Sin lugar a dudas, Norma de Vincenzo Bellini (1801-1835) es uno de los títulos más importantes y populares del repertorio, obra fundamental del bel canto romántico que tanto prestigio internacional ha dado al Gran Teatre del Liceu.
Esta obra maestra vuelve del 18 al 31 de julio para concluir la temporada 2021/22 y lo hace en una producción estéticamente impresionante y políticamente incorrecta del artista residente del coliseo lírico barcelonés y mentor del proyecto Òh!pera de nueva creación, Àlex Ollé (La Fura dels Baus), que plantea una escenografía (Alfons Flores) con un bosque de 1.500 crucifijos creando un espectacular espacio poético, simbólico y dramático.
Por este regreso –que incluye un preestreno exclusivo para menores de 35 años dentro del proyecto #LiceUnder35 el sábado 16 de julio– el Liceu contará por el papel titular con tres de las más importantes cantantes del momento, la aclamada soprano letona Marina Rebeka, la tarraconense Marta Mathéu en su debut liceísta en un papel principal y la conocida soprano búlgara Sonya Yoncheva, que estrenó la producción en Londres. Estas tres estrellas se alternarán en las 11 funciones programadas que contarán con el director venezolano Domingo Hindoyan en el podio y con los tenores Riccardo Massi y Airam Hernández encarnando el papel de Pollione.
Es el melodismo dramático belliniano el que dibuja con tanta precisión a los personajes de esta ópera, construyendo unos perfiles fascinantes que seducen tanto al público –de todos los tiempos y de todas las latitudes– como a los intérpretes. Es el caso de la protagonista, apta sólo para grandes artistas que deben saber equilibrar la técnica belcantista con la construcción de un personaje teatralmente poderoso que, por amor, engaña y traiciona a su pueblo y se muestra incluso capaz de asesinar a sus propios hijos. Estrenado por la mítica Giuditta Pasta (La Scala, 1831), el papel es el sueño de toda prima donna. La famosa Lilli Lehmann, la primera Norma de la Metropolitana Opera de Nueva York en 1890, afirmaba que era más fácil cantar las tres Brünnhildes del Anillo wagneriano que una sola Norma porque en el personaje de Bellini siempre debe mantenerse una emisión correcta cuidando la belleza del canto.
Intérpretes de referencia como Montserrat Caballé o Maria Callas supieron hacer suyo el personaje y el aria más conocida de toda la ópera, «Casta diva», pieza que ha trascendido el ámbito de la lírica para adentrarse en el imaginario colectivo; la legendaria soprano greco-americana decía que cada vez que cantaba Norma era “como si alguna vez la hubiera cantado antes” [lo hizo en 90 funciones en ocho países], asegurando que era “el papel más difícil de todo mi repertorio”.
La obra, en cualquier caso, no es solo un reto para la protagonista, sino también para la orquesta y la masa coral, que tienen un papel fundamental en constante diálogo con los solistas. El Coro y la Simfònica del Gran Teatre del Liceu conocen muy bien esta ópera de un estilo que dominan y que han interpretado en 155 ocasiones, la última el 17 de febrero de 2015. Muy querida por el público, esta tragedia lírica en dos actos con libreto de Felice Romani se inspira en el drama Norma ou El infanticide, de Alexandre Soumet, una tragedia en cinco actos que se estrenó en París el mismo año 1831 que la Norma belliniana. En el libreto también hay antecedentes de otras fuentes literarias, como el mito de Medea en la versión de Séneca derivado de Eurípides.
En estas funciones del mes de julio, en el también fundamental papel de la sacerdotisa Adalgisa, rival ya la vez confidente de Norma, se alternarán en el Liceu las mezzosopranos Varduhi Abrahamyan y Teresa Iervolino, mientras que los bajo-barítonos Nicolas Testé y Marko Mimica asumirán el rol de Oroveso.
La producción
El clásico belliniano se presta especialmente a relecturas con una fuerte carga política, que es lo que plantea la visión de Àlex Ollé, una propuesta que denuncia todo tipo de intolerancia y del fanatismo religioso y su conexión con el poder militar. Ello transformando a la sacerdotisa druida en una sectaria líder religiosa actual que articula una puesta en escena que resalta la relación entre religión y poder que, lamentablemente, ha caracterizado varios períodos históricos.
