Ajustándose bien la mascarilla, pues acaba de conceder otra entrevista radiofónica, Raquel Rivera, Gerente de la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid (ORCAM), me recibe en su despacho de la Fundación Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid.
De lejos suenan los ensayos de la ORCAM y la música de Bruckner se hace palpable mientras iniciamos nuestra conversación. En Raquel se intuye claramente su determinación, su predisposición total al trabajo y una extensa preparación para el cargo, del que aclara que accedió al mismo porque “a finales de 2018 la Consejería de Cultura de la Comunidad se planteó la necesidad de un relevo en la gerencia y buscaron un perfil mixto, entre el derecho y la música, pero también con trasfondo académico en el campo de investigación del derecho de la cultura. Cuando me lo plantearon fue una difícil decisión, pero no dudé en aceptarla por la gran capacidad de servicio público que ofrece una institución como la Fundación ORCAM. Siempre me planteé este puesto como oportunidad para ponerme al servicio de la ciudadanía desde el servicio a la música y, por supuesto, a nuestros músicos”.
Con la Fundación mantiene varios frentes abiertos, como el Ciclo Sinfónico-coral, Ciclo de Polifonía, temporada del Teatro de la Zarzuela, Ciclo de Cámara en la Fundación Canal, las múltiples actividades y conciertos de la JORCAM, el proyecto pedagógico... La cara de Raquel Rivera delata la intensísima actividad realizada con ilusión, destacando al equipo técnico que la rodea: “nuestro día a día es realmente intenso y solo es posible gracias al excelente equipo humano que configura la FORCAM. Tanto el equipo de gestión liderado por los directores de área jurídico-financiera, Elena Roncal, y técnico, Jaime Fernández, como el artístico, con Víctor Pablo Pérez y Rubén Gimeno a la cabeza, son extraordinarios. Pero son nuestros excelentes músicos, profesionales y en formación, quienes hacen que todo suene en una presencia pública de más de 300 actuaciones al año”.
¿Quién es Raquel Rivera y cómo llega al mundo de la música y de la gestión cultural?
Mi abuela Lucita, pianista profesional y alumna de José Cubiles allá por los años 20, nos dio la oportunidad a todos sus nietos de adentrarnos en el mundo de la música en mi Ourense natal. Pero lo que me define es ser una apasionada del arte en todas sus manifestaciones y en su defensa a través de una gestión cultural comprometida con los derechos fundamentales. Esto es realmente la brújula que me ha traído hasta aquí.
¿Cómo llegó a ser designada Gerente de la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid?
En mi anterior etapa laboral, previa a la gerencia de la ORCAM, me dedicaba profesionalmente al Derecho de la Cultura, tanto en el ámbito profesional en un bufete de abogados como en el académico, en un instituto universitario. A finales de 2018 la Consejería de Cultura de la Comunidad se planteó la necesidad de un relevo en la gerencia y buscaron un perfil mixto, entre el derecho y la música, pero también con trasfondo académico en el campo de investigación del derecho de cultura. Cuando me lo plantearon fue una difícil decisión, pero no dudé en aceptarla por la gran capacidad de servicio público que ofrece una institución como la Fundación ORCAM. Siempre me planteé este puesto como oportunidad para ponerme al servicio de la ciudadanía desde el servicio a la música y, por supuesto, a nuestros músicos.
¿En qué estado se encontró a la Fundación cuando llegó? ¿Ha tenido que realizar muchos cambios para un mejor funcionamiento?
La Fundación atravesaba sin duda un momento complejo, en los planos laboral, jurídico y financiero, que comprometía seriamente la viabilidad del proyecto. Y si algo tenía claro desde el inicio era la gran calidad y el enorme potencial del proyecto, por lo que jamás contemplé un escenario pesimista que no fuera sacarlo adelante. Para dotar de futuro la Fundación a lo largo de estos casi dos años se emprendió un cambio de estructura jurídica que comenzó con algo aparentemente simbólico como el cambio de la denominación de “Fundación Orquesta y Coro de Madrid” a “Fundación Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid”, y que culminó con una modificación de los estatutos en la que se plasma la realidad jurídica adaptándonos a la legislación vigente. Se buscaron soluciones a los diversos problemas de índole laboral desde esta nueva realidad jurídica y con grandes esfuerzos se solventaron, lográndose además un importante saneamiento económico de la institución. Todo ello nos permite hablar de futuro y, además, con optimismo.
