Como #lecturasdeverano, continuamos con la publicación en abierto de las distintas entrevistas realizadas en la sección “Contrapunto”, publicadas en nuestra revista RITMO en su edición de papel, a personalidades de la cultura, y que solo estaban disponibles en dicho formato. En esta ocasión publicamos la realizada para la revista de junio de 2022 (por Gonzalo Pérez Chamorro)
ANDRÉS IBÁÑEZ
Premio nacional de la Crítica 2014 por su novela Brilla, mar del edén, entre otros galardones, el también crítico de música y pianista de jazz se asoma a nuestro contrapunto, tras haber presentado igualmente conciertos en la Fundación Juan March.
por Gonzalo Pérez Chamorro
¿Recuerda cuál ha sido la última música que ha escuchado?
Con atención e intensidad, El ángel de fuego de Prokofiev.
¿Y recuerda cuál pudo ser la primera?
Mi primer recuerdo es El lago de los cisnes de Tchaikovsky.
Teatro, cine, pintura, poesía… ¿A qué nivel pondría la música con las demás artes?
La música es el arte supremo para mí. Le siguen la poesía, el teatro, la danza.
Qué habría que hacer para que la música fuera pan de cada día…
No sé si habría que "hacer" algo. La música que tenemos, la que nos atrae, la que nos alimenta, refleja lo que somos. Tampoco creo que todo el mundo deba de ser necesariamente musical. Hay personas que no necesitan la música para nada. No creo que se deban poner normas en este sentido.
¿Cómo suele escuchar música?
En el equipo de casa, en el que está conectado a mi ordenador, con mi Mp3.
¿Qué ópera (o cualquier obra musical, etc.) le hubiera gustado componer?
Sin duda, El anillo del Nibelungo de Wagner.
¿Qué personaje le hubiera gustado cantar o interpretar en el escenario?
Lo pienso ahora, para intentar contestar la pregunta, y se me ocurre que Isolda. ¿Qué cosa más rara, no?
¿Teatro o sala de conciertos favorita?
El Teatro Real de Madrid, sin duda alguna. Pero también el Auditorio Nacional de Música, el Met de Nueva York.
¿Un instrumento?
El piano.
¿Y un intérprete?
Depende. Rubinstein, Richter, Keith Jarrett.
¿Un libro de música?
¡Hay tantos! Me gustan los escritos de Morton Feldman. Silencio, de John Cage. La música invisible, de Steffano Russomano. Música, misticismo y magia, de Joscelyn Goodwin. Origen y presente, de Jean Gebser.
Por cierto, qué libro o libros tiene abierto ahora en su mesa de lectura…
Ahora mismo estoy leyendo La señora Potter no es exactamente Santa Claus, de Laura Fernández.
¿Y una película con o sobre música?
Fantasía de Walt Disney. Siempre ha sido una de mis películas favoritas.
¿Una banda sonora?
La de El último tango de Gato Barbieri me sigue pareciendo una obra maestra.
¿Cuál es el gran compositor de música española?
Creo que en estos momentos, Mauricio Sotelo. Sus últimas obras, por ejemplo su Concierto de violín, me parecen de una brillantez inusitada. Lo que está haciendo Sotelo al combinar la música de concierto con el flamenco es algo que no tiene paralelo en ningún sitio. Sotelo ha entrado en el corazón del nenúfar del sonido, en la pura incandescencia.
¿Una melodía?
Si tuviera que elegir una, diría que la primera variación del Adagio de la Novena Sinfonía de Beethoven. Y, desde luego, Beim Schlafengehen, de R. Strauss.
¿Con qué música le gustaría despedirse de este mundo?
Whispering, en la versión de Teddy Wilson.
¿Un refrán?
“No por mucho madrugar amanece más temprano”. Siempre me ha gustado la filosofía de este refrán, que viene a decir que el mundo es más grande que tú y todos tus afanes y preocupaciones. También porque apoya aquellos que somos nocturnos y no nos gusta despertarnos pronto.
¿Una ciudad?
Nueva York.
Novelista, ensayista, crítico… ¿En qué terreno se encuentra más cómodo?
Yo no soy realmente ensayista, me aburre mucho leer o escribir ensayos, y ser crítico es para mí un trabajo, solo un trabajo. Lo único que yo sé hacer y lo único que deseo hacer es escribir novelas.
Hace poco presentó uno de los conciertos del ciclo “Mozart a través de sus cartas” de la Fundación March. ¿Debería ser el concierto un acto pensado y no una sucesión de músicas como programa para contentar al aficionado?
Me irritan sobremanera esos programas donde se repiten una y otra vez las mismas obras de Brahms, Tchaikovsky, Mendelssohn, Beethoven... Sin necesidad de buscar rarezas, el repertorio está lleno de obras que raramente se tocan.
¿Qué cree que le sobra a este país? ¿O qué le falta?
Le sobra odio. Una mitad del país odia a la otra mitad. Nada bueno puede salir de esto, y nada bueno sale. Le falta valor, atrevimiento. Somos un país dócil, por eso hemos dado tal ejemplo al mundo en la época del Covid. Nadie respeta mejor las reglas que nosotros. Eso puede ser bueno en un caso de emergencia sanitaria, pero terrible cuando se trata de ser originales y creativos. Hay un exceso de normas y de obstáculos para todo.
Háblenos de un trance cultural o musical en su vida que se le haya quedado grabado…
Por elegir solo uno, escuchar Embraceable You de Charlie Parker. Cambió mi vida.
Si pudiera retroceder a un momento de la historia de la humanidad, ¿dónde iría Andrés Ibáñez?
Volvería a mis dieciocho años y me convencería a mí mismo de no abandonar la música.
¿Qué cosa le molesta en su vida diaria?
No se me ocurre nada ahora mismo.
Cómo es Andrés Ibáñez, defínase en pocas palabras…
Una persona normal, no muy brillante, algo torpe socialmente, bastante estúpido en general, con una fea tendencia a la autocompasión, buena gente pero finalmente insignificante.
foto © Amaya Aznar