“Callan las cuerdas. / La música sabía / lo que yo siento” (Jorge Luis Borges)
Música y vida están entrelazadas y remiten la una a la otra de muchas maneras. El libro El eco de lo que ya no existe. Ensayos sobre música, evocación y memoria (México, Turner 2021) del músico y ensayista mexicano Raúl Zambrano (Tampico, 1969) ofrece al lector un conjunto de reflexiones en torno a un asunto no menos vasto. Los siete ensayos que conforman el libro, ilustran, desde lo que de modo aproximado podríamos llamar la historia de la música, un catálogo de pérdidas, de ausencias, de silencios que testimonian una dimensión crucial que el autor discierne en la emoción musical: su carácter evocador, su voluntad de dar permanencia a lo que desaparece (voluntad de memoria, dice Freud), que busca que lo que fue, sea. Evocación que, en la ausencia, permite que siga viva la presencia que fue y que dé, aún, sentido a toda pérdida. Desde ese punto de vista la ley del fuego heraclíteo, que cita el autor, no termina “en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada”, ya que la misma ceniza tendrá sentido.
Este es el hilo conductor con que, en su libro, Raúl Zambrano nos conduce, de un modo iluminador, a momentos, intenciones y creaciones musicales dispersas en el tiempo y el espacio: el silencio del final del Lux Aeterna de Ligeti; la trabajosa pérdida y reinvención del corpus poético y musical de las trobairitz provenzales: la impostura extraordinaria de unas Suites para guitarra de Silvius Leopold Weiss y Alessandro Scarlatti, urdidas por el gran compositor mexicano Manuel Ponce a instancias de Andrés Segovia; la reinvención del sueño por el “arte total” wagneriano (y su transformación en pesadilla en su derrumbamiento televisivo); los extraordinarios juegos enigmáticos de Francisco López Capillas, o el análisis de la doble escritura de cada nota y cada silencio que postulan los incompletos 14 cánones enigmáticos de Johann Sebastian Bach, que hace decir al autor: “Cada nota que se canta es el punto de encuentro de dos realidades separadas por el tiempo. Cada silencio lo es también”.Asombrosamente, la afirmación es consonante con el conocido verso de Quevedo. Hablando de los libros, dice: “en músicos callados contrapunto / al sueño de la vida hablan despiertos”.
El libro concluye, formal y conceptualmente, podríamos decir, en una síntesis en la que está tan presente el “etc.”, con que Bach termina su decimocuarto canon, y el “Desunt caetera”, con que John Donne termina el elogio fúnebre de Lady Bedford. Dice Zambrano: “La invención de la memoria es atravesar el silencio de las cosas, hacer sonar el eco de lo que ya no existe, algo que creemos estar escuchando y ya se ha ido”.
En el mismo carácter radicalmente ensayístico de El eco de lo que ya no existe, que avanza no por espíritu geométrico sino de fineza, late un propósito crítico, contra corriente, que desea desfondar los hábitos mentales que guían, muchas veces de modo involuntario, nuestra escucha musical y mostrar, en ese giro reflexivo, la vanidad de las etiquetas y las fórmulas. Al hacerlo así, está reivindicando, tácitamente y de modo en ocasiones expreso, una cierta noción de ideal humanístico, demasiadas veces desvanecido de la mirada académica, incluso de aquella que toma por objeto a las artes. Rechazo de toda domesticación teórica, de toda la simplificación y la unilateralidad que supone la absorción de lo musical por lo que Theodor W. Adorno llamaba, con obvio talante corrosivo, la “industria cultural”, Zambrano busca recuperar, para la conciencia de todos, el aura perdida de la música. Su acierto, alineado con aquello a que apunta el arte genuino del ensayo, es el de lograr interpelarnos desde su propio horizonte de sentido, crecientemente claro según progresa la lectura.
Quizá quepa decir de este libro lo que dice Wittgenstein al comienzo del Prólogo de su Tractatus Logico-Philosophicus, para subrayar desde el principio que el libro no es un manual: que su comprensión será posible sólo a aquellos que hayan pensado de por sí esos mismos o parecidos pensamientos que el libro recoge. En su carácter implícitamente mayéutico está escrita formalmente la clave que le da significado, belleza y rigor. Su contraparte y su sentido radican fuera de él mismo: en la conversación a la que apunta.
por Gonzalo del Puerto
El eco de lo que ya no existe. Ensayos sobre música, evocación y memoria
Autor: Raúl Zambrano
Turner 2021, 296 páginas
www.turnerlibros.com