Como #lecturasdeverano, continuamos con la publicación en abierto de las distintas entrevistas realizadas en la sección “Contrapunto”, publicadas en nuestra revista RITMO en su edición de papel, a personalidades de la cultura, y que solo estaban disponibles en dicho formato. En esta ocasión publicamos la realizada para la revista de septiembre de 2022 (por Gonzalo Pérez Chamorro)
CARLOS GARCÍA-ALIX
Muñoz Molina nos describe a Carlos García-Alix como “un pintor culto, con toda la experiencia artesanal del taller y todo el bagaje de la historia de la pintura, y de la historia del último siglo, y la literatura, y la música”. El pintor, que expone “Viaje de invierno” en el Círculo de Bellas Artes, exposición que nos remite al ciclo schubertiano, protagoniza nuestro contrapunto de septiembre.
por Gonzalo Pérez Chamorro
¿Recuerda cuál ha sido la última música que ha escuchado?
El disco reciente de Wilco, Cruel Country, también el disco Sugaring Season de Beth Orton y su magnífica versión del I wasn’t born to follow.
¿Y recuerda cuál pudo ser la primera?
Imposible de recordar, seguramente algún disco de Jazz de los primeros cincuenta. Mi padre había vivido cerca de 8 años en Nueva York antes de casarse. De allí se trajo un tocadiscos y una pequeña colección de discos.
Teatro, cine, pintura, poesía… ¿A qué nivel pondría la música con las demás artes?
Al mismo nivel, no creo que ninguna tenga una jerarquía sobre las demás.
Qué habría que hacer para que la música fuera pan de cada día…
Imagino que tienen que ver con la educación primaria. Al igual que la lectura es una afición que hay que coger temprano, habría que introducir la música como materia educativa en los programas pedagógicos desde la primera infancia.
¿Cómo suele escuchar música?
Habitualmente en un reproductor-altavoz de nueva generación que tengo siempre a mano en mi casa-taller; la escucho mientras trabajo. En muchas ocasiones de la mañana a la noche, Radio clásica y Radio 3. Y como casi tod@s tengo mi colección de música en el móvil. Esto me permite escucharla a través de auriculares mientras camino largas distancias.
¿Qué ópera (o cualquier obra musical, etc.) le hubiera gustado componer?
Me hubiera gustado componer una banda sonora para una película inspirada en la novela de Bulgakov, El maestro y Margarita.
¿Qué personaje le hubiera gustado cantar o interpretar en el escenario?
Winslow Leach en la película de Brian de Palma: El fantasma del Paraíso.
¿Teatro o sala de conciertos favorita?
Se suele decir que el mejor bar es el más cercano. Algo así puede valer para las salas de concierto. En mi memoria siempre los conciertos de los primeros 80 en el añorado Teatro Martín.
¿Un instrumento?
El contrabajo.
¿Y un intérprete?
Jordi Savall.
¿Un libro de música?
Viaje de invierno de Schubert. Anatomía de una obsesión, de Ian Bostridge.
Por cierto, qué libro o libros tiene abierto ahora en su mesa de lectura…
Aniquilación de Michel Houellebecq, El seductor de Isaac Bashevis Singer, Tinta simpática de Patrick Modiano… Y siempre en mi mesilla de noche, como si fuera la biblia, el Libro del desasosiego, de Fernando Pessoa.
¿Y una película con o sobre música?
Pat Garret and Billy the Kid, de Sam Peckinpah o Barry Lyndon, de Stanley Kubrick.
¿Una banda sonora?
La de Tous les matins du monde, film de Alain Courneau.
¿Cuál es el gran compositor de música española?
Manuel de Falla.
¿Una melodía?
El Canon de Johann Pachelbel.
¿Con qué música le gustaría despedirse de este mundo?
¿Pequeña serenata nocturna de Mozart?
¿Un refrán?
Más sabe el diablo por viejo que por diablo.
¿Una ciudad?
Tres. Lisboa, Berlín y Budapest.
Viaje de invierno es su exposición en el Círculo de Bellas Artes… ¿Qué puede encontrarse en ella el visitante?, el wanderer que se detenga con calma en las imágenes…
Lo que espero que el visitante encuentre es una emoción, un sentimiento que nace de una visión particular e intransferible del mundo y el tiempo histórico en que me tocó vivir. Algo que se expresa visualmente y por tanto es inefable.
Qué nos aporta la pintura frente al cine o a la escritura, que son artes en movimiento…
Lo que aporta la pintura frente a la literatura o el cine no es, en el fondo, no muy diferente. Emoción y belleza, algo que nace del corazón del artista y no de la erudición o de un frío razonamiento.
¿Qué cree que le sobra a este país? ¿O qué le falta?
Le sobra ignorancia y soberbia, le falta un mayor y decidido esfuerzo en una educación pública de calidad.
Háblenos de un trance cultural o musical en su vida que se le haya quedado grabado…
Difícil escoger alguno. Por seleccionar alguno, un concierto de canto gregoriano en la iglesia de la Santa Croce en Florencia, otro muy distinto, y también en los primeros 80, el primer concierto de Los Ramones en Madrid en la vieja plaza de toros de Vista Alegre.
Si pudiera retroceder a un momento de la historia de la humanidad, ¿dónde iría Carlos García-Alix?
Depende de dónde me tocara nacer, en qué lugar, clase social... En cualquier caso, no me importaría habitar durante un tiempo el Madrid del siglo XVII.
¿Qué cosa le molesta en su vida diaria?
Las molestias musculares propias de mis 65 años. Lumbalgias y demás. La dependencia del tabaco y sus consiguientes molestias, bronquitis, catarros…
Cómo es Carlos García-Alix, defínase en pocas palabras…
Alguien que sufre demasiado por encontrar casi siempre su trabajo como algo a medio hacer. Uno que nació algo desnortado y con querencia a la dispersión, y alguien qué, al menos hasta ahora, ha hecho de su pasión, la pintura, su medio de vida. Me gustaría que mi epitafio dijera: Hizo lo que le dio la gana.
Foto: Autorretrato (Carlos García-Alix)