Como #lecturasdeverano, continuamos con la publicación en abierto de las distintas entrevistas realizadas en la sección “Contrapunto”, publicadas en nuestra revista RITMO en su edición de papel, a personalidades de la cultura, y que solo estaban disponibles en dicho formato. En esta ocasión publicamos la realizada para la revista de noviembre de 2022 (por Gonzalo Pérez Chamorro).
ARANTXA AGUIRRE
La cineasta y directora de documentales musicales como Una rosa para Soler, Dancing Beethoven o El amor y la muerte, Arantxa Aguirre, afirma que para mejorar nuestro país “nos falta educación cultural en general y educación musical en particular”. Bienvenida al contrapunto de noviembre.
por Gonzalo Pérez Chamorro
¿Recuerda cuál ha sido la última música que ha escuchado?
Ayer mismo, Mozart y Queen en el Ballet for life, de Maurice Béjart, representado en el Teatro de la Maestranza de Sevilla.
¿Y recuerda cuál pudo ser la primera?
Seguramente una nana cantada por mi madre, que tiene una voz muy bonita.
Teatro, cine, pintura, poesía… ¿A qué nivel pondría la música con las demás artes?
Yo la pondría la primera. Pero de una manera personal. No creo que objetivamente se puedan establecer niveles entre las artes.
Qué habría que hacer para que la música fuera pan de cada día…
Lo primero, combatir el estrépito que nos rodea. Valorar el silencio. A partir de ahí, con los oídos más limpios, creo que resultaría muy fácil apreciar la música y darle el lugar que merece.
¿Cómo suele escuchar música?
Si puedo, con los ojos cerrados.
¿Qué ópera (o cualquier obra musical, etc.) le hubiera gustado componer?
Los últimos Cuartetos de cuerda de Beethoven.
¿Qué personaje le hubiera gustado cantar o interpretar en el escenario?
Más que un personaje, me hubiera gustado ser capaz de interpretar los Lieder de Schubert, por ejemplo. Aunque cantar un dúo como La ci darem la mano, de Don Giovanni, o Bei Männern, de La flauta mágica, tiene que ser también una delicia absoluta.
¿Teatro o sala de conciertos favorita?
Una que no conozco y sueño conocer algún día, el Concertgebouw de Amsterdam.
¿Un instrumento?
La voz humana.
¿Y un intérprete?
Juan Pérez Floristán.
¿Un libro de música?
Mademoiselle. Conversaciones con Nadia Boulanger, de Bruno Monsaingeon.
Por cierto, qué libro o libros tiene abierto ahora en su mesa de lectura…
Atrapad la vida, de Tarkovski.
¿Y una película con o sobre música?
Don Giovanni, de Losey. También me encantó Treinta y dos cortometrajes sobre Glenn Gould, de François Girard. Y añado un documental de hace muchos años llamado La trucha, dirigido por Christopher Nupen, donde unos jovencísimos y felices Barenboim, du Pré, Mehta, Perlman y Zukerman interpretaban el Quinteto homónimo de Schubert.
¿Una banda sonora?
Jules et Jim, de Georges Delerue.
¿Cuál es el gran compositor de música española?
Tomás Luis de Victoria. Y Manuel de Falla.
¿Una melodía?
Gure Bazterrak, de Mikel Laboa.
¿Con qué música le gustaría despedirse de este mundo?
Con la del viento que mece las hojas de los árboles.
¿Un refrán?
Obras son amores.
¿Una ciudad?
Madrid, porque en ella han nacido mis hijos.
Es autora de los recientes y celebrados documentales con temática musical, Una rosa para Soler, Dancing Beethoven y El amor y la muerte, sobre Granados. ¿Cree que en la música (clásica) el género documental es un filón por descubrir y potenciar?
A estas alturas ya se ha hecho mucho en todo el mundo, pero cada día aparecen aportaciones nuevas y el futuro de la colaboración entre la música y el cine documental no tiene límites. Por ejemplo, acabo de ver dos trabajos preciosos sobre el órgano y el clave, dirigidos por Álvaro Menéndez Granda, y los recomiendo vivamente.
Con Dancing Beethoven fue nominada a Mejor documental en los Premios Goya. Y como cineasta ha obtenido diversos premios. ¿Los premios motivan, conforman o imponen?
Pienso que motivan. Pero tampoco hay que creérselos demasiado. La verdadera competición es con una misma y no acaba nunca.
¿Qué cree que le sobra a este país? ¿O qué le falta?
Nos sobra desprecio hacia lo que no conocemos. Nos falta educación cultural en general y educación musical en particular.
Háblenos de un trance cultural o musical en su vida que se le haya quedado grabado…
Hace dos años fui al Museo de Cádiz para rodar una serie de monjes de Zurbarán que sólo conocía por haberlos visto en los libros. No sé por qué me había imaginado que serían de tamaño natural y, cuando los tuve delante, maravillosos pero mucho más pequeños de lo que esperaba, sentí una mezcla indescriptible de emoción y ternura.
Si pudiera retroceder a un momento de la historia de la humanidad, ¿dónde iría Arantxa Aguirre?
Al jardín del Edén. No, en serio, no encuentro un periodo histórico donde no haya personas que sufren más allá de lo tolerable.
¿Qué cosa le molesta en su vida diaria?
El ruido.
Cómo es Arantxa Aguirre, defínase en pocas palabras…
Intento mejorar.
foto © José Mercado