Las magníficas melodías nacidas del genio de Bellini, un compositor clave en el desarrollo del género lírico que tanto admiraron desde Verdi y Paganini a Chopin y Wagner, se transforman en la base del discurso dramatúrgico. En la propuesta que se verá en el Liceu, Ollé decide alejar la acción de la ópera de los tiempos de las conquistas romanas y las acerca al presente a través de varios símbolos del cristianismo. El bosque de la Galia se transforma en este montaje en un mar de 1.500 crucifijos que, en distintos tramados, le dan forma, se quitan o se superponen según las necesidades de cada escena.
El diseño de iluminación de Marco Flilibeck crea las atmósferas necesarias y la escenografía de Alfons Flores permite que haya el espacio y el tiempo suficientes como para que los momentos musicales y las melodías bellinianas lleguen al público sin interferencias, añadidos ni distracciones. La luz también se transforma en símbolo, un elemento clave para combatir el oscurantismo del fanatismo y del poder militar a lo largo de la historia, una dualidad tan inquietante hoy y en el siglo I antes de Cristo, ya sea en la Galia ocupada por los romanos como en cualquier otra cultura.
Momentos musicales clave
En el primer acto se encuentra la gran escena del coro, la protagonista, que incluye una de las arias más famosas de todo el repertorio, «Casta diva», que se interpreta cuando la sacerdotisa Norma intenta calmar a su pueblo para evitar la guerra contra los romanos (y contra su amante y padre de sus dos hijos, Pollione).
La ópera incluye dos grandes dúos de la protagonista con la joven sacerdotisa Adalgisa, quien ha sido seducida por Pollione: «Oh! ¡Rimembranza!» y «Mira, o Norma». También hay grandes escenas de Norma con su amante, como el dramático momento que marca «In mia man alfin tu sei».
Àlex Ollé
Es uno de los seis directores artísticos de La Fura dels Baus y actualmente es el artista residente del Gran Teatre del Liceu. Ha trabajado en escenarios de renombre, como la Royal Opera House de Londres, la Opera Nacional de París, el Teatro alla Scala de Milán, la Nationale Opera de Ámsterdam y La Monnaie-De Munt de Bruselas, entre otros.
A lo largo de su amplia y aclamada trayectoria, ha dirigido más de una treintena de producciones de ópera, entre las que destacan La damnation de Faust, La flauta mágica, Le Grand Macabre, Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny, Quartett, Tristan und Isolde, Oedipe, Il prigioniero, Madama Butterfly, Faust, El holandés errante, Pelléas et Mélisande, Il trovatore, Norma, La bohème, Jeanne d'Arc au bûcher y Turandot.
Entre sus recientes compromisos caben citar Ariane et Barbe-bleue en Lyon, Carmen en Tokio, Idoménée en Lille, Rusalka en Bergen y La nariz en Estocolmo. Debutó en el Gran Teatre del Liceu la temporada 2000/01 con D.Q. Don Quijote en Barcelona y ha regresado con Diario de un desaparecido y El castillo de Barba Azul (2007/08), Le Grand Macabre (2011/12), Quartett (2016/17), Tristan und Isolde (2017/18), La bohème (2020/21) y Pelléas et Mélisande (2021/22).
Domingo Hindoyan
Nacido en Caracas (Venezuela), empezó sus estudios como violinista y fue miembro del programa de educación musical El Sistema. Continuó estudios en la Haute École de Musique de Ginebra y en la Allianz International Conductors’ Academy, gracias a la cual trabajó con la London Philharmonic y la Philharmonia Orchestra con Esa-Pekka Salonen, sir Andrew Davis y John Carewe como mentores.
En 2013 fue nombrado director asistente de Daniel Barenboim en la Staatsoper Unter den Linden. En el teatro berlinés ha dirigido una gran variedad de obras de Verdi, Puccini, Donizetti, Rossini, Stravinski, o Gluck. También ha sido invitado a la Bergen Nasjonale Opera, Ópera National de Lorena, Opernhaus-Zürich, The Metropolitan Opera (Nueva York), Ópera Nacional de París, Oper Stuttgart, Ópera de Montecarlo y Teatro Real de Madrid.
Ha colaborado con conjuntos como la Mozarteumorchester Salzburgo, Orchestre Philharmonique du Luxembourg, Lucerne Symphony Orchestra, Deutsche Radio Philharmonie, Polish National Radio Symphony Orchestra y Staatsphilharmonie Rheinland-Pfalz. Debutó en el Gran Teatre del Liceu con Luisa Miller la temporada 2018/19.