Como #lecturasdeverano, proseguimos en agosto publicando en abierto la sección #LasMusas, hasta ahora solo en papel, donde las mujeres escriben sobre mujeres, una tribuna libre mensual donde rescatar la figura de compositoras, cantantes, instrumentistas, profesoras, musicólogas, directoras, etc. En esta ocasión publicamos la realizada para la revista de febrero de 2024 por Mercedes Güeto.
Henriette Caroline Mennechet de Barival
Le bonheur de vivre: el encanto de la música de salón para piano
por Mercedes Güeto
El concepto de música de salón (que incluye desde refinados valses, mazurkas, nocturnos, danzones o pecaminosos tangos) usualmente hace referencia a una serie de piezas breves que sirvieron de entretenimiento para la alta burguesía en el ámbito privado, especialmente durante el S. XIX. Este término ha quedado relegado en la música clásica a un cajón secundario, considerado menor e impuro, por su falta de ambición. Sin embargo, es precisamente esta ausencia de miras, la que le otorga cierto aire fresco, espontáneo, convirtiéndola en una música humana y encantadora.
En un intento de acercarnos a esta música y dignificarla, valorando su carácter efímero, viajaremos en esta ocasión a la música de salón francesa del S. XIX a través de una figura femenina poco conocida actualmente como fue Henriette Caroline Mennechet de Barival (1813-1861), compositora de piezas para piano llenas de cautivadoras melodías e inusuales contrastes armónicos y rítmicos. Su música, embriagadora y sentimental, parece evocar las escenas hedonistas que años más tarde Matisse inmortalizaría en Le bonheur de vivre (1906) o en Luxe, calme et volupté (1904), inspirado en los versos de Baudelaire de L’invitation au voyage del libro Las Flores del Mal, que vienen a representar el mito de Arcadia a través del placer de lo sencillo, el disfrute del presente, del aquí y el ahora, sin grandes pretensiones.
Là, tout n’ est qu’ ordre et beauté, luxe, calme et volupté
(Allá, todo es orden y belleza, lujo, calma y voluptuosidad)
En palabras de Marie d’Agoult, escritora y salonnière del S. XIX: “El salón era la meta más alta de la parisina, la satisfacción de sus años maduros, la gloria adquirida con la edad. La mujer de París empleaba en él toda su inteligencia, le sacrificaba cualquier otra ocupación”.
Los salones literarios fueron una manifestación cultural francesa de la alta sociedad formada por aristócratas y amantes de las bellas artes, en los que se apostaba por el diálogo, la lectura pública y los conciertos. Muchos de estos salones estaban regentados por mujeres, que se convirtieron en grandes mecenas con aspiraciones sociales. El placer se tornó en arte y símbolo de elegancia. Literatura, política, ciencia y arte confluyen en los salones, donde las voces son escuchadas por igual, en un contexto de amistad, ocio y progreso intelectual.
Madame Henriette Caroline Mennechet de Barival dirigía su propio salón en la rue Grange-Batelière, junto a su marido, el coleccionista de arte Alphonse Mennechet de Barival, del que el escritor Víctor Hugo y su esposa Adèle eran frecuentes visitantes. Barival publicó numerosas obras para teclado durante su vida e interpretó sus propias composiciones en varios conciertos y veladas. Ser propietaria de su salón le otorgó una clara ventaja como compositora, ya que nunca necesitó de un medio para difundir su obra. Entre las composiciones que se conservan podemos citar Aimer, L´aveu, 6 études poétiques, La marquise de Presle Op. 20, Mazurka brillante, 2 Nocturnos Op. 26, La nuit d´été, Portrait, La prière, Primavera Op. 28, La duchesse de Fontange Op. 25, Cavatine, La Camargo o La brise du soir Op. 57.
Son piezas con proporciones de fantasía que consiguen encantar a través de la frescura de su motivo. Dentro de sus valses de salón, cabe destacar La Duchesse de Fontange Op. 25 (1852), dedicada a Marie Angelique de Scorailles, última amante del rey Luis XIV, antes de su matrimonio con la virtuosa Madame de Maintenon. La joven duquesa era famosa por su amor al lujo y el exceso. Cautivó al Rey Sol por su belleza femenina y su juventud (aunque aparentemente no por su ingenio) antes de su prematura muerte a los 20 años. En palabras de D.E. Venegas (2021), Barival utiliza el ejemplo de la duquesa de Fontange en un vals extravagante, hermoso y efímero, que constituyó una perfecta analogía para los atributos de esta fascinante mujer: atractiva, joven, insípida y vanidosa. Llama la atención por sus dimensiones, siendo más largo que la mayoría de valses para teclado del S. XIX. Cuenta con diez páginas de música en forma de rondó asimétrico con un tema A recurrente e invariable, sin introducción ni anacrusa. De manera inédita, utiliza un tipo de compás contrastante para la coda. Con un enfoque marcadamente sofisticado en armonía y métrica, resulta curioso que Barival utilizara esta configuración musical como narrativa de la vida de una mujer denostada en la historia francesa, a través de la cual pretende expresar las condiciones sociales conflictivas impuestas a las mujeres, tanto en la corte de Luis XIV, como en la vida moderna.
Mercedes Güeto
Pianista e historiadora del arte, profesora de piano en el C.P.M. Paco de Lucía de Algeciras. Máster en Investigación e Interpretación Musical. Especializada recientemente en la pedagogía musical, siendo Máster en Neuropsicología y Educación.
Foto: Retrato de Henriette Caroline Mennechet de Barival durante la época de su matrimonio (sobre 1834).