Tres años después de su deslumbrante aparición como Júpiter en la zarzuela barroca de Sebastián Durón El imposible mayor en amor, le vence Amor, Vivica Genaux regresa al Teatro de la Zarzuela madrileño con Memoria de Farinelli. Un programa que, bajo el título Memoria de Farinelli, presentó en 2017 en la Sala Gaveau de París. En él, acompañada por Les Musiciens du Louvre a las órdenes del violinista y director Thibault Noally, Genaux recupera una selección de arias que en su momento hizo famosas Carlo Broschi, el más famoso castrato de todos los tiempos, conocido como Farinelli, quien pasó un tercio de su vida entre Aranjuez y Madrid, mitigando con su voz, cuenta la leyenda, las crisis melancólicas de Felipe V, por lo que fue elevado -y esto es un hecho verídico- a la categoría de Primer Ministro.
Si la mezzosoprano norteamericana recuerda de su presencia en la obra de Durón todo lo que aprendió del desaparecido Gustavo Tambascio, director de aquel espectáculo, el recital previamente ofrecido en las tablas del mismo coliseo madrileño le evoca el nombre de su adorada Teresa Berganza, referente en sus interpretaciones rossinianas, en cuyo nombre se programó entonces la velada.
Porque las garantías expresivas de Vivica Genaux se afianzan en un amplio espectro de posibilidades, que arranca en el primer barroco para, después de pasar por ese Rossini que la encumbró en los grandes teatros de América y Europa, llega hasta Kurt Weill, de quien se recuerda un aclamado recital en el Carnegie Hall neoyorkino. Las únicas reservas de Genaux surgen al hablar de música contemporánea, en la que, desde su punto de vista, la presencia vocal “tiene más de instrumento que de voz”. De ahí que considere abiertamente que “el repertorio moderno es muy deprimente, y a mí me gusta ser feliz. Como mucho, contemplar el dolor sólo como belleza perdida”.
En esta nueva visita al Teatro de la Zarzuela, Vivica Genaux se sentirá como pez en el agua, con un repertorio que René Jacobs y más tarde Fabio Biondi, le descubrieron y le enseñaron a respetar. En el programa, obras apenas conocidas de Pietro Torri o Geminiano Giacomelli, se alternan con otras de Nicola Porpora o Riccardo Broschi, hermano de Farinelli. Especializada en papeles escritos para un hombre, Vivica Genaux sabe bien qué le puede exigir a un contratenor que opta por papeles escritos para voz femenina. “No veo la razón por la que sólo una mujer pueda disfrazarse de hombre en el escenario. También me parece perfecto que un hombre se travista para interpretar un papel femenino si tiene la voz apropiada para defenderlo. Recuerdo la primera vez que trabajé con René Jacobs. Estaba también un joven, más que contratenor sopranista, que era estupendo. Tenía un momento increíble en un aria con flautas. Cuando él entraba, apenas se percibía la diferencia entre el sonido de su voz y el de los instrumentos. Un día, Jacobs hizo la prueba de sustituirlo por una mujer de la cuerda de sopranos, y el resultado no era el mismo. Simplemente, porque el muchacho tenía algo especial que decir en ese papel. Y lo conseguía. Lo más importante es que el artista tenga talento y algo que decir al respecto”.
por Juan Antonio Llorente
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Foto: Vivica Genaux, junto a Daniel Bianco, en la presentación de su recital en el Teatro de la Zarzuela.