Continuamos con la publicación de las distintas secciones de la revista RITMO disponibles hasta ahora solo en papel, continuando con “Las Musas”, donde las mujeres escriben sobre mujeres, una tribuna libre mensual donde rescatar la figura de compositoras, cantantes, instrumentistas, profesoras, musicólogas, directoras, etc. En esta ocasión publicamos la realizada para la revista de marzo de 2021 por Virginia Sánchez Rodríguez.
Agnes Zimmermann (1847-1925)
Una vida entre las teclas del piano
El 5 de diciembre de 1863, en el Palacio de Cristal de Londres, los dos primeros movimientos del Concierto para piano n. 5 “Emperador” de Beethoven, recibieron vida a través de las manos de una debutante de dieciséis años llamada Agnes Zimmermann. La crítica de esta primera ejecución pública, incluida en The Musical Times and Singing Class, ya destacaba el talento musical de la joven intérprete y la calurosa acogida de la concurrencia. Precisamente estos rasgos (su calidad musical y su éxito) se mantuvieron a lo largo de su carrera, a pesar de que, al igual que sucede con muchas otras destacadas mujeres del pasado, su nombre apenas es referenciado en la historiografía ni recordado en la actualidad por parte del gran público.
Agnes Zimmermann nació el 5 de julio de 1847 en Colonia (Alemania), pero, siendo una niña, se trasladó, junto a su familia, a Londres, ciudad en la que vivió toda su vida. Comenzó sus estudios musicales en la Royal Academy of Music cuando solamente contaba con nueve años, convirtiéndose en la más joven estudiante del centro en su época. Allí aprendió los entresijos del piano con Cipriani Potter (1792-1871) y Ernst Pauer (1826-1905); también estudió composición bajo la tutela de George Macfarren (1813-1887) y Charles Steggall (1826-1905).
La carrera profesional de Zimmermann como pianista comenzó siendo muy joven, pues su debut se produjo cuando aún no había finalizado sus estudios, y su actividad estuvo vinculada, principalmente, a la capital británica, logrando hacerse un nombre como concertista dentro de la gran oferta cultural del Londres del momento. Abordando un repertorio que incluía las grandes composiciones de autores románticos europeos, fue especialmente destacada por su virtuosismo y su expresividad en la interpretación de obras para piano solo y música de cámara, pero también en composiciones de mayor formato. Es el caso del Concierto para piano n. 1 de Mendelssohn, ejecutado en el Palacio de Cristal de la capital británica en 1865, un par de años tras su debut y solo tres décadas después de la escritura de la obra por parte del compositor alemán.
Su trayectoria como pianista se desarrolló en el elitista círculo musical londinense, formando parte de la programación habitual de los Popular Concerts de St. James’s Hall desde 1875, pero también compartiendo programas e interpretaciones con algunos de los virtuosos internacionales del momento, como Joseph Joachim (1831-1907) o Carlo Alfredo Piatti (1822-1901).
Incluso tuvo el placer de tocar junto a Clara Schumann (1819-1896) en varias ocasiones, aprovechando que la pianista y compositora alemana acudía a Londres de forma habitual para dar cumplimiento a la excelsa demanda performativa que despertaba. Especialmente, la interpretación conjunta de las Variaciones sobre un tema de Haydn para dos pianos Op. 56b de Brahms causó una gran impresión en Clara Schumann, tal como ella misma relata al propio Brahms en una carta con fecha de 5 de mayo de 1876.
Zimmermann fue igualmente reconocida en su época como compositora, incluso durante su etapa de formación. Además de sus tres primeras canciones sobre poemas de Shakespeare (1664-1616), Burns (1759-1796) y Moore (1779-1852), en su legado se observan obras para piano solo, como sus Tres piezas de piano (1865), su Barcarolle Op. 8 (1865-1868) o la Gavotte en mi menor Op. 20 (1873), entre otras, obras vocales y también música de cámara y oberturas orquestales, además de transcripciones para piano.
Asimismo, a lo largo de su vida, compaginó la interpretación y la composición musical con la pedagogía del piano en la Royal Academy of Music, el centro en el que ella misma se había formado. Además, probablemente de acuerdo con su voluntad didáctica, también abordó la edición de obras pianísticas de Beethoven, Mozart y Schumann, quizá con la intención de ofrecer a sus estudiantes textos rigurosos respecto de las fuentes originales y, simultáneamente, adecuados a las corrientes pedagógicas y performativas de su era.
Agnes Zimmermann falleció el 14 de noviembre de 1925. A pesar de su celebridad en la época y de su multidisciplinariedad, su nombre se encuentra, actualmente, rodeado de un evidente silencio en los estudios académicos y en los programas de concierto. Puesto que siempre es un buen momento para recuperar a las grandes mujeres músicas olvidadas, acerquémonos a su vida y legado, desarrollados siempre entre las teclas del piano.
Virginia Sánchez Rodríguez
Doctora en Musicología y Profesora de la Universidad de Castilla-La Mancha. Miembro del Centro de Investigación y Documentación Musical (CIDoM)-Unidad Asociada al CSIC y del Proyecto I+D+i “El patrimonio musical de la España moderna (siglos XVII-XVIII): recuperación, digitalización, análisis, recepción y estructuras retóricas de los discursos musicales” (HAR2017-86039-C2-2-P).
Foto: “Agnes Zimmermann abordó un repertorio que incluía las grandes composiciones de autores románticos europeos”.