Continuamos la publicación de las distintas entrevistas realizadas en la sección “Contrapunto”, publicadas en nuestra revista RITMO en su edición de papel, a personalidades de la cultura, y que solo estaban disponibles en dicho formato. En esta ocasión publicamos la realizada para la revista de febrero de 2021 (por Gonzalo Pérez Chamorro)
Contrapunto 28: OFELIA GRANDE
Nos visita la directora de Siruela, Ofelia Grande de Andrés, que ha cumplido ya los veinte años desde su llegada a una de las editoriales más prestigiosas de España.
¿Recuerda cuál ha sido la última música que ha escuchado?
Sí, claro que la recuerdo, Carolina, de Harry Styles. Tengo una hija de 13 años que está educándome en la música que no sea de “mi siglo”.
¿Y recuerda cuál pudo ser la primera?
No sé si fue la primera, pero sí la primera que recuerdo con intensidad, El lago de los cisnes de Tchaikovsky. Tenía un casete cuando era muy pequeña que contaba el cuento del patito feo y tenía como banda sonora El lago de los cisnes. Me emocionaba entonces y me sigue emocionando hoy, más que ninguna otra cosa, cada vez que la escucho.
Teatro, cine, pintura, poesía… ¿A qué nivel pondría la música con las demás artes?
La música es transversal a todas las artes, de una u otra forma en todas las artes hay algo de música. También en todas las facetas de nuestra vida.
Qué habría que hacer para que la música fuera pan de cada día…
Hacer que los sistemas educativos le dieran más importancia, que la asignatura “música” no fuera en general una asignatura de segunda fila en los colegios y también tratar, en primera instancia, de captar la atención de niños y jóvenes a través de música más cercana a sus gustos e intereses.
¿Cómo suele escuchar música?
Normalmente a través de Spotify, en el móvil con airpods o en el coche.
¿Qué ópera (o cualquier obra musical, etc.) le hubiera gustado componer?
El lago de los cisnes, sin duda.
¿Qué personaje le hubiera gustado cantar o interpretar en el escenario?
Me habría encantado hacer el papel de Sally Bowles sobre el escenario del Kit Kat Klub en Cabaret.
¿Teatro o sala de conciertos favorita?
Teatro Lara de Madrid me trae los mejores recuerdos.
¿Un instrumento?
La guitarra española y el piano. Tanto monta.
¿Y un intérprete?
No sé si sabría decir solo uno. Algunos que me ha impresionado ver en directo son Bebo Valdés con Cigala, Bob Dylan o los Rolling Stones entre muchísimos otros… Me encantan los conciertos y voy siempre que puedo.
¿Un libro de música?
Hay uno al que le tengo especial cariño porque fue uno de los primeros libros en cuya edición participé: Crónica cantada de los silencios rotos: voces y canciones de autor 1963-1997, de Fernando G. Lucini, publicado por Alianza.
Por cierto, qué libro o libros tiene abierto ahora en su mesa de lectura…
Ahora mismo tengo Cien años de soledad. Es curioso, pero hace unos días, con la gran nevada en Madrid, me acordé de Aureliano Buendía y quise volver a él.
¿Y una película con o sobre música?
Diría Cabaret o diría Chicago. Escuchar como empieza cualquiera de sus temas musicales ya me hace ponerme de buen humor.
¿Una banda sonora?
Cualquiera de estas dos.
¿Cuál es el gran compositor de música española?
Depende de qué estemos hablando. Yo hablaría de flamenco y hablaría de Paco de Lucía, de copla y Quintero, León y Quiroga… Pero es imposible decir uno.
¿Con qué música le gustaría despedirse de este mundo?
Positively 4th Street, de Bob Dylan. “I wish that for just one time you could stand inside my shoes…”.
¿Un refrán?
Lo bien hecho, bien parece.
¿Una ciudad?
La mía, Salamanca.
Como directora de la editorial Siruela, ¿qué balance hace de su gestión y de la situación del libro?
Más de 20 años después de mi llegada a Siruela puedo decir que estoy muy satisfecha de cómo han salido las cosas. Ha habido momentos malos pero han sido muchos más los buenos, algunos extraordinarios, y es con lo que me quedo. El libro está y estará. Sin duda alguna. Ya han pasado muchos apocalipsis por él y, como dice Irene Vallejo en El infinito en un junco: “El libro ha superado la prueba del tiempo, ha demostrado ser un corredor de fondo. Cada vez que hemos despertado del sueño de nuestras revoluciones o de la pesadilla de nuestras catástrofes humanas, el libro seguía ahí”.
¿Qué cree que le sobra a este país? ¿O qué le falta?
Le sobran los teóricos de “lo que hay que hacer” y le falta quién lo haga.
¿Haría falta una vacuna para que la lectura estuviera mucho más arraigada en los españoles?
Si la hay, dos dosis, por favor.
Háblenos de un trance cultural o musical en su vida que se le haya quedado grabado…
La primera vez que fui al ballet con 11 años a ver Giselle. Tuve la suerte de hacerlo en Praga, una ciudad que ya es, en sí misma, un trance cultural.
Si pudiera retroceder a un momento de la historia de la humanidad, ¿dónde iría Ofelia Grande?
Viajaría constantemente a través del tiempo y una de mis paradas sería, sin duda, para escuchar el discurso de Clara Campoamor el 1 de octubre de 1931, defendiendo que no se podría construir una democracia sin contar con las mujeres.
¿Qué cosa le molesta en su vida diaria?
El ruido. En todas sus acepciones.
Cómo es Ofelia Grande, defínase en pocas palabras…
Mejor que lo hagan otros.
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Foto: Ofelia Grande de Andrés, directora de Siruela.
Crédito foto: © Nacho Matarranz