Los estatutos que rigen el espíritu y el funcionamiento del Teatro de la Zarzuela lo dejan claro: el coliseo erigido en 1856 debe, sin ningún tipo de pretexto, salvaguardar y difundir el género lírico español. Y así actúa temporada a temporada, de modo que son ya 16 los títulos rescatados del olvido.
Precisamente la 2022/23, la que ahora nos ocupa, abrirá con el estreno absoluto de una ópera española –tragicomedia lírica en cuatro actos, si nos ceñimos al dictado del propio autor– cuya premier debería haber tenido lugar hace 120 años, nada menos. Hablamos de ‘La Celestina’ de Felipe Pedrell, obra de madurez del compositor catalán que efectivamente sonará en pocos días por primera vez porque a pesar de que estaba previsto estrenarla en el Liceo en el año 1902 (y más tarde en otros teatros, incluido el de la Zarzuela), nunca llegó a ver la luz.
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Lo único que hasta la fecha se ha podido escuchar (y desde entonces ya ha llovido) han sido un par de escenas que Pau Casals incluyó en un concierto en 1921 para homenajear al compositor. Aun así, se trata de una obra de gran importancia, que influyó a compositores coetáneos y sobre todo posteriores, en la que Pedrell plasma su idea de la ópera nacional.
En ‘La Celestina’, que cuenta con libreto del propio músico basado en la tragicomedia de ‘Calisto y Melibea’ de Fernando de Rojas, queda patente el enorme respeto de aquel por la obra original del siglo XV.
Por todo lo dicho, el viernes 9 (20h00) y el domingo 11 de septiembre (18h00) serán días históricos y emocionantes para nuestra lírica, ya que las notas de ‘La Celestina’ llegarán al fin, con doce décadas de retraso, al oído y el corazón del público. El valor de este estreno en versión de concierto es aún si cabe mayor, ya que además de reparar un agravio histórico, servirá para conmemorar el centenario del fallecimiento de Felipe Pedrell que se cumplió el pasado 19 de agosto. Y como la ocasión lo merece con creces, Radio Clásica de Radio Nacional de España la emitirá el mismo domingo 11 a las 20h00 (hora peninsular española).
Los dos conciertos que ahora hacen justicia a la obra, estarán dirigidos por Guillermo García Calvo, director musical del Teatro de la Zarzuela, quien al frente de la Orquesta Titular de este, la ORCAM, y de su Coro Titular dirigido por Antonio Fauró, deberá afrontar una partitura de asombrosa exigencia.
Será igualmente una buena ocasión para regocijarse con las voces solistas de un reparto que cubre generosamente esos requisitos tan especiales que reclama la obra de Pedrell, compuesto por Maite Beaumont (Celestina), Miren Urbieta-Vega (Melibea), Andeka Gorrotxategi (Calisto), Juan Jesús Rodríguez (Sempronio), Simón Orfila (Parmeno), Sofía Esparza (Lucrecia), Lucía Tavira (Elicia), Gemma Coma-Alabert (Areusa), Javier Castañeda (Pleberio), Mar Esteve (Tristán) e Isaac Galán (Sosia).
Una ópera de culto
El Teatro de la Zarzuela se adentra de nuevo en lo mejor de la historia operística de nuestro país. ‘La Celestina’, como señala el maestro de musicólogos Emilio Casares, fue una ópera de culto. “Constituyó –de acuerdo con las palabras del investigador– una especie de mito para esa generación dorada de nombres tan significados, todos alumnos de Pedrell, como Enrique Granados, Isaac Albéniz, Amadeo Vives, Enrique Morera, Manuel de Falla, Juan Manén, Adolfo Salazar o Roberto Gerhard”. Ahí es nada.
Esta obra emblemática, nunca estrenada, fue no obstante conocida a través de su edición para piano de 1903 y admirada desde entonces. Únicamente Pablo Casals dio a conocer en 1921 esos dos números de los que hemos hablado, y que sirvieron para homenajear en un concierto al gran amigo.
Casares sostiene que “este acto de inteligencia cultural del Teatro de la Zarzuela” (la programación de la obra de Pedrell) está cargado por todo lo anterior de significado, “y una vez más nos recuerda el drama de ser compositor de ópera en España”. Asistiremos, 120 años después de su creación, al estreno mundial de una ópera “cargada de historia, de culto, diríamos hoy, y sin duda, la más madura de toda la producción pedrelliana, que, por cierto, Manuel de Falla –enorme admirador del músico tortosino– intentó estrenar en 1914 en el mismo Teatro de la Zarzuela, ante la negativa del Teatro Real”, explica el catedrático.
Más allá del valor objetivo de ‘La Celestina’, “con este acto se repara un auténtico delito cultural”, dice el estudioso, quien sustenta su argumento en el peso que tuvo la obra a comienzos del siglo XX. Y en este punto, es de justicia asimismo destacar la trabajosa edición moderna de las 750 páginas del manuscrito original, realizada por el joven musicólogo David Ferreiro, sin la que esta aventura no habría sido en ningún modo posible.
Felipe Pedrell (1841-1922) es una de las figuras clave de nuestra historia musical. Compositor, historiador, musicólogo, crítico y folclorista, Casares revela que “fue uno de los más grandes ideólogos de nuestra historia musical”.
Ahora, después de 120 años condenada a un injusto e injustificable silencio, tenemos la oportunidad de disfrutar ‘La Celestina’ por primera vez. Representamos pues a todas esas generaciones que se han visto privadas de ello. Un regalo y una responsabilidad. Sin duda estamos de enhorabuena; también y sobre todo el Maestro Pedrell.