Rogelio Groba Groba, el más prolífico de los compositores en la historia de Galicia, falleció en su domicilio de A Coruña. El autor deja un enorme catálogo musical en el que abordó todos los géneros musicales, así como un inmenso legado pedagógico en toda la comunidad gallega como profesor de varias generaciones de compositores, promotor de los conservatorios gallegos y de instituciones musicales de gran calado artístico y también social como la Orquesta Sinfónica de Galicia entre otras.
Precisamente la Sinfónica de Galicia estrenó el pasado 9 de noviembre en el Palacio de la Ópera de A Coruña la que ya pasa a ser su última creación musical, su Sinfonía nº 16, «Voces da terra», en la que volvía a mostrar su inquebrantable amor por Galicia, a la que dedicó toda su vida y toda su obra.
Rogelio Groba Groba nació el 16 de enero de 1930 en Guláns, una pequeña aldea de la provincia de Pontevedra. Sus costumbres y forma de vida agraria resumían la Galicia profunda: verdes y frondosos paisajes en los que religión y superstición coexistían.
Sus primeros contactos con la música vinieron a través de la banda “A Unión”, de Guláns, donde comenzó tocando el flautín antes de hacerse cargo, con 17 años de la dirección de la agrupación.
Estudió en el Real Conservatorio de Música de Madrid, donde obtuvo el título Superior en Composición con primeros premios en Armonía y en Contrapunto y Fuga. Después ejerció como director de banda en diversas plazas de la geografía gallega (A Estrada, Tui y Ponteareas) y española (Pedro Muñoz, en Ciudad Real).
En 1962 se trasladó a Suiza, país en el que residió siete años. Allí dirigió numerosas agrupaciones musicales (Yverdon, Orbe y Perroy, en el cantón de Vaud, Martigny y Saint-Maurice, en el cantón du Valais), con gran éxito, como demuestra el hecho de que en aquel tiempo se llegaran a celebrar cuatro “Festivales Groba” como reconocimiento a su labor artística. También dirigió la Editorial Musical Rauber, en Lausanne.
En 1967, de vuelta a España, fue nombrado director de la Banda-Orquesta Municipal de A Coruña, cargo que ejerció durante 23 años. Al tiempo fundó la Orquesta del Conservatorio Superior de Música de A Coruña y la Orquesta de Cámara Municipal. Fue profesor de Contrapunto y Fuga, de Armonía, y de Composición en el dicho Conservatorio, que también dirigió durante 20 años, y fundó varios conservatorios dentro de la geografía gallega.
De su discografía destacan la grabación hecha por la Stuttgart Kammerorchester bajo la dirección de Maximino Zumalave de “Cantigas de Mar” e “Intres boleses”, o las realizadas por la London Symphony Orchestra: “Gran Cantata Xacobea” (doble CD), con el coro London Voices; el “Concierto para violín y orquesta nº 2 Confidencias”, con Pedro León como solista (en ambas ocasiones bajo la dirección del propio Groba); y el “Concierto nº 1 para cello y orquesta Fauno”, dirigido por Andrew Litton y con Mats Lidstrom como solista. También cabe destacar las grabaciones realizadas por la Orquestra de Cámara Galega dirigida por su hijo Rogelio Groba Otero del “Concierto para dos violines y orquesta Arcaico” y del “Concierto nº 2 para cello y orquesta Añoranzas”, así como de la suite “Intres boleses”
Autor de ensayos y libros como “252 alalás”, desde 1990 se dedicó a la creación musical, en el que ya había sido reconocido como autor con el Premio Internacional de Composición Dante Luini convocado por la Radio Televisión Suisse Romande (1973) o el Premio de la Crítica Gallega (1979). Ya en 1992 la Xunta de Galicia le concedió su Premio de la Cultura y obtuvo la Medalla Castelao (1995), el Premio Internacional de Composición Auditorio de Galicia (2004), o el nombramiento como Hijo Predilecto de su villa natal en 2005. Era miembro del Instituto José Cornide de Estudios Coruñeses, de la Real Academia Gallega de Bellas Artes, y de la Real Academia de San Fernando, de Madrid.
Desde 2002 presidía la Fundación Rogelio Groba, clasificada “De interés cultural” y “De interés gallego” por el gobierno de Galicia.