Cuéntenos cómo es el día a día de una Fundación que mantiene tantos frentes abiertos: Ciclo Sinfónico, Ciclo de Polifonía, temporada del Teatro de la Zarzuela, Ciclo de Cámara en la Fundación Canal, las múltiples actividades y conciertos de la JORCAM, el proyecto pedagógico...
Nuestro día a día es realmente intenso y solo es posible gracias al excelente equipo humano que configura la FORCAM. Tanto el equipo de gestión liderado por los directores de área jurídico-financiera, Elena Roncal, y técnico, Jaime Fernández, como el artístico, con Víctor Pablo Pérez y Rubén Gimeno a la cabeza, son extraordinarios. Pero son nuestros excelentes músicos, profesionales y en formación, quienes hacen que todo suene en una presencia pública de más de 300 actuaciones al año. Además de la titularidad en el Teatro de la Zarzuela y de los ciclos habituales, cuyo encaje requiere un gran esfuerzo, en la gestión de los recursos humanos estamos abriendo colaboraciones con instituciones como la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), con la que organizamos la Escuela de la Escucha, el Museo del Prado, la Junta Municipal de Hortaleza, el SUMMA 112... Este año marcado por el Covid, hay que destacar la extraordinaria labor de la JORCAM, que con un equipo brillante y joven con Rubén Gimeno, Leticia Gil, Ana González, Simón Drago, Anne-Marie North, Antonio Navarro, María Jesús Prieto y el sólido equipo de monitores hacen posible que nuestro proyecto social continúe, y los casi 500 niños y jóvenes que configuran la JORCAM sigan formándose. Educación musical y acción social son para nosotros basilares y transversales.
¿Y un día cualquiera en la jornada laboral de la gerente de la FORCAM?
La actividad de la gerencia es de mucha intensidad, supone trabajar siete días a la semana un número de horas indeterminado y, en mi caso, además, conciliar esta responsabilidad con mi realidad personal como madre de familia numerosa. Es, en parte, un esfuerzo invisible pero fundamental para generar estructuras de posibilidad. Los resultados no son inmediatos ni siempre evidentes, pero son indispensables para que el proyecto siga. Y ya vamos recogiendo frutos.
¿Cómo ha cambiado la pandemia del Covid-19 la marcha de todo vuestro proyecto?
La pandemia no ha alterado en absoluto nuestra vocación de servicio público en la Comunidad de Madrid. Evidentemente, durante los meses de confinamiento tuvimos que buscar soluciones y alternativas telemáticas, como todas las instituciones, pero siempre se hizo esto desde el presupuesto de la acción y el servicio. Durante este periodo se hizo más manifiesto que nunca que la música, como toda la cultura, es fundamental para el ser humano, para el individuo y el colectivo, para toda la ciudadanía. Tras el confinamiento, en la llamada “nueva normalidad”, hemos aplicado un estricto protocolo sanitario que nos ha permitido realizar más de 60 actuaciones sin ningún incidente hasta la fecha. La música, como decía, es más necesaria que nunca y ahí siempre estuvo y estará la FORCAM.
La Comunidad de Madrid es la principal patrona de la ORCAM. ¿Cree que se implica lo necesario con ustedes? ¿Comprende la realidad y la complejidad de la fundación?
El patronato de la ORCAM tiene como presidenta a la Consejera de Cultura y Turismo de la Comunidad de Madrid, Marta Rivera de la Cruz. Además de la consejera otros cuatro miembros de la Consejería de Cultura son parte del patronato, lo que da idea de la importancia que se concede a la institución por parte de la Comunidad de Madrid. La Comunidad valora y reconoce en su conjunto a la ORCAM como Orquesta y Coro de la Comunidad, con una vocación de crecimiento y excelencia para el servicio público. A pesar de la complejidad del momento que no es, desde luego, el marco ideal, debo decir que se siente un total apoyo y reconocimiento por parte de la Comunidad de Madrid al proyecto.
