Mariana Gurkova, pianista nacida en Sofía, residente en España desde hace décadas y nacionalizada española, es bien conocida por su labor pedagógica en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid (RCSMM) y por sus numerosos recitales, incluyendo bastante música contemporánea.
Esta grabación en el sello PlayClassics, titulada “From Russia with Love” (Desde Rusia con amor), incluye obras de Pyotr Ilyich Tchaikovsky (en transcripción de Stepán Esipoff), Sergei Rachmaninoff e Igor Stravinsky. Seguidamente reproducimos las propias palabras de la pianista, que ha firmado las notas del CD:
La Danza
“Si hubiera una biblia de los músicos, empezaría por las palabras: ‘En el principio fue el ritmo’”. Esta célebre frase de Heinrich Neuhaus, que comparto sin dudar, sintetiza a la perfección el largo camino de la música desde las primitivas expresiones rítmicas hasta las más complejas estructuras, y cómo no, nos conduce al origen de la danza.
El ritmo está en todas partes: usamos expresiones como la “danza cósmica” o “el baile de las estrellas” en su constante pulsación; percibimos como experiencia rítmica los ciclos y movimientos de la naturaleza, los vientos y mareas, los latidos del corazón, las formas de andar, de hablar, de moverse y de respirar; las artes escénicas, la poesía… todo tiene ritmo, todo está en movimiento y todo baila. Pero, entre todas las manifestaciones del ritmo, la más extraordinaria es la que da origen a la música.
Los seres vivos hemos creado una expresión del movimiento muy especial, a la que hemos llamado “danza” y el ritmo nos vincula a ella desde tiempos remotos. Este modo de expresarse algunas veces es consciente y otras veces simplemente surge como una necesidad sine qua non inherente a nuestro existir. Los animales emplean los movimientos de danza para comunicarse en los momentos de cortejo o de juego. Los humanos hemos desarrollado infinitas formas y maneras de bailar en rituales, fiestas, celebraciones, salas, escenarios, en casa y al aire libre, solos, en pareja y en grupo: la danza nos acompaña en numerosísimas ocasiones a lo largo de nuestra vida, sean éstas solemnes, tristes o alegres, sencillas o trascendentales.
Las obras seleccionadas en este CD rinden homenaje al baile en la música rusa y al piano como digno sustituto de la orquesta. Ninguna de estas piezas ha sido concebida para solo-piano, y he de reconocer que este hecho ha sido para mí un privilegio y un reto. Lo único que puede superar el bailar es tener la oportunidad de bailar, interpretar y dirigir simultáneamente, a través del piano, obras a las que admiro y amo profundamente; obras que me han acompañado desde la infancia y forman parte de mis primeros recuerdos musicales.
Tomarse la diversión en serio
“El baile le sobrevino en forma de luz y, con ella, sonido y olor”, así describe Mikhail Bulgakov la primera sensación de Margarita en la escena del baile en El Maestro y Margarita. La metáfora apunta a la importancia de los sentidos en la percepción de los sucesos, pero además muestra la trascendencia que tiene el evento para los presentes: siendo escenario de diversión y diferentes festejos, este baile les abruma con su faceta de hecho justiciero; es redentor y castigador al mismo tiempo porque en su transcurso se toman decisiones importantes que afectan el presente y el futuro, y hasta pueden cambiar el pasado.
El matiz agridulce propio de la música rusa impregna muchas de las obras de sus representantes de finales del siglo XIX y principios de siglo XX. Los ballets y los bailes en general eran acontecimientos donde se reunían los personajes de la sociedad. La música y la danza no sólo proporcionaban ratos de deleite estético; también eran testigos de los amores y desamores, intrigas, decisiones, acuerdos, etc., en definitiva toda una serie de peripecias que reflejaban las costumbres e idiosincrasia del pueblo ruso. Según A. D. Alekseev, “Los compositores rusos, en su órbita creativa, han abarcado gran parte de los hechos que los rodean. Su obra es toda una galería de cuadros de la vida cotidiana rusa. Aparte de las escenas impregnadas de espíritu popular, encontramos paisajes sonoros que descubren la belleza de la cercana naturaleza y múltiples matices que reflejan el mundo interior del hombre”.
