Continuamos este mes de agosto con la publicación de las distintas entrevistas realizadas en la sección “Contrapunto”, publicadas en nuestra revista RITMO en su edición de papel, a personalidades de la cultura, y que solo estaban disponibles en dicho formato. En esta ocasión publicamos la realizada para la revista de noviembre de 2021 (por Gonzalo Pérez Chamorro)
Contrapunto 28: SONIA CONTERA
La directora asociada del departamento de Física de la Universidad de Oxford y Catedrática de Física nació en Madrid en 1970 y es una eminencia en el campo de la Nanotecnología. Educada en diversos países, donde ha desarrollado su labor y es admirada y postulada al Nobel de Física, confiesa sentirse “descolocada”: mujer en profesión de hombres, que busca la física en la biología y que ha vivido fuera de España la mayor parte de su vida.
¿Recuerda cuál ha sido la última música que ha escuchado?
Jardín de Otoño, de Toru Takemitsu.
¿Y recuerda cuál pudo ser la primera?
No.
Teatro, cine, pintura, poesía… ¿A qué nivel pondría la música con las demás artes?
La música conecta de forma directa con la base física de nuestras emociones (y de la consciencia). La vibración/sincronización molecular y celular literalmente nos crean. La música es una necesidad de conectar con la vibración de nuestras estructuras físicas microscópicas y nos ayuda, a su vez, a entendernos más profundamente y sincronizarnos emocional y culturalmente. Por eso la música es sagrada en las culturas antiguas; es el arte quizá, más fundamental y antiguo.
Qué habría que hacer para que la música fuera pan de cada día…
Recordar que a través de ella se descubren aspectos de la realidad que no son visibles, pero que necesitamos para vivir más plenamente.
¿Cómo suele escuchar música?
Metida en la bañera llena de agua muy caliente.
¿Qué ópera (o cualquier obra musical, etc.) le hubiera gustado componer?
Music for 18 Musicians (Steve Reich, 1976).
¿Qué personaje le hubiera gustado cantar o interpretar en el escenario?
Despina en Così fan tutte.
¿Teatro o sala de conciertos favorita?
La Holywell Music Room.
¿Un instrumento?
La voz.
¿Y un intérprete?
Janet Baker interpretando a Dido, en la ópera de Berlioz Les Troyens.
¿Un libro de música?
Filosofía de la nueva música, de Theodor W. Adorno.
Por cierto, qué libro o libros tiene abierto ahora en su mesa de lectura…
Blood Relations: Menstruation and the Origins of Culture, de Chris Knight.
¿Y una película con o sobre música?
Una noche en la ópera, de los Hermanos Marx.
¿Una banda sonora?
La de La mujer de las dunas, de Hiroshi Teshigahara.
¿Cuál es el gran compositor de música española?
No lo sé, pero últimamente aprendo escuchando a Tomás Luis de Victoria y disfruto la música de Josué Bonnín de Góngora, que estudió y sabe mucha física.
¿Una melodía?
La de un emigrante, el segundo movimiento de la Sinfonía n. 9 de Dvorák.
¿Con qué música le gustaría despedirse de este mundo?
Sin música.
¿Un refrán?
El caminante pobre no teme a los ladrones.
¿Una ciudad?
Me gusta pensar en ciudades que no conozco, Ekaterimburgo, la capital de la utopía del constructivismo soviético, Sana’a en Yemen…
Como la propia música culta, ¿cree que la física sufre el mismo desapego en la sociedad y en la vida cultural e intelectual?
La física se ocupa de temas sobre los que no se suele hablar en la vida pública. Pero mi experiencia como divulgadora es que a la gente le apasiona la física cuando la cuentas con humildad y sencillez (no simplonamente).
¿Si en la música existe ese principio universal que son Bach o Beethoven, cuáles serían sus equivalencias en la física?
En física, como en arte, “todo vale”, no hay método ni canon que se deba interponer en la búsqueda de “verdades” universales, la física surge de competición/colaboración: no hay Newton sin Kepler, ni Einstein sin Emmy Noether.
Unos pajaritos la postulan como una candidata al Premio Nobel de Física…
Me atrae más el riesgo al fracaso que el éxito “premiable”.
¿Qué cree que le sobra a este país? ¿O qué le falta?
Sobran complejos.
Háblenos de un trance cultural o musical en su vida que se le haya quedado grabado…
La foto de Lee Miller en la bañera de Hitler tras visitar Dachau, la espiritualidad de los suprematistas soviéticos, la “piedra de Blombos” tallada con un patrón de repetición hace 73.000 años. Hace poco me sorprendió darme cuenta que las esculturas de Arturo Berned tienen estructuras quirales parecidas a las de las proteínas (sin intención del autor): las estructuras de la evolución y la intuición humana convergen.
Si pudiera retroceder a un momento de la historia de la humanidad, ¿dónde iría Sonia Contera?
Al nacimiento de la cultura humana en el paleolítico, hace 50-60.000 años.
¿Qué cosa le molesta en su vida diaria?
Las molestias me parecen necesarias.
Cómo es Sonia Contera, defínase en pocas palabras…
“Descolocada”: soy mujer en profesión de hombres, busco la física en la biología, he vivido fuera de mi país la mayor parte de mi vida…
por Gonzalo Pérez Chamorro