Música clásica desde 1929

#Lecturasdeverano #LasMusas / Marie Wieck - por Sakira Ventura & Antonio Oyarzábal

27/08/2023

Como #lecturasdeverano proseguimos publicando en abierto la sección #LasMusas, hasta ahora solo en papel, donde las mujeres escriben sobre mujeres, una tribuna libre mensual donde rescatar la figura de compositoras, cantantes, instrumentistas, profesoras, musicólogas, directoras, etc. En esta ocasión publicamos la realizada para la revista de marzo de 2023 por Sakira Ventura & Antonio Oyarzábal.

 

MARIE WIECK

Reminiscencias de su vida artística

por Sakira Ventura & Antonio Oyarzábal

Aunque no aparece representada en manuales tan relevantes para la musicología feminista como Women in Music (Carol Neuls-Bates, 1982), Women and Music (Karin Pendle, 1991) o Las mujeres en la música (Patricia Adkins Chiti, 1995), sí se conservan las suficientes fuentes documentales como para que podamos asignarle a Marie Wieck (1832-1916) las mismas inquietudes musicales y una formación similar que a su hermana mayor, Clara Wieck-Schumann (1819-1896). Fruto del matrimonio entre Friedrich Wieck y Clementine Fechner, Marie Wieck nació el 17 de enero de 1832 en Leipzig (Alemania). La amplia diferencia de edad entre Clara y ella impidió que existiera la relación familiar que se esperaría entre dos hermanas; sobre todo teniendo en cuenta la vorágine profesional que vivió la pianista y compositora, tanto en el momento del nacimiento como durante el transcurso de la infancia y juventud de Marie.

Lamentablemente, en los diarios y cartas de Clara de 1832 (material compilado y publicado por Berthold Litzmann) no aparece ningún tipo de mención a la llegada al mundo de su hermana; en la documentación de ese año solo narra sus experiencias puramente musicales y los vínculos que estaba forjando con el alumno de su padre, Robert Schumann. La musicóloga Diane Peacock apunta cómo la joven Wieck, por aquel entonces, estaba realizando su primer gran tour de conciertos por Alemania y París acompañada de su padre. De hecho, se enteraron del nacimiento de Marie por correspondencia; y, si bien el padre respondió interesándose por la salud de ambas, prácticamente la totalidad de la carta describe el virtuosismo de Clara encima de los escenarios.

Marie empezó la instrucción musical con su padre cuando éste rompió relaciones con su hermana mayor. Así lo expresó ella misma en sus memorias, tituladas El círculo de los Wieck-Schumann (1912): “Mi padre empezó a preocuparse seriamente por mí en octubre de 1838”. Hasta entonces, todos sus ejercicios en el piano eran cuidadosamente supervisados por su profesor, Louis Anger, su madre y su hermano mayor Alwin.

Su debut como pianista vino poco después en Dresde, en un concierto de Clara que se llevó a cabo el 20 de noviembre de 1843; juntas interpretaron a cuatro manos la Grand Sonata Op. 47 de Ignaz Moscheles. A partir de ese momento, Marie empezó a acudir a conciertos de los virtuosos y virtuosas más importantes de la escena musical de la época y, tal y como explica Nancy B. Reich, especialista en la figura de Clara, la pequeña Wieck ofreció hasta siete recitales en la Gewandhaus de Leipzig entre 1845-1856. La propia Marie relata en el capítulo IV de sus memorias que el repertorio de su primera actuación en dicha sala de conciertos alemana estaba formado por un Rondó de Beethoven y La Chasse Op. 29 de Heller. El Allgemeine Musikalische Zeitung escribió al respecto:

“La segunda hija de F. Wieck, que solo tiene unos 13 años, ha demostrado la sólida y excelente enseñanza de su padre con un ataque redondo, suave y lleno de seguridad”

Gradualmente su actividad concertística aumentó. El 25 de abril de 1859 se marchó con su hermana de gira a Londres, donde tocaron con ella Julius Stockhausen y Joseph Joachim. En su deseo por seguir conociendo países y artistas extranjeros, en 1870 realizó una gira por los países bálticos, Rusia y Suiza. De hecho, muchos de los artistas que viajaban a Dresde le pedían que participara en sus recitales como pianista invitada. Como dato sobresaliente en su trayectoria, cabría mencionar que recibió el título de Virtuosa de la Corte y Cámara del Príncipe de Hohenzollern. También se formó en canto durante años, primero de la mano de su padre y luego con Francesco Lamperti en Milán. 

Aunque, como hemos visto, su actividad concertística fue su principal actividad profesional, también se dedicó a impartir clases de piano y canto a través de los métodos de su padre. Siempre tuvo palabras de agradecimiento hacia su persona, como lo que apunta en el capítulo V de sus memorias, titulado Reminiscencias de mi vida artística:

“Gracias a la sólida formación de nuestro padre, Clara y yo siempre hemos encontrado reconocimiento tanto en casa como en el extranjero”

Además, publicó varias de sus obras didácticas, entre ellas Estudios de piano de Friedrich Wieck (1875) y Ejercicios de canto de Friedrich Wieck (1877). En el prefacio de sus estudios, concretamente, expuso: “Estos han sido publicados porque nunca me he encontrado con este tipo de ejercicio rítmico, unido a los primeros rudimentos de la teoría, en ningún método de pianoforte. Estos ejercicios, enseñados y tocados de la manera que mi padre pretendía, están diseñados para producir un toque refinado, fomentar la interpretación de memoria y la transposición, y cultivar el gusto por el estilo más refinado de tocar el piano”.

