Como #lecturasdeverano proseguimos publicando en abierto la sección #LasMusas, hasta ahora solo en papel, donde las mujeres escriben sobre mujeres, una tribuna libre mensual donde rescatar la figura de compositoras, cantantes, instrumentistas, profesoras, musicólogas, directoras, etc. En esta ocasión publicamos la realizada para la revista de septiembre de 2022 por Patricia García Sánchez.
Cécile Chaminade, seres mágicos en su escritura pianística
por Patricia García Sánchez
Cuentos azules repletos de faunos, ondinas, espíritus del agua y libélulas. La escritura pianística de Cécile Chaminade nos introduce en un sueño protagonizado por seres mitológicos y mágicos paisajes. Su creatividad, maestría y sofisticación hace que el acercamiento a estas obras sea un verdadero deleite, tanto para intérpretes como para oyentes
Estas piezas, de aparente sencillez, están repletas de momentos delicados y sublimes y de pasajes de fuerza arrolladora. El lenguaje de Cécile es poético y bravo, sencillo y virtuoso a la vez, muy relacionado con la danza. Cécile es una de las compositoras para piano más importantes del Romanticismo francés, con un lenguaje propio rico y variado. Su espíritu de trabajo, inspiración, compromiso social, creatividad y estilo personal, además, la convirtieron en una personalidad memorable. Así bien, en este pequeño artículo, invito a los lectores a viajar al mundo onírico de Cécile y algunas de sus pequeñas miniaturas para piano.
Nuestra compositora nació en París, en el año 1857. Mostró un talento precoz para la música, pero su padre se negó a que asistiera al conservatorio y tuvo que estudiar en solitario en su casa. Su primer concierto fue a los dieciocho años. Cécile fue una gran intérprete de piano y una de las primeras mujeres de la historia en ganarse la vida como compositora. Al morir su padre, supo cómo poner en circulación sus propias obras logrando mucho éxito y beneficios, convirtiéndose en referente femenino en la burguesía de la época, tanto en Europa como en EE.UU. Su obra y estilo eran la moda de los salones parisinos de la época y de medio mundo. Tanto que llegó a recibir la famosa medalla de Legión de Honor de Francia, siendo la primera mujer compositora de la historia en conseguirlo. Son muy importantes también sus grabaciones en pianola que dejan registro de la estética del momento.
Escribió más de quinientas obras, doscientas de ellas piezas para piano. También se atrevió con los grandes géneros como la sinfonía dramática Las Amazonas Op. 26, una suite para orquesta, una ópera cómica La Sevillana Op. 10, un maravilloso Trío n. 2 para violón, violonchelo y piano y un Concertino para flauta y orquesta Op 107.
Es importante señalar que fue una mujer comprometida con su época: durante la Gran Guerra dirigió un hospital para heridos. En su música, quedó reflejado este momento en Au pays dévasté Op. 155 (1919), obra desgarradora, intensa y triste donde refleja la devastación tras la guerra.
La sorprendente ausencia de su nombre en manuales de historia, tras su muerte, se debe a diferentes causas (escaso interés en el romanticismo francés, crítica a su obra, etc.) y está siendo subsanado en los últimos tiempos, incluyéndose en repertorios de conservatorio y conciertos.
Un recorrido fugaz por la totalidad de sus obras pianísticas, de gran variedad en cuanto a estilos se refiere, nos hace detenernos en algunas piezas que se muestran como miniaturas mágicas, pequeñas joyas inspiradoras de narraciones y cuentos. La música nos presenta personajes mitológicos de los bosques y del agua, nos cuenta leyendas e historias y nos traslada a paisajes desconocidos y maravillosos.
En Libellues en sol mayor Op. 24, dentro de las piezas de su juventud, ya muestra un lenguaje descriptivo musical que formará parte de su universo durante toda su creación: trinos, cromatismos, interesantes modulaciones, ondas sonoras, arpegios, escaleras y contratiempos. Se trata de una pieza bella, delicada, efímera, alegre y juguetona, donde es sencillo imaginar libélulas revoloteando entre superficies acuáticas adornadas con nenúfares.
El capricho Les Willis Op. 42 (Water spirits, espíritus del agua) es una pieza en compás ternario, tipo vals, tranquila, calmada y sugerente. La compositora logra sumergirnos en un océano infinito mediante el empleo de diferentes tonalidades y cascadas de sonidos agudos. Sirenas, náyades y ninfas nadan en aguas cristalinas. La segunda parte tiene mayor profundidad y es llevada por la mano izquierda de forma magistral. El final, desarrollado en arpegios infinitos, también es seña de identidad de la compositora.
Nuestro viaje continua con Les Sylbans Op. 60 (Los faunos). En esta ocasión, encontramos un lenguaje melancólico y poético que contrasta con el carácter jovial de otras composiciones, que demuestra la comodidad de la compositora en todo tipo de estilos. No faltan, una vez más, la alternancia de manos en el desarrollo de las melodías, la sucesión de torbellinos de notas y saltos rápidos imitando las carreras de los faunos, protectores de los bosques y los rebaños.
La compositora logra con su Op. 101, titulado L’Ondine (La ondina), la perfección casi absoluta. En esta pieza muestra su madurez compositiva y los rasgos más característicos de su estilo: delicada y grácil, sólida y llena de fuerza. La exposición del tema principal es sencillamente impecable. El contraste entre sus partes livianas y tonales caracterizadas por el desarrollo melódico en forma de hilos desenrollándose, y las partes graves, intensas y disonantes, tiene carácter magistral. Es íntima y universal. El lenguaje romántico de Cécile se hace ecuménico.
No es casualidad que una de sus obras para piano, su Op. 81, lleve el título de una musa: Terpsícore, de la poesía ligera y la danza. Algunas leyendas la nombran madre de las sirenas. Lástima que forme parte de ese conjunto de piezas de la compositora que aún no podemos disfrutar y que nos hacen reflexionar sobre la necesidad de seguir trabajando en la re-escritura de la historia.
El viaje mágico de Cécile no ha hecho más que empezar. Disfrutemos del placer de la escucha de sus piezas juguetonas e intensas. Dejémonos llevar de la solidez, el despliegue y la fantasía de sus recursos compositivos. Volemos de la mano de todos estos seres mágicos. Las musas danzarán en su honor.
Enlaces para escuchar...
open.spotify.com/playlist/2riDDYWw1NqvCkROouiIaO?si=f67e0c6ed5dd48a1
www.youtube.com/watch?v=pi8xRvMeRLU
Patricia García Sánchez
Escritora, docente y musicóloga especializada en música y género, estudios feministas y compositoras. Sus títulos para público infantil enlazan sus temas predilectos: música, fantasía, valores y mujeres. Algunos son Arrecife y la fábrica de melodías (Bookolia Editorial), Suite de las estrellas y Los últimos seres alados (ambos de Dairea Ediciones). Además tiene publicados varios libros sobre didáctica de la música como Compositoras al Compás. Diez propuestas didácticas para trabajar la música de mujeres en las aulas (Editorial CCS) y teatro infantil.