El compositor Jesús Legido (Valladolid, 1943) cumple este año los 83, de una vida plena dedicada a la Música en sus diferentes aspectos, pianista por su Premio Extraordinario en el Conservatorio de su ciudad natal, docente en varias Instituciones culminando en la Escuela Superior Reina Sofía y Composición, en la que ha generado un importante corpus que abarca todos los géneros, desde la Gran Misa para solistas, coro y orquesta hasta 110 canciones que enriquecen la Música vocal española, gran parte del mismo estrenado, publicado y grabado.
Con este motivo, el Ciclo Recitales y Música de cámara que el CCMD de Valladolid y la OSCyL organizan en su Sala de cámara, incluyó un Concierto-Homenaje a este 80 aniversario, recogiendo una excelente muestra de esa producción vocal tan interesante a lo largo de su trayectoria, basada siempre en textos fundamentales del acervo literario español.
Esta selección tocó 3 temas básicos para su inspiración, que buscó siempre ( "su propia e íntima satisfacción musical y provocar la emoción y enriquecimiento del oyente", según sus propias palabras): la muerte, el amor y la vida. Así fueron sonando Oración en silencio (1975) sobre poema de J. L. Hidalgo; 6 de sus Romances del bajo Duero (1986), sobre Tonadas del Cancionero zamorano; sobre poemas de F. J. Martín Abril, 5 de las piezas de sus Violetas mojadas (2019) y 4 de sus Soledades (2021) sobre poemas de A. Machado.
Fueron excelentes intérpretes la soprano canaria Raquel Lojendio, de acreditada trayectoria artística internacional y discográfica, y la especialista en Repertorio vocal, hoy Profesora en la Superior de Canto de Madrid, la pianista vallisoletana Irene Alfageme, doctorada además con tésis sobre la obra del compositor por la UVa. Ambas mostraron además un cariño, expresión y entrega particulares en el estudio e interpretación de este material musical.
El homenajeado agradeció a todos, público, artistas e instituciones, haberle posibilitado ese contacto público para celebrar una fecha y una actividad que, junto a su familia, ha sido vital para su desarrollo personal.
La calidad artística y musical de Jesús Legido, se mostró al haber solicitado la inclusión en programa de su personal homenaje a quienes considera sus Maestros esenciales en el género. Así sonaron también, incrustadas entre las suyas, las Cinco canciones negras (1945) de X. Montsalvatge, sobre poemas de Alberti, Luján, Guillén y Pereda Valdés, y las Canciones de Valldemosa (1979), Tríptico de A. Gala.
por José M. Morate Moyano