La figura de Marie Wieck recientemente ha despertado interés y atracción en los ámbitos investigador e interpretativo nacional e internacional a raíz del hallazgo de un Scherzo en sol mayor bajo su autoría en diferentes archivos musicales. Sin embargo, tras su estudio en el piano todo parece indicar que, conforme ha ocurrido en tantos otros casos dentro de la Historia de la Música, es una atribución errónea a Marie Wieck y que, en realidad, se trata del Scherzo que compuso Clara como cuarto movimiento de sus Piezas Fugitivas Op. 15. Clara publicó dicha compilación en 1845, más de tres décadas antes de la fecha de publicación que aparece en la supuesta obra de Marie. Además, ese mismo Scherzo no sólo figura en las Piezas Fugitivas Op. 15, sino que Clara lo emplea como tercer movimiento en su Sonata para piano en sol menor (1841-42).

En cuanto a su faceta como compositora, Marie escribió lo siguiente en sus memorias: “Una lista de mis bellas composiciones sigue a continuación. No compuse mucho, pero siempre tuve la suerte de encontrar pronto a un editor que no solo cubrió los costes de impresión, sino que incluso me pagó, mientras que los compositores importantes a menudo tienen sus obras sobre sus escritorios durante mucho tiempo dejando que envejezcan”.

A raíz de la singularidad de sus palabras, se ha dedicado la parte final de este artículo a un breve análisis de la primera obra que cita en dicho listado: su colección de Tres estudios para piano, destinados a los pianistas más avanzados. Publicados en Dresde en 1879 y dedicados al compositor y profesor del Conservatorio de Colonia Isidor Seiss (1840-1905), quien también comenzó sus estudios con Friedrich Wieck, estos Estudios están indicados para trabajar la mano izquierda y presentan dificultades que no se limitan exclusivamente al ámbito técnico, sino que, en palabras de Marie, “imponen un estudio muy serio y persistente al oído y a la comprensión musical de lo que se toca a través de peculiares modulaciones y transiciones inesperadas”.

El primero de ellos, un Allegro compuesto en Si bemol menor, presenta la estructura ABA’, con una sección central en La bemol mayor mucho más interesante armónicamente y con más actividad modulante que la sección inicial. Su relevancia reside en los cromatismos de la mano izquierda, con un carácter y una escritura pianística que nos acerca al Estudio Op. 10 n. 12 de Chopin. 

Como su nombre indica (“Terzen-Etüde”), el segundo Estudio trabaja las terceras en la mano izquierda a través de escalas ascendentes y descendentes bajo los acordes de la mano derecha, los cuales llevan el peso de la parte melódica. La compositora también trabaja el intervalo de sexta en contraste con los de tercera. De carácter puramente técnico al principio, el Estudio va ganando interés en el discurso musical a medida que avanza. 

Finalmente, el tercer Estudio (“Grazioso”) es el más lírico del conjunto; la autora lo define como “muy adecuado para la interpretación de concierto”. Está marcado con la indicación “sempre legato e dolce” y de su escritura destacan melódicamente ciertas notas de la mano derecha (normalmente las más agudas), priorizándolas dentro de un diseño de acordes desglosados a modo de “canción sin palabras”, tan típica de los hermanos Fanny y Felix Mendelssohn. 

Aunque, aparentemente, Marie tuvo una carrera exitosa dentro del ámbito musical, en muchas de las publicaciones de la época ni siquiera la presentaron por su propio nombre, sino que se refirieron a ella como “la hermana de la mujer de Robert Schumann”. Asimismo, las musicólogas que han estudiado su figura en la Historia de la Música coinciden en que vivió a la sombra de Clara, tanto como compositora como pianista. Sus inicios como intérprete fueron a través del apoyo e impulso de su hermana, pero parece ser que ella también tenía dudas sobre su talento: “toca bien, pero no demasiado”. A juzgar por esta y otras declaraciones, la relación entre ambas pudo haber sido controvertida; o más controvertida de lo que podríamos imaginar teniendo en cuenta el cariño que aparentemente se profesaban la una a la otra a través de gestos como, por ejemplo, que Clara le pusiera a su hija primogénita el nombre de Marie. 

Además de su labor como profesora, pianista y creadora musical, su vinculación con el mundo editorial no dejó indiferente a nadie. Marie no solo publicó sus propias memorias y los trabajos pedagógicos de su padre, sino que proporcionó a A. Kohut correspondencia privada familiar para que publicara una obra titulada Friedrich Wieck y su vida e imagen de artista (1888). Este hecho molestó profundamente a su hermana Clara, quien en una carta enviada el 11 de julio de 1888 a Johannes Brahms especificó: “Y ha hecho todo esto sin consultarme. ¿No es de lo más exasperante?”. 

Esperamos que estas líneas despierten el interés y la curiosidad del lector y que sirvan, en última instancia, para que se profundice en su vida y, sobre todo, en su legado musical.

 

Sakira Ventura

Musicóloga. Doctoranda en la Universidad de Castilla-La Mancha. Contribuye a la recuperación y visibilización de las mujeres en la música como investigadora, divulgadora y conferenciante. Autora del Mapa de Creadoras de la Historia de la Música.

www.svmusicology.com

Antonio Oyarzábal

Pianista español afincado en Londres y centrado en la investigación, grabación e interpretación de repertorio escrito por compositoras. Embajador de Donne, Women in Music.

www.antonioyarzabal.com

 

Foto1: Retrato de Marie Wieck (1832-1916), por Eduard Clemens Fechner (hacia 1848-1851) / © 2023 Philadelphia Museum of Art

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