio Nacional de Ensayo (2021), ofrecerá una revisión sobre el tratamiento de la figura mitológica desde el punto de vista filosófico dado que de alguna manera representa la purificación. El mito nos dice, en otras palabras, que el descenso al infierno es una bajada al propio infierno personal, el de cada uno de nosotros, y que este viaje se purificador. Bajar a las llamas supone una catarsis, ya que "purificación" en griego se llama "catarsis". Una modernización del mito: Orfeo desciende a la conciencia porque necesitamos explicarnos a nosotros mismos.
Las invitaciones se pueden conseguir en la web del Liceu.
Aforo del Teatre
A partir de Orpheus de Telemann, los abonados recuperaron las butacas de su abono, y la capacidad máxima (100%) del Teatre volverá a ser las 2.292 butacas para todas las funciones.
https://www.liceubarcelona.cat/es
Foto: René Jacobs
Crédito: Philippe MATSAS