Continuamos con la publicación de las distintas secciones de la revista RITMO disponibles hasta ahora solo en papel, continuando con “Las Musas”, donde las mujeres escriben sobre mujeres, una tribuna libre mensual donde rescatar la figura de compositoras, cantantes, instrumentistas, profesoras, musicólogas, directoras, etc. En esta ocasión publicamos la realizada para la revista de septiembre de 2020 por Sabela García Fonte.
Concerto delle donne
La revolución de las mujeres en la música del renacimiento
El Ducado de Ferrara (1240-1598) se situaba en la parte septentrional de la Italia actual: al Norte el Ducado de Venecia, al Este el Mar Adriático, en el Oeste los ducados de Mantua y Reggio y Módena y los Estados Pontificios en el Sur. Su esplendor como próspero centro cultural está ligado, de manera indisoluble, a la familia de Este y en especial a la labor de modernización comenzada a partir del reinado de Niccolo III de Este (1393-1441).
Fue Niccolo III el primer gran reformista de la ciudad. A él se deben la mejora de la seguridad del ducado, la construcción de grandes y simbólicas infraestructuras (el campanile de la catedral), la fundación de la biblioteca cortesana, un firme compromiso del ducado con la educación humanista y el establecimiento del primer grupo de músicos profesionales bajo su mandato.
Sus hijos Leonello y Borso, educados por eminentes humanistas de su tiempo, continuaron consolidando a Ferrara como importante núcleo cultural a través de la remodelación de la universidad y del reclutamiento de los mejores músicos profesionales para la corte. Sin embargo, sería el nieto de Borso, Duque Ercole I de Este, el principal mecenas de la familia. Bajo su poder, Ferrara se transformó arquitectónicamente y floreció como uno de los centros musicales más influyentes en la Europa Renacentista: se contrataron a cantantes famosos, virtuosos instrumentales y a los más extraordinarios compositores, como Josquin des Prez, Jacob Obrecht o Jean Apart. Eran habituales las grandes producciones teatrales y musicales en la Corte, que atraían la mirada en otros ducados y de toda Europa.
Con Ercole II, su hijo, Ferrara se afianzó como centro musical, contratando al compositor, músico y profesor Cipriano de Rore. Por su parte, Alfonso I de Este, su sucesor, favoreció mayormente a poetas y pintores, trabajando para su corte artistas como Ludovico Ariosto, Tiziano Vecellio (Tiziano) o Giovanni Bellini.
Sería su sucesor Alfonso II de Este (el último Duque de Ferrara, entre 1559 y 1595), junto con su esposa Margherita Gonzaga, los encargados de llevar al máximo esplendor la música en la corte de Ferrara con la revolucionaria creación del primer grupo estable de mujeres intérpretes profesionales de la historia, conocido como Concerto delle Donne.
Laura Peperara, Anna Guarini, Livia D’Arco y Tarquinia Molza fueron las primeras cantantes-instrumentistas que formaban el Concerto delle Donne. Todas ellas mujeres de la alta burguesía, con una exquisita educación y un extraordinario desempeño musical, que fueron contratadas exclusivamente por su talento musical por el duque Alfonso como “damas de compañía” de Margehrita de Gonzaga y retribuidas con un altísimo salario. Cabe reseñar que en esa época no existía un título apropiado para estas pioneras en el mundo musical, al ser las primeras mujeres intérpretes que vivirían profesionalmente de la música. Este hecho sin precedentes fue imitado por otros mecenas preeminentes como los Medici o los Orsini y supuso que, a partir de entonces, se estableciese una clara diferenciación entre músicos profesionales y aficionados, que sería definitiva en evolución de la historia de la música.
Las extraordinarias interpretaciones de estas mujeres supusieron también una revolución estilística en la música de la época, entre 1580 y 1597, perfilando una nueva unión de danza, madrigal y música instrumental con un estilo extremadamente virtuoso. Brindaron, además, una nueva posición de la mujer en la música, puesto que hasta entonces las partes agudas estaban pensadas para las voces de niños y castrati. Alrededor del Concerto delle Donne se construyó un enorme corpus musical, que influyó enormemente en la música italiana y europea durante las décadas posteriores, generando el futuro mito de la cantante virtuosa. La música era tocada con el clavicordio, clavicémbalo y diferentes instrumentos de arco, laúd y flauta y cantaban en dúos, tríos o cuartetos, acompañándose a ellas mismas y, a veces, acompañándose de otros instrumentistas al servicio de la corte o del llamado Concerto Grande, una suerte de orquesta al servicio del duque.
Luca Marenzio, Giaches de Wert, Carlo Gesualdo, Alessandro Striggio y, sobre todo, Luzzasco Luzzaschi, fueron compositores (este último también era instructor y tocaba junto a las músicas profesionales) que trabajaron para la corte de Ferrara durante el tiempo del Concerto delle Donne, dedicando muchas de sus composiciones a estas mujeres. Este estilo virtuoso y ornamentado derivaría, más adelante, en la evolución del madrigal hasta llegar a la emancipación de la monodia y, finalmente, a la ópera.
A pesar de que los conciertos de Concerto delle Donne estaban dirigidos exclusivamente para los miembros e invitados de la corte y el celo con que el duque y la duquesa guardaban la nueva música compuesta para el grupo, su fama se extendió por toda Europa por su exuberante virtuosismo. Muchos de los ilustres viajeros que tuvieron la suerte de asistir a alguno de estos conciertos secretos (así llamados por el selecto y reducido público ante los que tocaban), dejaron constancia escrita de lo escuchado:
“Me pareció que las damas que usualmente toman parte en estos conciertos no eran seres humanos sino verdaderos espíritus angelicales”
En el año 1597 muere el duque Alfonso II de Este sin dejar descendencia, por lo que el Ducado de Ferrara pasa a formar parte de los Estado Pontificios y termina así el fecundo periodo artístico de la corte en la que, por primera vez en la historia de la música, las mujeres llevaron la voz cantante.
Le Concerto delle donne, parece hoy una conquista diluida en el tiempo, pero su importancia en la evolución de las formas musicales y en el desarrollo de la profesión musical debería hacernos reflexionar sobre la necesidad de un cambio en el mundo masculinizado de la música clásica, en el que seguimos inmersas... ¡Cinco siglos más tarde!
Para saber más
Francisco, P.: The Virtuosi of Ferrara: The Concerto delle Donne 1580-1601 (Tesis de Máster, University of Souther California)
Sabela García Fonte
Licenciada en Música Antigua e Historia del Arte y Máster en Gestión Cultural. Directora Técnica de la Real Filharmonía de Galicia.
Foto: “Alrededor del Concerto delle Donne se construyó un enorme corpus musical, que influyó enormemente en la música italiana y europea durante las décadas posteriores, generando el futuro mito de la cantante virtuosa”.