Estrella que es el guitarrista Pablo Sainz-Villegas, riojano de trayectoria internacional. Y la huella es la que Sainz-Villegas, como director artístico de este nuevo festival (del 14 al 22 de mayo) espera dejar en su tierra, La Rioja.
Proyecto largamente acariciado, en 2022 se ha materializado La Rioja Festival, un encuentro en torno a la música clásica, que, con la denominación ‘Raices’, ha programado del 14 al 22 de mayo 23 experiencias culturales, entre conciertos, actuaciones escolares, experiencias turísticas, clases magistrales y mesas redondas.
Desde el inicio de su carrera profesional Sainz-Villegas siempre ha valorado el componente inspiracional de la música, como artista es consciente del poder del artista para influir y motivar al público. Por eso, fundó en 2006 su proyecto filantrópico "El legado de la música sin fronteras", para acercar la música a las personas, como medio para favorecer el entendimiento entre las culturas [desde entonces, ha compartido su música con más 45.000 niños y jóvenes en España, Estados Unidos y México].
Esta filosofía, junto al deseo de dar relevancia al territorio como elemento vertebrador de cultura, organiza el proyecto de este Festival de nuevo cuño, que ha concluido su primera edición con más de 6000 asistentes a las diversas actividades programadas.
Que el territorio es un elemento más de la identidad cultural es un factor que los programadores culturales ya no olvidan. No es el inventor Sainz-Villegas, pero desde La Rioja Festival ha sabido aprovechar las características de una comunidad como La Rioja, pequeña en tamaño, pero rica en historia, arte y tradiciones. Los conciertos y actividades del Festival han tenido lugar en 10 localidades diferentes, con escenarios muy diversos, desde iglesias y museos al gran auditorio del RiojaForum en Logroño. Y la puesta en valor de dicho territorio ha venido de la mano de una serie de ‘experiencias’, donde el público ha podido participar y conocer de primera mano los espacios donde se han celebrado los conciertos, a través de paseos en plena naturaleza y visitas guiadas. Junto a ello, la programación de conciertos en los museos Vivanco, cultura del vino, y Würth, ha permitido al Festival colaborar con instituciones regionales ya consolidadas en el panorama cultural de la región.
No menor interés tiene el hecho de que los artistas programados son españoles en su inmensa mayoría, muchos de ellos jóvenes que ya son una realidad como grandes intérpretes con una carrera internacional en alza. En todos los conciertos han triunfado, con un público entusiasmado, que ha sabido valorar la oferta que representa este Festival. Y junto a ellos, artistas locales, porque La Rioja Festival parte también del reconocimiento de la cultura local.
Junto a todo ello, el retorno social de la música que significa las actividades socioeducativas que el Festival ha programado en colegios y en el conservatorio de Logroño, y la continuidad que tendrá a lo largo del año mediante un ambicioso proyecto social de actividades musicales a través de la rama del Festival denominada Sin Fronteras.
En palabras de Sainz-Villegas: ‘Aprenderemos de la experiencia y el año que viene volveremos con ganas de seguir y de mejorar. Ha sido un nacimiento muy feliz’.
Foto: Concierto gratuito en Santa María La Real de Nájera, con el Ensemble Rioja Filarmonía y reducción de la 6ª Sinfonía de Beethoven.