La elección de María José Montiel como académica de número por la Sección de Música tuvo lugar el pasado 19 de junio de 2023. Los académicos que propusieron su candidatura fueron el compositor y director de la Academia, Tomás Marco; el crítico y musicólogo José Luis García del Busto; y el musicólogo e historiador Antonio Gallego.
María José Montiel inició su disertación con agradecimientos a los académicos y a su familia, a directores musicales, de escena, maestros y compositores que han influido en su desarrollo profesional, recordando con especial atención a Teresa Berganza, primera mujer académica de número en esta Corporación y su predecesora en la medalla, por la que sintió admiración y amistad, y quien le recomendó que cantara repertorio de mezzosoprano, con el que, efectivamente, ha desarrollado con plenitud sus capacidades vocales y artísticas.
El Canto es la Voz del Alma, “es un acto plenamente humano”, que “nace donde nace la vida”, “es un acto de amor y entrega”: así siente María José Montiel el canto, al que ha dedicado su vida, siendo una artista de renombre internacional. La recipiendaria articuló su discurso en torno a la capacidad de sublimar la voz, el único instrumento vivo, y, por tanto, al que afectan las circunstancias personales del intérprete, la técnica y la cultura. Analizó la situación actual del canto, defendiendo la identidad del individuo, evitando las corrientes culturales que diluyen y homogenizan las particularidades.
Planteó que, si el sujeto está condicionado por las modas, también lo está la escenificación, en la que tiene que primar el protagonismo de la voz humana, objeto de la propia ópera. Para Montiel “la ópera es teatro en música”, y así lo consideró también Tomás Marco en su contestación, en la que ratificó las palabras de la nueva académica sobre la importancia del canto desde épocas primigenias y su capacidad para transmitir emociones.
Como colofón, el director de la Academia elogió la extraordinaria preparación técnica como cantante de María José Montiel y su aportación a la docencia, “como profesional que canta y transmite, no tanto una experiencia, como los medios para adquirirla”. El acto se abrió musicalmente con la interpretación de la Marcha de la ópera Escipión de Georg Friedrich Händel, y finalizó con la Batalla Imperial, atribuida a Juan Bautista Cabanilles, en interpretación del organista Daniel Oyarzábal.
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