En el principio fue la radio. Ese aparato, como escribe y describe Pedro González Mira en El poder de la música, su primera novela que acaba de publicar Berenice, “...esa caja con ojo que todo lo sabía y todo lo daba, llegaba a los corazones de la gente por aplicación de una de las técnicas más invasivas y antiguas de la humanidad: la persuasión”. Para el personaje central de esta novela, Gastón, la música fue, primero, un misterio indescifrable, después, una pasión y, finalmente, se convirtió en una razón de ser.
El autor lo sitúa en un pequeño pueblo valenciano, donde crece escuchando las campanas de la iglesia, los sonidos de la radio familiar, en la que escuchará por primera vez a Gloria Lasso, que le llevará, andando el tiempo, a amar a Brahms, Schumann o Richard Strauss, entre otros cientos de compositores con los que casi ha tratado de tú a tú a lo largo de su dilatada y respetada carrera como crítico musical. Ella, y Los Cinco Latinos, las madrugadas de Radio Luxemburgo, el piano almibarado y decadente de Eddy Duchin, bañado en sesiones de cine al aire libre, o las canciones de Led Zeppelin. Todos ellos estaban en Bach, Mozart o Beethoven. Para Gastón, sí.
Formado lejos de las academias y con la intuición musical como bandera, descubre que posee el don de la curiosidad permanente y la necesidad de expresarse a través de las emociones, desentrañando obsesivamente los secretos que esconden los sonidos hasta convertirse en crítico musical.
Tras el éxito de Eso no estaba en mi libro de historia de la música y Los músicos de Hitler, el autor se pregunta qué nos enseñan los sonidos que nos rodean. Con la mirada afilada del escrutador y la emoción intacta de quien sigue sorprendiéndose ante una melodía inesperada, traza un relato fascinante que no solo nos sumerge en su propia historia, sino que también nos ayuda a comprender la nuestra.
Pedro González Mira ha sido profesor de matemáticas durante diecisiete años y crítico musical a lo largo de veinticinco. Desde su puesto de redactor jefe de RITMO, ha publicado cientos de críticas de conciertos y discos, además de múltiples ensayos y varias decenas de trabajos sobre intérpretes famosos.
Ha colaborado con RNE, en Radio Clásica, donde ha biografiado a grandes intérpretes como Claudio Arrau, Leonard Bernstein, Vladimir Ashkenazy, Arturo Benedetti Michelangeli o Jacqueline du Pré.
Dirigió la sección de música clásica de la “Guía del Ocio” durante una década, para pasar luego a desempeñar la misma labor en el suplemento de “El País”, «On Madrid», desde su número cero hasta su desaparición.
Recibió el Premio Nacional de Crítica Discográfica en 1984 y es autor, en Almuzara y Berenice, de los títulos Jesús Villa-Rojo, a través de sus discos y de los aclamados Eso no estaba en mi libro de historia de la música, Eso no estaba en mi libro de historia de la ópera, Historia de la gran música para piano, Los músicos de Stalin y Los músicos de Hitler.
Ficha del libro