Tchaikovsky y Esipoff
El ballet Cascanueces, escrito por Pyotr Ilyich Tchaikovsky entre 1891 y 1982 es, junto a su Concierto nº 1 para piano, probablemente una de sus obras más conocidas y reproducidas. Existen varias transcripciones para solo-piano, dos pianos y piano a cuatro manos. La del presente CD, hecha por Stepán Esipoff destaca por su sencillez y fidelidad a la partitura original. La textura es clara y definida, la escritura no busca efectos ostentosos y como resultado la música discurre con naturalidad y fluidez, reflejando al máximo el original. El arreglo es respetuoso con las texturas, registros y poética originales y el piano se revela como instrumento rico en posibilidades sonoras pero sin saturar el oído.
Kreisler, Mussorgsky y Rachmaninoff
Sergei Rachmaninoff ha puesto su inconfundible sello personal a las obras originales de Fritz Kreisler y Modest Mussorgsky. Liebeslied y Liebesfreud, escritos por Kreisler en 1931 y 1925 respectivamente en estilo de vals vienés, cobran dimensión sorprendente en las transcripciones de Rachmaninoff, quien consigue que el piano suene en todo su esplendor, a la vez que conserva la poesía y encanto de estas bellas páginas. ¡No se podía esperar menos de uno de los artistas más grandes de la historia musical! La versión pianística eleva y enriquece las virtudes de las obras, las complejas configuraciones se entremezclan con temas y voces intermedias y las piezas crecen en posibilidades sonoras e interpretativas. Lo mismo sucede en el arreglo del Hopak, número muy popular de Feria de Sorochintsi (1866) de Mussorgsky. La pieza ha ido cobrando vida propia como obra independiente de la ópera original, habiendo sido objeto de varias transcripciones para diversos instrumentos. La de Rachmaninoff conserva la forma inicial, engrandece su metro-rítmica e intercala sutiles contrapuntos confiriéndole así luminosos efectos pianísticos.
Stravinsky y Stravinsky
“Por la calle Piterskaya, por Tveskaya-Yamskaya, con las campanillas, llega mi querido en la troika”… Había escuchado numerosas veces la famosa canción popular rusa Vdol po Piterskoy antes de saber que Stravinsky la había utilizado, entre otras, como tema en su ballet Petrushka (1910-1911). De hecho, la primera vez que oí la versión orquestal, en directo, no daba crédito porque pensé que no era posible que algo tan trivial formara parte de una obra sinfónica seria. Claro que entonces tenía 10 años y no sabía que la mayor inspiración para un compositor es la música de su tierra. Stravinsky ha reflejado en sonidos todo el ambiente popular que rodeaba las ferias: la bulla de las multitudes, el traqueteo de las troikas, las campanillas, los cantos que vienen de distintas charangas y se entremezclan, los bailes, los acordeones y balalaikas, los gritos, la aparición de algún borracho, las riñas y persecuciones… La transcripción pianística de 1921, hecha por el propio Stravinsky por encargo de Arthur Rubinstein, no desmerece la versión orquestal: entre los malabarismos técnicos que tiene que hacer el intérprete, se puede apreciar toda la riqueza de cuadros sonoros, timbres, polirrítmias y registros que se emplean en el piano. Tres movimientos de Petrushka es un homenaje a las posibilidades de este instrumento y una fiesta de los sentidos, una historia de amor y un legado para los que aman el piano.
Mariana Gurkova
La “gran sensibilidad artística" y "técnica impecable", unidos a "un toque fluido y muy comunicativo" - en palabras de los críticos - han llevado a esta pianista española de origen búlgaro a actuar en prestigiosas salas de los cinco continentes.
Comienza a estudiar el piano a la edad de cinco años en Sofía (Bulgaria), su ciudad natal, realizando a los pocos meses varias actuaciones en público con gran éxito. A los diez años da su primer recital y a los once actúa por primera vez con orquesta, interpretando el concierto nº 1 de Félix Mendelsohn.