Díganos qué planes de futuro tiene previsto realizar con la ORCAM. ¿Cree que será posible realizarlos dada la gran incertidumbre que atravesamos?
Tras una primera fase de regularización jurídica y de saneamiento, estamos en el momento idóneo para el crecimiento y la construcción de un proyecto de futuro. En este sentido, estamos iniciando la elaboración de dos herramientas básicas para esta generación de futuro: el convenio colectivo y el plan estratégico. En el marco de esta voluntad de crecimiento estamos renovando gran parte de la plantilla de la orquesta y en apenas unos días iniciaremos el diseño del plan estratégico. También se está renovando parte de la plantilla de la Fundación: en pocos días hemos de culminar el proceso selectivo del puesto de subdirector del Coro de la Comunidad de Madrid, que trabajará codo con codo con la nueva principal directora invitada del mismo, la maestra Mireia Barrera. Estos proyectos, tendentes al medio largo plazo, no se detienen ante la incertidumbre mundial: al revés, ante la incertidumbre creo que se requieren estrategias decididas para garantizar la viabilidad del proyecto, el mantenimiento de los puestos de trabajo y la vocación de servicio público.
¿Qué música es la que suele escuchar diariamente?
En casa se escucha muchísima música de lo más variada, pero, por “aclamación popular”, volvemos insistentemente una y otra vez a Mozart, Bach y David Bowie.
¿Para Raquel Rivera hay metas y objetivos a largo plazo o se plantea su trabajo como una labor diaria de gestión y organización de recursos?
La labor de gestión diaria y de organización de recursos no la comprendo sin un marco que le dé un sentido completo. La base que sustenta el edificio de esta Fundación, y que nos permite pensar en el largo plazo, se encuentra, a mi modo de ver, en la idea de Derecho de la Cultura, que permite entender a la institución como una herramienta estatal al servicio de la ciudadanía para la realización de los derechos culturales. Estos son derechos fundamentales de índole cultural que nos permiten hablar en términos de ética, democracia y, en definitiva, de participación en una vida dignificada, en nuestro caso a través de la experiencia musical y de la escucha. En la Fundación pensamos en el largo plazo para orientar los esfuerzos en esta dirección de una manera eficiente y ordenada.
¿El liderazgo en la gestión cultural es un sector muy masculinizado?
Lamentablemente, hablar de liderazgo e igualdad de género es todavía una utopía. Tal vez en el sector cultural la mujer tenga algo más de presencia que en otros sectores, pero no hay más que pasarse por una asamblea de la AEOS, la asociación que agrupa a las orquestas españolas, para ver cuántas gerentes somos parte. Hay que destacar que su presidenta es una mujer, Ana Mateo, y yo misma estoy en la junta directiva, pero ciertamente queda muchísimo trabajo por hacer. Y no es porque yo lo diga, sino porque tenemos una Ley Orgánica de Igualdad cuyo cumplimiento deja muchísimo que desear el sector cultural. Me pregunta por la gestión cultural, pero ¿qué hay de la dirección? ¿Y la composición? Como le decía, queda muchísimo camino que recorrer.
¿Qué le pide a la nueva temporada?
Que sea...
¿Qué logro le gustaría que se consolidara en su etapa en la ORCAM?
Si bien a día de hoy estoy realmente satisfecha del camino recorrido, el logro que consolidaría todo el trabajo de cimentación sería una mejora sustantiva de las condiciones laborales de la plantilla. Creo que la satisfacción siempre va de la mano de proyectos musicales de calidad y relevancia.
Le deseo lo mejor para esta nueva temporada, gracias por su tiempo.
por Gonzalo Pérez Chamorro
* entrevista publicada en RITMO de noviembre de 2020
www.fundacionorcam.org
Foto: Raquel Rivera, Gerente de la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid (ORCAM) / © Iván Castellano