Tras graduarse en el Instituto de Música de Sofía, continúa sus estudios en el Conservatorio Superior Nacional de Bulgaria bajo la dirección de Bogomil Starshenov. Así mismo, ha realizado cursos de perfeccionamiento con Hans Graf, Lev Vlasenco, Leon Fleisher y Paul Badura-Skoda. Desde 1988 reside en Madrid, ciudad donde estudia en el Real Conservatorio Superior de Música con Joaquín Soriano, quien se convierte en su maestro y mentor en la auténtica aproximación al arte musical.
Mariana Gurkova ha sido premiada en numerosas ocasiones. Destacan los primeros premios de los concursos internacionales “Jacinto Guerrero” (Madrid), “Senigalia” (Italia) y de los nacionales “Sv. Obretenov” y “Juventudes Musicales de Bulgaria”; otros premios internacionales como los segundos del “Ettore Pozzoli” de Seregno (Italia) y Concurso de Jaén (España); terceros premios en los concursos “Paloma O’Shea” de Santander y “José Iturbi” de Valencia, etc. Su predilección por la música española se ha visto recompensada en los premios obtenidos a la mejor interpretación de la misma en los certámenes de Santander u “José Iturbi”.
En su paso por las más prestigiosas salas de España –Auditorio Nacional, Palau de la Música de Valencia, Palacio de Festivales de Cantabria, Auditorio de Zaragoza, Auditorio de Murcia, y un largo etcétera - ha ofrecido un amplísimo repertorio de solista al que suma más de treinta obras para piano y orquesta. Así mismo, ha ofrecido recitales y conciertos en Bulgaria, Francia, Italia, Alemania, Grecia, Checoslovaquia, EE.UU., Brasil, México, India, Japón, Australia y Sudáfrica, y grabado para distintas cadenas de radio y de televisión tales como la RAI, RTVE, Radio Melbourne, Radio Yokohama, y RTV Búlgara. Entre las orquesta con las que ha tocado destacan la Filarmónica de Kiev, New Japan Philarmonic, Wienerkammerorchester, Orquesta Sinfónica de RTVE, Orquesta de Cámara de Praga, Orquesta Rubistein de Polonia, Orquesta Filarmónica de Sofía, Orquesta Sinfónica de la Radio de Pilsen, Orquesta Sinfónica de la RAI-Milano, Filarmónica de Moravia, Filarmónica de Timisoara, Orquesta Sinfónica de Valencia, Orquesta de Cámara del Ermitage, Orquesta “Andrés Segovia”, todas las orquestas búlgaras. Ha actuado bajo la batuta de directores de la talla de S. Comisiona, Ph. Entremont, R. Stankovski, G. Kostin, A Rahbari, E. García Asensio, M. Galduf, A. Soriano, T Mikelsen, A, Natanek, E. Bauer, G. Pehlivanian, etc.
Su discográfica abarca, entre otras, obras de Bach, Haydn, Liszt, Chopin, P. Soler, Albéniz, Rachmaninov, M. Franco, M. Martínez Burgos, etc. Su interpretación y grabación de la integral de los estudios de Chopin ha merecido los mejores elogios del público y la crítica.
Programa
Pyotr Ilyich Tchaikovsky (1840-1893) (transcripción Stepán Esipoff)
Suite El Cascanueces, Op. 71a:
- I. Overture.
- II. Marcha.
- III. Danza del Hada del Azucar.
- IV. Danza Rusa (Trepak).
- V. Danza Arabe.
- VI. Danza China.
- VII. Danza de los Mirlitones.
- VIII. Vals de las flores.
Sergei Rachmaninoff (1873-1943)
Liebeslied.
Liebesfreud.
Hopak.
Igor Stravinsky (1882-1971)
Trois Mouvements de Petrouchka:
- I. Danza Rusa.
- II. Habitación de Petrushka.
- III. La feria de Shrovetide.
Mariana Gurkova, piano
Musicstry Studios: TRT® sound (calibración 2.0f). Grabado: 13, 14 Febrero 2017
Publicado: 23 Enero 2020. Fotografía: Charo Mangas. Notas: Mariana Gurkova
Productor: Mario Martínez. PC17003 ℗ & © 2020 PlayClassics
www.marianagurkova.com
www.playclassics.com/album9